El barrio de Les Tres Torres de Barcelona, la zona con más nivel socioeconómico de Cataluña / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
El barrio de Barcelona donde vivían las familias burguesas adineradas: la zona más exclusiva de la ciudad
Calles arboladas, colegios privados y clínicas de prestigio consolidan el barrio como el símbolo de la élite barcelonesa, erigido desde el siglo XIX como una zona premium
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Barcelona se define como la 'ciudad de barrios', y en cada uno de ellos, se vive una realidad distinta. Mientras algunos exhiben boutiques de lujo, colegios privados y calles silenciosas rodeadas de jardines, otros conviven con alquileres inasumibles, edificios envejecidos y luchan cada día por mantenerse fuera del alcance de la pobreza.
Nacido a comienzos del siglo XX como refugio de las familias burguesas que buscaban alejarse del bullicio del centro, el barrio de Les Tres Torres se ha consolidado como el enclave con mayor poder adquisitivo de Barcelona.
Con una renta media que supera los 32.900 euros anuales por persona, según los últimos datos del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), este rincón del distrito de Sarrià-Sant Gervasi mantiene intacto su espíritu elitista más de un siglo después de su creación.
Entre torres señoriales
Les Tres Torres debe su nombre a tres casas señoriales construidas entre 1901 y 1903 por los hermanos Romaní y Climent Mas en los terrenos de la antigua heredad Nena Cases.
Aquellas edificaciones marcaron el inicio de la urbanización del barrio, pensado como un área residencial exclusiva para las clases acomodadas de la Barcelona de principios del siglo XX.
En esa época, la ciudad experimentaba una fuerte expansión urbanística impulsada por la burguesía industrial, que veía en las laderas de Sant Gervasi un entorno ideal para levantar sus mansiones lejos del humo de las fábricas del Eixample.
Con el paso del tiempo, las antiguas torres fueron reemplazadas por edificios de apartamentos de alto standing, pero el barrio mantuvo su carácter selecto y su baja densidad de población.
Imagen de archivo de la Biblioteca Clarà, en el barrio barcelonés de Les Tres Torres / PERE LÓPEZ
Exclusividad
Hoy, Les Tres Torres es sinónimo de exclusividad, confort y discreción. Sus calles arboladas y silenciosas, repletas de residencias con amplios jardines, contrastan con la vitalidad comercial del centro barcelonés.
La presencia de servicios privados ha contribuido a mantener su atractivo entre las familias con mayor poder adquisitivo.
El barrio cuenta con colegios de élite, como el colegio de Les Teresianes —obra modernista de Antoni Gaudí—, La Salle Bonanova o las Escolàpies de Sarrià, además de centros médicos de referencia, como la Clínica Teknon o el Hospital Quirónsalud.
Estos equipamientos, junto a su proximidad con universidades privadas y clubes deportivos, refuerzan su perfil como una de las zonas más privilegiadas de la ciudad.
Conexión inigualable
Aunque su carácter es eminentemente residencial, Les Tres Torres goza de una excelente conectividad. Las estaciones de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) permiten llegar al centro en pocos minutos, y la zona está bien comunicada con la Ronda de Dalt y las principales vías de salida de Barcelona.
Colegio de Les Teresianes en les Tres Torres
A nivel urbanístico, el barrio combina construcciones modernas con edificios históricos cuidadosamente conservados. El comercio se concentra en pequeñas tiendas de proximidad, boutiques y restaurantes de cocina mediterránea, lejos de las grandes superficies o los flujos turísticos masivos.
Lujo de antes y después
Más de 120 años después de su nacimiento, Les Tres Torres sigue representando el ideal de vida de la alta sociedad barcelonesa, aunque adaptado a los nuevos tiempos. Los antiguos palacetes han dado paso a viviendas de diseño, domotizadas y sostenibles, con precios que superan fácilmente los 10.000 euros por metro cuadrado.
Lejos de perder protagonismo, el barrio se ha convertido en un ejemplo de cómo la historia y la modernidad pueden convivir en un mismo espacio urbano.
De las tres torres originales ya no queda rastro, pero su espíritu perdura en las calles tranquilas, los edificios elegantes y la sensación de exclusividad que, más de un siglo después, sigue haciendo de Les Tres Torres el barrio más rico de Barcelona.