La farmacia del Dr. Roig

Poco queda de aquella calle de Sant Pau de toma y rasga, que tiempo atrás fue conocida como la calle de las farmacias. Era principios del siglo XX cuando en el Raval proliferaron estos establecimientos como hoy florecen las panaderías degustación, sin restricciones sobre su ubicación ni sobre la distancia mínima entre una y otra; una época en la que las farmacias se relacionaban muy a menudo con la venta de sustancias estupefacientes, entonces legales, como la cocaína. Pero los tiempos cambian y, con ellos, el paisaje urbano, y hoy Sant Pau es una calle con una amplia oferta de locales de reparación y venta de móviles. Claro que, quien tuvo, retuvo, y aún quedan a lo largo de su recorrido dos o tres farmacias abiertas, y otras dos de las que solo se conserva la fachada. La más destacada es El Siglo, del doctor Roig, en el número 33.

Esta farmacia y laboratorio abrió sus puertas en 1926, en un edificio de mediados de siglo XIX, que no tendría especial interés, si no fuera por los mosaicos que se han conservado en la fachada y que pertenecieron al antiguo establecimiento. Está elaborado con teselas de cerámica esmaltada de forma cuadrangular combinadas con algunas de vidrio de forma rectangular, y utiliza dos tonalidades de azul y dos de beige. Dos letreros anuncian a lo grande: “Laborarorio, vacunas, sueros, análisis clínicos, Farmacia Dr Roig”. El plafón inferior está decorado en los extremos con la concha del peregrino, y, en el centro, luce la copa de Higea, símbolo del gremio de los farmacéuticos.

En este local, el doctor Roig elaboró medicamentos que comercializaba bajo la marca Vian hasta 1956, cuando murió. Su mujer vendió el laboratorio a Miguel Llevat Grau. Fue el primero de los múltiples farmacéuticos que pasaron por el establecimiento después de Roig. En los años 90 fue la farmacia Gissassola, Prudencio, Sempere y Puchol. Con este último nombre cerró su etapa como farmacia en 2003 para convertirse en tienda de telefonía.

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