Todo empezó con el hallazgo de 27 fardos de marihuana en una furgoneta en un control policial de la localidad de Vila-seca (Tarragona). El cargamento pesaba cerca de una tonelada (985 kg) con un valor en la calle de dos millones de euros. Ocurrió a principios de 2021. Investigadores de la Guardia Civil empezaron, entonces, una investigación que les condujo a una mafia de la marihuana que introducía grandes cantidades de mercancía por las costas catalanas.

Las pesquisas de la operación, bautizada como Palika, se han saldado recientemente con la detención de nueve personas (ocho en localidades de la provincia de Barcelona y una en Algeciras). Seis de ellas fueron arrestadas el pasado 29 de diciembre de 2021 gracias a las entradas y registros en 10 domicilios. Los detenidos vivían en diferentes municipios del Maresme como El Masnou, Argentona, Mataró y en la Roca del Vallès. Uno de los presuntos traficantes vivía en el costero municipio de Cádiz, punto neurálgico de numerosas organizaciones dedicadas al tráfico de la hoja verde que procede, en su casi totalidad, de Marruecos.

 

INTENTO DE DESEMBARCO EN BARCELONA

La droga encontrada en un control de la autopista AP-7 en Tarragona formaba parte de un alijo que había llegado a Cataluña a bordo de lanchas semirrígidas. Los miembros de esta organización estaban asentados en la provincia de Barcelona y transportaban el hachís desde Marruecos. En agosto, los investigadores detectaron un alijo en la playa Wai kiki de de la ciudad de Tarragona (68 fardos de 2.471 kg y un valor de más de 4,8 millones de euros y una furgoneta de carga).

Los traficantes notaron la vigilancia en la costa tarraconense y decidió cambiar de estrategia, según explica la Benemérita en un comunicado. Intentaron desembarcar hachís en la costa de Barcelona, "intento frustrado por el robo de la mercancía en el país de origen". También intentaron comprar una embarcación para realizar ellos mismos el traslado por el mar. 

LABORATORIO

Para financiarse planearon comprar una gran carga de hachís introducida por otra mafia por la costa gaditana para, después, transportar la mercancía por carretera desde el sur de AndalucÍa hasta las guarderías (lugares de almacenamiento) de Barcelona donde la venderían. Con esta información, la Guardia Civil coordinó un operativo en las principales carreteras y en Málaga interceptó un vehículo cargado con nueve fardos que pesaban 315 kg. En un garaje de Algeciras descubrieron 47 fardos con un peso de 1.400 kilos.

Los detenidos tenían un laboratorio donde mezclaban hachís de la mejor calidad con variantes en malas condiciones con un bajo nivel de THC. El objetivo era dar salida a una mayor cantidad de droga a través del menudeo que usaban para financiar sus actividades.

 

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