Los drones han revolucionado el panorama fotográfico y el plano zenital ha resucitado con una fuerza imparable. El húngaro Márton Mogyorósy, con tan solo 18 años, ha sabido identificar su potencial y se ha especializado en arquitectura e imágenes aéreas. En el marco de su proyecto Barcelona from above, visitó la ciudad en diciembre y la sobrevoló como si fuera un pájaro. Libre y avispado.

Sus fotografías aportan una visión alternativa –sosegada, sin caos ni agitación– de Barcelona. En el trabajo se aprecia la simetría que ya puede intuir cualquiera que aterrice en el aeropuerto. Por ejemplo, se aprecia el armonioso trazado del Eixample –de color pardo– que ideó Ildefons Cerdà en su afán por expandir la ciudad. Pero la imagen de Mogyorósy va más allá: capta unas manzanas de edificios cortadas por la Diagonal con una simetría bellísima.

HUYE DE LOS EDIFICIOS MÁS TURÍSTICOS

El artista húngaro ha querido huir de los puntos más visitados como la Sagrada Família, el Park Güell, el Tibidabo o la zona de Montjuïc. Aunque no se ha olvidado del Mediterráneo. El paseo fotográfico nos lleva hasta la costa. Y una instantánea nos revela que estamos en la Barceloneta, el lugar predilecto para los turistas por su proximidad a la playa.

Las (estrechas) calles de este barrio marinero fueron construidas con orientación norte-sur para que las casas se resguardaran del viento, a la misma vez que gozan de buena ventilación. A día de hoy, es uno de los más sacudidos por la gentrificación y las escenas violentas, sobre todo en verano, cuando más masificación hay.

LA SIMETRÍA ES SU BANDERA

Entre las imágenes de Mogyorósy, destaca el emblemático edificio residencial Walden 7 diseñado por los hermanos Anna y Ricardo Bofill. El plano incorpora sus dos piscinas situadas en la azotea: las formas, la profundidad, los colores y la majestuosidad del edificio situado en Sant Just Desvern nos trasladan a la película de Wes Anderson, El Gran Hotel Budapest.

De hecho, el libro que inspiró el fotógrafo para materializar este proyecto en concreto se llama también Walden dos. Se trata de una obra de ciencia ficción del autor Bruuhus Frederic Skinner que dibuja un mundo utópico basado en la obra de Henry David Thoreau, Walden. Pero en este caso, lejos de la naturaleza: en la ciudad. Así nos despedimos, con una imagen llena de contrastes del espigón de la costa. Y seguimos volando, como pájaros, para ampliar –siempre que se pueda– la perspectiva de Barcelona.

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