La hiperplasia benigna de próstata es un crecimiento no canceroso de la glándula prostática es un proceso muy frecuente en los varones mayores de 50 años. Afecta al 50% de los hombres de más de 50 años y al 90% de los que tienen entre 70 y 80 años.

A medida que la glándula crece puede disminuir o detener el flujo de orina desde la vejiga y dar síntomas de obstrucción, necesidad de orinar con mucha frecuencia, sensación de vaciado incompleto, orinar con frecuencia por la noche y con urgencia y también ver afectada la función sexual, deteriorando mucho su calidad de vida.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Este problema empeora con el tiempo y puede tratarse inicialmente mediante terapia farmacológica, pero en un alto porcentaje de casos requería un tratamiento quirúrgico invasivo para solucionar la obstrucción urinaria.

El tratamiento quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata sin embargo ha presentado un gran avance en los últimos años, consiguiendo abordarse de forma mínimamente invasiva gracias a un tratamiento de radiología intervencionista conocido como embolización de la arteria de próstata.

¿QUÉ ES LA EMBOLIZACIÓN?

La embolización prostática la realiza un radiólogo intervencionista con anestesia local. Consiste en la punción a nivel de la muñeca del paciente para introducir un catéter muy fino a través de la arteria radial, que llega hasta las arterias que llevan la sangre a la próstata (cateterismo).

A través de dicho catéter se inyectan unas partículas que actúan reduciendo el flujo de sangre hacia la próstata. Esto provoca que se reduzca su tamaño y que disminuya la compresión que causa sobre la uretra. De esta manera se consiguen mejorar los síntomas relacionados con la obstrucción urinaria.

RECUPERACIÓN INMEDIATA

Este tratamiento se realiza en régimen ambulatorio y la recuperación completa en unos 5-7 días. También supone menor riesgo, menor dolor y menor tiempo de recuperación que la cirugía tradicional y, además, minimiza el riesgo de la disfunción sexual y la incontinencia urinaria.

Los primeros tratamientos de forma totalmente ambulatoria han sido un rotundo éxito de la mano del doctor Joan Falcó, de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Universitari General de Catalunya.

TIPOLOGIA DEL PACIENTE

La embolización de la arteria prostática es una opción de tratamiento segura y efectiva para pacientes con unas determinadas características. Los expertos insisten en la importancia de consultar siempre al especialista, sobre la idoneidad de realizar dicho tratamiento en primera opción.

El perfil de paciente idóneo para la técnica de embolización es el siguiente:

· Pacientes jóvenes que rechazan técnicas invasivas con efectos indeseables en relación a la disfunción sexual.

· Pacientes que rechazan el tratamiento farmacológico o quirúrgico.

· Pacientes con sonda a permanencia, no tributarios de cirugía.

· Pacientes con contraindicación quirúrgica por razón de comorbilidad.

· Pacientes con trastornos no corregibles de la coagulación.

· Pacientes con próstatas muy grandes.

VALORACIÓN DEL URÓLOGO

Todos los pacientes deben ser valorados mediante la realización de una ecografía renovesical con valoración del volumen prostático y del residuo post-miccional.

También se realiza una flujometría con valoración de flujo máximo (Qmax), una analítica de antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés) y un test de la puntuación internacional de los síntomas prostáticos (IPSS por sus siglas en inglés).

El radiólogo intervencionista evaluará mediante la realización de un Angio-TC de las arterias prostáticas las posibilidades del éxito técnico de la intervención.

 

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