La plaça d'Adrià de Sant Gervasi

La plaça d'Adrià de Sant Gervasi INMA SANTOS

Sarrià - Sant Gervasi

Sant Gervasi esconde un rincón abandonado con una escultura icónica y un estanque: inversión millonaria para rescatarlo

La Plaça d'Adrià, marcada durante años por el abandono, afronta una reforma integral para devolverle la dignidad y su esencia de "salonet de sauló"

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Es una pausa en mitad del mundanal ruido, un pequeño secreto a la vista de todos, de esos que de tanto verlos, ni siquiera admiramos.¿Cuántas veces habremos subido por la calle Muntaner o bajado por Santaló sin reparar de verdad en las dos jóvenes que leen, absortas, en el corazón de la Plaça d’Adrià?

Son dos colegialas de piedra, congeladas en el tiempo a los pies de un rectángulo de agua, compartiendo un libro que parece contener todas las lecciones del mundo.

Un oasis destartalado

Esta plaza, bautizada en honor al emperador Adriano, es la antítesis del bullicio que la rodea. Pretende ser un "salonet de sauló", un saloncito de tierra que sirve de centro neurálgico para el barrio de Galvany, una suerte de mini rambla donde la vida debería fluir a otro ritmo.

Sin embargo, durante años, ha sido más un oasis destartalado que un refugio.

La escultura que la preside, obra de Manuel Silvestre de Edeta, se inauguró en 1961. Nació de un concurso municipal para embellecer los jardines públicos y nos regaló esta escena de una delicadeza abrumadora: dos chicas, quizá repasando la lección antes de un examen, ajenas a todo.

la plaça d'Adrià de Barcelona

la plaça d'Adrià de Barcelona WIKIPEDIA

Un lugar de contrastes

Pero su plácida lectura ha tenido como telón de fondo una realidad muy distinta. El estanque a sus pies, con su agua verdosa y estancada, y el suelo de arena convertido a menudo en un barrizal, han sido el reflejo de un abandono denunciado una y otra vez por vecinos y comerciantes, "los eternos olvidados", como llegaron a definirse.

La plaza d'Adrià es un lugar de contrastes. Al otro lado de la quietud figurativa de las lectoras, convive el sobrio y polémico monumento a Carrasco i Formiguera, un cubo de memoria histórica que también ha sufrido los estragos del olvido y el incivismo, hasta el punto de tener que ser rodeado de jardineras para protegerlo. Dos monumentos, dos épocas y un mismo sentimiento de dejadez.

Reforma integral

Tras años de promesas rotas y estudios preliminares guardados en un cajón, el Ayuntamiento anunció en abril pasado una reforma integral.

Con un proyecto aprobado de casi 1,2 millones de euros y un calendario que prevé el inicio de las obras para diciembre y su finalización en noviembre de 2026, el cambio es inminente.

La principal transformación será la conquista del espacio para el peatón. Se dirá adiós a los viales laterales que la encorsetaban para crear una gran plataforma única de fachada a fachada, con un nuevo pavimento granítico.

La plaça d'Adrià de Barcelona

La plaça d'Adrià de Barcelona GOOGLE MAPS

Más verde y conectividad

El "salonet de sauló" central se conservará, pero ganará en verde, conectividad y dignidad. Incluso el arbolado se renovará: los viejos olmos, ya enfermos, dejarán paso a especies más adecuadas que no ensucien la recuperada fuente.

Ojalá la reforma consiga devolverle el encanto sin arrebatarle el alma de "salonet" de barrio, que las dos jóvenes tengan, por fin, un escenario digno para su eterna y silenciosa lectura, y que el monumento a Carrasco i Formiguera deje de ser un pipicán improvisado.