Isona Passola se enroca frente al “incendio” provocado en el Ateneu Barcelonès
Los socios la acusan de “autoritaria”, la ven “protegida” por ERC y recuerdan el cese de varios gerentes y la falta de diálogo en el seno de la dirección de la entidad
22 septiembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Un “incendio” que puede perjudicar de forma grave al Ateneu Barcelonès y a su presidenta, la productora cinematográfica Isona Passola. Las dimisiones de varios miembros de la junta, tras el cese del bibliotecario y director de la Biblioteca del Ateneu, y el convencimiento de que se ha dejado de lado un cierto espíritu colectivo ha provocado una situación “insostenible”, según socios relevantes de la entidad, consultados por Metrópoli. Frente a todo eso, Passola ha decidido enrocarse.
El despido del bibliotecari Àlex Cosials ha colmado los ánimos. Lo señala a Metrópoli Joan Safont, vocal de la entidad hasta este martes, cuando presentó su dimisión. “El despido de Cosials es la gota que colma el vaso, porque lo que hemos visto es una forma de dirigir la entidad de forma presidencialista, con decisiones que se llevan a la junta cuando ya están tomadas, y ese no es, o no era, el espíritu del Ateneu”.
Passola no se ha dado por aludida, o más bien, mantiene el reto hacia sus críticos en la entidad. En un breve comentario, Passola señala que cuando se toman “soluciones fuertes y radicales, no todo el mundo piensa que se debe hacer lo mismo”. Pero, ¿qué quiere decir ‘lo mismo’?
El “autoritarismo” de Passola se explica, según los socios consultados, por su propia percepción de la situación. Se siente fuerte al frente de una de las entidades culturales de Barcelona con más prestigido porque forma parte de la órbita de ERC, que ahora trata de dominar los principales organismos. Esa “protección” le ha dado alas, frente a los críticos, que no entienden que en su corto mandato, desde marzo de 2021, hayan pasado por la entidad tres gerentes y dos responsables de comunicación. El primero, Daniel Ortiz, que ganó un concurso público frente a 25 candidatos, fue cesado en julio en 2021. Ortiz demandó a la entidad y a la propia Passola. Se llegó a un acuerdo porque Passola no quiso llegar a jucio, y Ortiz fue indemnizado.
HUNDIR UNA CARRERA
En la crisis en el Ateneu se producen dos circunstancias, la personal y química entre Passola y otros miembros de la dirección, y la cuestión política, porque, como se ha producido ya en otras instituciones, los resortes de ERC se mueven frente a las palancas de personas cercanas en su momento a la ex Convergència, o ahora a JxCat. Passola se refiere a la “caspa” en relación a los seguidores de Jordi Casassas, el anterior presidente del Ateneu, un historiador cercano al mundo de CDC, que ganó las elecciones frente a profesionales más jóvenes, independentistas, que reclamaban un cambio de orientación, como fue el caso del filósofo Bernat Dedéu, en las elecciones de 2017. Ganó Casassas frente a Dedéu y la lista que encabezaba el arqueólogo Genís Roca.
En marzo de 2021, con el inicio de la pandemia del Covid y con la población confinada, se elegió a Isona Passola, sin otras candidaturas. Passola buscó integrar a personas de las anteriores listas, las perdedoras en 2017, y logró, únicamente, la integración de Roca, como vicepresidente. Sin embargo, Genís Roca presentó su dimisión a los pocos meses.
Ahora se han añadido a esas dimisiones los vocales Joan Safont, --investigador y periodista cultural de prestigio-- y Teresa Mañà.
Dedéu, Safont y otros socios relevantes de la entidad han pedido la convocatoria de una asamblea general, con carácter urgente, para que Passola explique qué está sucediendo en la entidad. En las redes sociales y en los canales de comunicación internos las reacciones son contundentes. Jordi Serrallonga, “como ponente del Ateneu”, señala –sobre el cese de Cosials—que puede hablar de su dedicación a la entidad: “El director de la Biblioteca ha sido despedido y no me gusta lo que se ha dicho sobre él. Los rumores pueden derribar una carrera. Pido a la Junta una explicación pública”.
También se ha pronunciado el historiador Agustí Colomines, quien conoció a Cosials cuando éste trabajaba el Centro Unesco de Catalunya. El despido le parece “injusto y arbitrario”. Y añade, sobre el enroque de Passola: “Cuando alguien capitanea una entidad de socios, no puede dirigirla como si fuese su casa. El mundo de hoy ya no admite el dirigismo sin más. Hay que rendir cuentas, por el bien de la entidad y para preservar la armonía, Passola debe explicarse ante la Asamblea”.
La situación del Ateneu es ilustrativa de la tensión creada en el seno del nacionalismo catalán. Uno de los buques insignia de la cultura catalana en Barcelona se ha incendiado, y ahora todo pasa por esa asamblea que se ve imprescindible para “recomponer” el equilibrio, con el recuerdo –y el reproche—de que Passola no fue elegida por los socios, a diferencia del anterior, Jordi Casassas, que frustró las aspiraciones de una generación más joven –independentista—que pretendía renovar la institución.