Una farmacia modernista para el doctor Boatella

Nada en su fachada exterior totalmente reformada delata el túnel del tiempo que guarda en su interior. En el número 38 de la Rambla una cruz verde anuncia la entrada a la farmacia Hernández de la Rosa, donde antiguamente estuvo la farmacia Boatella.

Este comercio emblemático protegido, es una joya modernista. Traspasar la puerta de cristal de la entrada es como entrar en otra dimensión espacio temporal y viajar a 1900, fecha de su inauguración tras la reforma del local encargada por el doctor Boatella al arquitecto Antoni Serrallach.

ELEMENTOS DECORATIVOS DE NIVEL

El interior del establecimiento se conserva tal y como fue diseñado a principios del siglo XX. Mantiene todos los elementos decorativos en los que participaron diversos artistas de la época, como el escultor Carreras, los vidrieros Rigalt y Cía, el cerrajero Ballariny los marmolistas Juyol. Destacan las ornamentaciones de las arcadas en madera tallada, así como las lámparas y las escaleras que llevan a un segundo nivel, con sus barandillas de forja.

Sobre las estanterías que cubren las paredes de arriba a abajo y el artesonado trabajado del techo, se conservan los plafones con mosaicos originales, obra de Mario Maragliano. Están realizados con teselas de cerámica esmaltada de forma cuadrangular, formando una cenefa vegetal con hojas de acanto de color verde y flores amarillas y rosas sobre un fondo azul claro. Una banda de color rosa delineada de azul con puntos rojos remata la parte superior. 

RECONOCIMIENTO

El dato: en 1901 la revista Arquitectura y Construcción publico fotos de la farmacia Boatella, un claro reconocimiento al trabajo realizado en la época.

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