'Un perro andaluz' de Luis Buñuel es uno de los cortos más famosos

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Vivir en Barcelona

Los cortos no son aptos para todos los públicos

Los cortometrajes cogen fuerza en los festivales de Barcelona aunque siguen siendo un formato con poca difusión

27 noviembre, 2017 16:12

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En la primera proyección de cortometrajes del Festival de Cine Independiente de Barcelona había 15 personas. Solo 15. Formaba parte de la sección oficial del festival, pero simultáneamente en otra sala pasaban uno de los largometrajes, también de la sección oficial, donde había muchos más espectadores. ¿El público prefiere antes los largos que los cortos?

“En los festivales, los cortos quedan bastante escondidos por culpa de los largos”, cuenta el cineasta Adrià Guxens a Metrópoli Abierta. “Por eso, cada vez hay más festivales específicos para cortos”, añade. En Barcelona, por ejemplo, en 2015 nació Bibliocurts, un festival de cortometrajes de las Bibliotecas de Barcelona. El evento, que este 2017 tiene lugar del 20 de noviembre al 1 de diciembre, pretende potenciar la creación de cortos y dar a conocer a creadores locales y nacionales. Otro de los festivales con este objetivo es Mecal, específico de cortometrajes, con proyección en géneros de animación, ficción y documental.

En Barcelona, el Festival de Cine Independiente, donde se da a conocer lo más innovador del panorama actual cinematográfico, ya tiene su propia sección para cortometrajes que, aunque no sea la más popular, va cogiendo fuerza edición tras edición. El festival Pantalla Barcelona, que empezará este 28 de noviembre y se alargará hasta el 30 de enero, opta por otro formato inclusivo. Cada martes se proyectarán un corto y un largo de temáticas similares con un denominador común: que estén rodados en Barcelona.

Los festivales de cine se empeñan cada vez más en proyectar cortometrajes, pero hay pocos circuitos de exhibición comercial para estos. Algunos cines han optado por proyectar un corto antes de pasar una película. Es el caso de Piper, ganador del Oscar al mejor corto de animación este 2017, que se mostró en los cines antes de la película Buscando a Dory. Pero más allá de estos pequeños gestos, los cortometrajes no tienen cabida en las salas de cine después de los festivales.

LOS CORTOS Y LOS CINEASTAS

La producción de cortometrajes se asocia a los inicios de los cineastas. “Se ve como el primer paso. Es más barato y permite que pruebes y te equivoques”, dice Adrià Guxens, quien ha producido varios cortos. Juan Antonio Bayona, uno de los directores más consagrados en el panorama español, empezó haciendo cortos. Por ejemplo, Mis vacaciones, en el año 1999. También la primera producción de Luis Buñuel fue un corto: se trata del famoso Un perro andaluz, en el que participó Salvador Dalí como director y guionista.

Sin embargo, para algunos directores como el estadounidense Jack Nicholson, el mundo de los cortos es solo apto para genios. En su caso, quería materializar una idea que tenía para un cortometraje, pero confesó que “sentía demasiado respeto por ese formato” y no estaba seguro de conseguirlo. “El gran error de muchos cortometrajes es intentar contar una idea larga en muy poco tiempo. Los mejores son los que exploran un pequeño concepto”, cuenta Adrià Guxens.

'La disco resplandece', un corto de Chema García Ibarra que se presentó en el festival de Cine Independiente

'La disco resplandece', un corto de Chema García Ibarra que se presentó en el festival de Cine Independiente



"Está bien reivindicar el cortometraje como un paso experimental hacia la realización de los largos, pero también habría que hacerlo como un formato con lenguaje propio, con identidad para contar historias como lo son los relatos en literatura, y no pensar en él como un género menor", expresó en una ocasión la actriz Anabel Alonso.

Este 2017, la única nominación española en los Oscar fue Timecode, un corto del barcelonés Juanjo Giménez Pérez, que se llevó galardones como el Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción o la Palma de Oro al mejor cortometraje. Pero aunque los cortos sean un formato interesante, siguen sin ser aptos para todos los públicos. Además, el cineasta Adrià Guxens reconoce que aunque hay subvenciones para realizar un corto, el 85% o 90% de los productores “no pueden vivir de los cortos”.

Hoy en día el universo de Internet y la edición digital han facilitado la producción, la difusión y el acercamiento de estos trabajos al público. Así que, quién sabe si dentro de unos años, gracias a los festivales y al mundo digital, los cortos pisarán con la misma fuerza que los largometrajes.