César de Melero, pionero del 'house' en Ibiza: "La fiesta en Barcelona está al servicio del turismo"
Apodado como 'el padrino de la música electrónica', el barcelonés vuelve a su ciudad natal convertido en uno de los djs más importantes
8 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Cuando la cultura de clubes y discotecas empezaba a despertar en España, él ya estaba ahí, escuchando, seleccionando y pinchando. César de Melero (Barcelona, 1966) fue uno de los pioneros de la música house en Ibiza. Se trasladó a la isla en 1979 para, años después, convertirse en una de las figuras más importantes de la historia del clubbing electrónico. En Barcelona promovió una de las discotecas más míticas de la capital catalana, Ars Studio. Tras más de 30 años pinchando en los mejores clubes de París, Milán, Ámsterdam, Londres y Tel-Aviv, César de Melero explica en una entrevista a Metrópoli qué se siente al volver a trabajar en su ciudad natal, una ciudad castigada por el "turismo de borrachera".
Pregunta: ¿Cómo y cuándo empezó tu interés en el mundo de los Dj y la música house?
Respuesta: Cuando yo era joven no existía esto de ser Dj. Gracias a mi madre tenía el gusanillo de la música, me gustaba poner el tocadiscos y escuchar cualquier tipo de canciones. Fue entonces cuando escuché un sonido que para mi era nuevo, impactante y fresco: el house. Decidí instalarme en Ibiza y allí pinché en discotecas como Amnesia, Pacha y Space hasta convertirme en 'el padrino de la música house', según dicen. Fue el principio de una larga carrera en la que afortunadamente he podido viajar por todo el mundo haciendo lo que me gusta.
¿Consideras que la música house ha evolucionado a lo largo de tu carrera?
Cuando empecé, la música era muy underground. Experimentábamos con los sonidos para encontrar la melodía perfecta. Es cierto que ha habido épocas en las que no ha estado de moda, pero actualmente el ritmo está presente en la mayoría de canciones comerciales. La única diferencia que hay entre mi época y la actual es que el hacer música no se vive tanto. A nosotros nos costaba encontrar los patrones, las cajas de ritmo... Ahora, con la Inteligencia Artificial y los equipos es más fácil hacer este tipo de sonidos.
Naciste en Barcelona, aunque gran parte de tu vida está en Ibiza. ¿Qué tenía la isla que no tenía la capital catalana?
En aquella época, Ibiza sonaba de otra manera. Había libertad. Era como una isla abandonada donde se podía hacer de todo. La gente que vivía en Ibiza era artística, mágica, espiritual. En Barcelona se vivía con prisas, algo que no ha cambiado demasiado.
Pero ahora has vuelto. ¿Por qué?
No podemos comparar la Ibiza de ahora con la de hace 40 años porque no tiene nada que ver. Ahora la isla me ofrece menos. Se ha convertido en un lugar lleno de extranjeros, para ricos y turistas. Las discotecas ya no son lo que eran. En Catalunya hay playas más o menos salvajes, vírgenes, donde poder pinchar para 30 o 40 personas. Este es el tipo de ambiente que me gusta, mucho más tranquilo que la multitud que se agolpa en las discotecas.
En el caso de Barcelona es una ciudad repleta de discotecas. ¿Qué lugares dirías que son los ideales para este tipo de sesiones?
Espacios abiertos como son las terrazas de hoteles. Cambia mucho la sesión si pinchas en un club que en un espacio al aire libre. También tienen mucho éxito lo que ahora se llaman tardeos en patios del Eixample. El problema es que este tipo de sesiones o eventos no se conocen tanto porque Barcelona está repleta de discotecas, que están enfocadas al turista. Vive por y para el turismo.
Entonces, ¿consideras que se tendría que fomentar más este tipo de fiestas? Más tranquilas, fuera de clubes... Y, en todo caso, ¿funcionarían?
En realidad hay asociaciones en la ciudad que fomentan este tipo de fiestas, como es la Asociación de Música Electrónica de Barcelona (AMEBA). El problema reside en que este tipo de eventos los organizan promotores extranjeros. Un ejemplo es el Brunch Electronic que se ha puesto ahora de moda. A mi no me dejaron pinchar porque no era ni alemán ni francés. Esto pasa porque hay muchísimo turismo y se vive de ello. Es algo triste que no nos podemos permitir como ciudad.
Se apoderan de la marca Barcelona.
Barcelona está al servicio del turismo. Aquí se les permite hacer fiestas que en sus países estarían prohibidas. En esto, los promotores extranjeros nos han ganado siempre. Viene un promotor extranjero, monta una fiesta y consigue reunir a más de 2.000 personas, mientras que a nosotros nos cuesta mucho más. Me da rabia que vengan y se aprovechen de Barcelona, pero no se puede hacer nada porque es un problema enquistado que forma parte de la ciudad.
Después de 30 años recorriendo el mundo como Dj, ¿te queda alguna cosa por cumplir?
Mis planes de futuro son estar con mi familia y seguir haciendo lo que a mi me gusta, que es pinchar a mi manera. Ahora tengo la suerte de poder hacerlo en casa.