Secuestro en el Raval: las últimas horas de Mehtaab Mehboob
Los amigos de un vecino de Ciutat Vella de 31 años denuncian su supuesto asesinato el pasado lunes
9 octubre, 2020 00:00Noticias relacionadas
Los amigos de la infancia de Mehtaab Mehboob intentan digerir la tragedia. Sentados en un café de la Rambla del Raval recuerdan en urdu, la lengua de su país, Pakistán, las últimas palabras que cruzaron con este vecino de Ciutat Vella. El pasado lunes por la noche la policía encontraba el cuerpo del hombre, de 31 años, en Sant Feliu de Llobregat. Ali Ahmad, con quien compartió mil y una aventuras en su pueblo natal, relata a Metrópoli Abierta la historia de un secuestro con el peor final.
El lunes 5 de octubre, sobre las 05.00 de la mañana, un amigo de Mehboob, también vecino del Raval, recibe una llamada telefónica. Al otro lado del aparato un hombre que se hace llamar "Eman" asegura que tienen retenido a su paisano en el bloque en el que residía, en la misma Rambla del Raval. Comienza una negociación entre los supuestos secuestradores y amigos y conocidos paquistaníes.
NEGOCIACIÓN
Durante toda la mañana se efectúan llamadas y algún encuentro físico a través de otra persona. Los secuestradores y el intermediario, señala Ahmad, eran de nacionalidad marroquí. El hombre, raptado desde las 03.00 de la madrugada, aproximadamente, recibe golpes y es "torturado", según denuncian sus amigos.
Sobre las 12.30 parecen llegar a un acuerdo para recuperar a su compatriota. El rescate pactado: 10.000 euros. Tras intentar, sin éxito, hablar por teléfono con su amigo, el interlocutor cuelga. Es la última vez que hablan con los captores. A continuación se dirigen a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Nou de la Rambla y denuncian la desaparición y secuestro de su compañero.
LOS CAPTORES, A LA FUGA
Entre las 15.00 y las 16.00 los agentes se dirigen al bloque donde vivía la víctima, que compartía piso con un hombre marroquí y la novia de éste. El compañero de piso tenía tres pisos en alquiler. Los agentes irrumpen en todas las viviendas sin encontrar a nadie. Ni rastro de la pareja. El mismo día, entre las 23.00 y las 00.00, la policía recibe un aviso sobre el hallazgo de un cuerpo en Sant Feliu de Llobregat. El cadáver es de Mehtab Mehboob.
"Es injustificable lo que han hecho. Confiamos que la policía y la Justicia hagan su trabajo y encuentren a los responsables", reclama Ahmad, emocionado. El Consulado General de Pakistán en Barcelona mantiene contacto permanente con el equipo investigador de la División de Investigación Criminal (DIC) de la policía catalana. Esperan recibir el cuerpo, cuando la investigación lo permita, y repatriarlo para que sea enterrado en Gujranwala, la ciudad del norte del país asiático donde reside la familia.
MÓVILES ROBADOS
Mehboob llegó a Barcelona hace cinco años y carecía de documentación española. Sí tenía permiso de residencia italiano. Trabajó vendiendo los populares palos selfie y los juguetes voladores luminosos que lanzan al aire los vendedores ambulantes. Desde hacía un mes se había instalado en un piso de la Rambla del Raval. Allí trabajaba cambiando tapas de móviles robados. Ahmad subraya que no estaba involucrado en el tráfico de drogas.
"No podemos ni expresar la tristeza que sentimos", expresa Ahmad. Con su muerte, la familia, formada por un matrimonio y siete hermanos, pierde el segundo hijo un año y medio después de que uno de ellos perdiera la batalla contra el cáncer. En Pakistán, la madre ingresó en el hospital debido al duro golpe emocional.
INVESTIGACIÓN SECRETA
Los Mossos aseguran no tener constancia de este caso, cuya investigación se encuentra bajo secreto de sumario, según fuentes del consulado paquistaní. Los investigadores han interrogado a más de siete testigos y prevén entrevistarse con más personas que puedan tener alguna información sobre lo sucedido.
A Mehboob le gustaba jugar al cricket. Solía practicarlo con otros compatriotas en el parque de las Tres Chimeneas. El fin de semana pasado le compró una bebida y unas patatas a Ahmad y estuvieron charlando en una de las plazoletas de la Rambla del Raval. Les contó a sus amigos que el 5 de octubre, el día de su muerte, planeaba volver a Pakistán. Ya había comprado el billete. Un conocido le contó a Ahmad que otros dos amigos vieron como cuatro personas lo metían en un coche el mediodía de ese día. Fue la última vez que algún conocido lo vio con vida. La comunidad paquistaní de Barcelona clama justicia.