Casa de la Prensa: Un ‘mini’ Hospital de Sant Pau
Pere Domènech proyectó un palacete equipado ‘a la última’ para los periodistas que cubrieron la Exposición Internacional de 1929
1 septiembre, 2021 00:00Noticias relacionadas
En el número 5 de la avenida Rius i Taulet, en el Poble-sec, sale al paso un pequeño Palacio esquinero cuyo diseño recuerda ligeramente al del Hospital de Sant Pau. Es el Palau (o Casa) de la Premsa, una de las edificaciones que se construyeron en Montjuïc con motivo de la Exposición Internacional de 1929. Esta, en concreto, funcionó como un moderno y avanzado centro de prensa que dio servicio a los cientos de periodistas de todo el mundo que se desplazaron a Barcelona para cubrir el evento.
Del proyecto se encargó Pere Domènech i Roure. Sí, el hijo de Lluís Domènech i Montaner, que no pudo evitar dejar en él herencia modernista paterna: la fachada es un testimonio de la influencia que ejerció Lluís Domènech i Montaner sobre la obra de su hijo. El resultado final fue este espectacular edificio, construido en 1926, de estilo ecléctico con elementos neomudéjares, neorrománicos y neogóticos.
SALA DE PRENSA
2.000 metros cuadrados: tres plantas, subterráneo y una sala con una gran cúpula donde se celebraron numerosos actos durante la Exposición. En su interior destacan las columnas, la escalera señorial y los diversos escudos del Ayuntamiento de Barcelona, colocados de tal forma que recordaran a los periodistas la ciudad en la que estaban para que hablaran de ella a todo el mundo.
Para el exterior, el arquitecto eligió el ladrillo visto y la decoración a base de elementos cerámicos. Una decoración que, especialmente en las plantas superiores, recuerda al Hospital de Sant Pau. No es extraño, pues el arquitecto se hizo cargo de las obras del recinto modernista, tras la muerte de su padre, hecho que influyó sin duda en el tratamiento arquitectónico de la Casa de la Prensa.
El inmueble funcionó como sala de prensa solo mientras duró la Exposición. Fue una redacción a la vanguardia de la época, dotada de la tecnología más moderna de la época para facilitar el trabajo de los periodistas, con servicio de correo y telégrafos, cabinas telefónicas, laboratorio fotográfico, biblioteca y salas de reuniones, entre otros, e incluso se habilitaron 13 dormitorios con baño en la planta superior.
SEDE DE LA GUARDIA URBANA
Al finalizar la Exposición, se instaló allí el comité de liquidación, a cargo del cierre contable del evento y se llevaron a cabo algunas actividades culturales. En 1934, la Casa de la Prensa acabó convertida en la sede de la Guardia Urbana de Barcelona, cuyos mandos tuvieron allí sus despachos hasta finales de los 80. Sin embargo, tras ser desocupada por el desuso se ha quedado sin utilidad hasta hoy, a la espera desde hace años de una esperada rehabilitación y la asignación de algún uso.
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