Carlos, el maestro de karate de Barcelona que abusó durante 40 años de niños: "Es un depredador"

Carlos F. tiene ahora 64 años. Profesor e instructor de kárate, acumula ya nueve denuncias por abusos sexuales a menores desde hace 40 años. Sin embargo, las víctimas lo tienen claro: "Seguro que hay muchas más". El hombre fue detenido el pasado 18 de mayo, un día después de que se le apartara del centro deportivo Claret, el último en el que enseñaba esta arte marcial a niños y jóvenes. Desde entonces, el 'sensei' lleva los últimos meses en prisión preventiva mientras se le van acumulando las denuncias.

Así lo ha avanzado El Periódico, que añade que las denuncias pertencen a personas, menores de edad cuando perpetró los crímenes, de varias escuelas y centros deportivos en los que dio clases de esta disciplina deportiva, 11 en total. Tras una fachada de un hombre con valores, disciplinado y que se esmeraba por el bienestar de los niños, se escondía un verdadero "depredador" que acechaba a sus víctimas y hacía por quedarse a solas con ellas y perpetrar los crímenes.

40 AÑOS DE ABUSOS

Carlos F. no es un desconocido de la policía, pues ya fue detenido por abusos sexuales en 1998. El instructor comenzó a impartir clases del arte marcial japonés a la edad de 23 años, en 1982. Siempre mostró fijación por los menores.

A algunos de ellos los atrajo destacando sus cualidades deportivas, reconociéndolas con mejores cinturones, invitándolas a su vestuario o despacho. En esos momentos, se ofrecía a dar masajes y este era el pretexto para practicarles felaciones, masturbaciones o penetraciones anales con los dedos. A lo largo de su vida, trabajó en los clubes Shere-Kan, Set i Mig, Club 2000, CEIP El Carmel, Podium, Club Esportiu Mediterrani, Eixample Fitness i Esportiu Claret. También dio clases en el Dojo Cervantes de Mataró.

Además, dio clases en la escuela La Salle de Gràcia. Cuando se le denunció por primera vez, en 1998, logró evitar el juicio y, de alguna manera, consiguió mantenerse cerca de los niños y siguió trabajando con menores hasta que, recientemente, una denuncia le ha mandado definitivamente a prisión, donde espera a la celebración del juicio.