Lo último: Una discoteca silenciosa en la azotea de un hotel
Cuatro DJ's pinchan y el público elige la música que escucha con auriculares
8 septiembre, 2018 10:55Había oído hablar de ellas. En la entrada te dan unos auriculares, te los colocas y... así empieza la (extraña) fiesta. Se llaman discotecas silenciosas –menudo oxímoron– y se han convertido en todo un fenómeno de moda en Europa. La primera que vi, no hace mucho, fue en Gante, Bélgica. Estaba situada en el sótano de un local, rollo informal, en el centro de la ciudad. La entrada era gratis, los auriculares no lo sé. Este formato ha llegado ahora a Barcelona donde también habrá una, pero en este caso se situará en la azotea del Hotel OD Sky Bar con piscinita... y glamour.
El próximo 14 de septiembre a las 19 horas empezará el show –¿individualista?– que se alargará hasta las 00 horas. Se acabaron las discusiones con amigos para ver a qué discoteca se sale el viernes. En esta fiesta en concreto –que más adelante se trasladará al Kamoma Spritz Bar de Gràcia– hay música para todos los gustos. Cuatro DJ's pincharán en directo, cada uno un estilo diferente: funk, electrónica, hits internacionales y música old school.
TÚ ELIGES EL DJ
Los presentes podrán elegir qué quieren bailar y gozarán por su cuenta de la música a través de innovadores auriculares con WiFi. ¿Te cansas de bailar funk? Pues prueba con electrónica un rato. Y si no quieres más ruido y necesitas descansar solo tienes que quitarte los auriculares y... silencio. Increíble. Por supuesto, si algo no faltará en esta fiesta de ambiente internacional será el alcohol. Habrá –también– para todos los gustos y en todos sus formatos.
La escena puede parecer un tanto friki. Seres eufóricos y exaltados bailando desacompasados, cada uno a su bola. DJ's pinchando motivadísimos sin emitir ninguna melodía...
Sin embargo, la discoteca silenciosa tiene algunos puntos positivos. El primero, que si quieres hablar con tu amiga, o con un potencial ligue, no hace falta que salgas del espacio de fiesta. Esto es cómodo. Y, el segundo, que ninguno de los vecinos se podrá quejar porque la música está demasiado alta. Puede funcionar. Veremos qué tal suena este oxímoron tan de moda entre los jóvenes.