“Barcelona seguirá siendo un objetivo del terrorismo islamista”

Barcelona aparecía en las publicaciones yihadistas como escenario potencial de un atentado como el del jueves 17 de agosto. Jofre Montoto, analista de seguridad, afirma que la capital catalana seguirá en el punto de mira del terrorismo islamista y alerta del continuo crecimiento de los postulados más radicales desde principios de siglo.

“Barcelona seguirá siendo un objetivo del terrorismo islamista, como Londres y París, que ya han sufrido varios atentados”, asegura Montoto en conversación con Metrópoli Abierta. Este periodista experto en terrorismo internacional desliza que “la primera detención yihadista en España se produjo en Barcelona en 1995” y recuerda que Alia Atta, el cerebro de los atentados del 11-S en Nueva York, estuvo en Salou y Cambrils, localidades tarraconenses en las que había una célula terrorista.

En Nueva York (2001) y Madrid (2004), Al Qaeda grabó a fuego el dolor. Los terroristas sembraron el caos con atentados brutales en los que se inmolaban. Desde 2016, en cambio, Daesh opta por “hacer el máximo daño con el mínimo riesgo posible”. En Barcelona se produjo el octavo atropellamiento masivo desde la matanza de Niza en la que fallecieron 84 personas.

“Estos atentados son más fáciles de cometer y, sobre todo, son más difíciles de prevenir”, recalca Montoto, quien alerta de que “la gente seguirá teniendo miedo mientras la policía no detenga a todos los integrantes de la célula catalana”.

LAS TRES FÓRMULAS

El analista de seguridad intuye que la célula yihadista que atentó en Barcelona “posiblemente llevaba muchos meses, o incluso un año, preparando su acción”. Montoto lamenta que “el yihadismo es un fenómeno en constante expansión, que se nutre de gente cada vez más joven”. Además, asegura que sólo hay tres fórmulas para combatirlo: “con medidas militares, como en Siria, Irak o Afganistán; con medidas policiales, como es el caso de España; y con medidas político-sociales, que pasan por derrotar el yihadismo como ideología”.

¿Y cómo se consigue rebajar el fanatismo? “Ésta es la gran cuestión”, recalca Montoto. “El yihadismo es un nacionalismo religioso y la prevención de la radicalización pasa por un nuevo discurso en el que se ponga énfasis en el hecho de que los radicales son los auténticos musulmanes, aunque no es bueno estigmatizar. La educación es clave”, añade.

Montoto, que aplaude “la reacción espectacularmente buena de los Mossos”, explica que el perfil de los terroristas es “muy transversal” y vislumbra un futuro muy complicado: “Antes se reclutaba a los terroristas en las mezquitas; hoy lo hacen a través de internet”.