El museo más pequeño del mundo en una imagen de archivo / INSTAGRAM

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Vivir en Barcelona

El museo de Barcelona que muy pocos conocen: es el más pequeño del mundo y se puede ver gratis

El singular espacio artístico no se encuentra en una estructura convencional, sino que se camufla en las paredes del barrio de Gràcia

29 febrero, 2024 18:54

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Barcelona, conocida por su rica escena artística, alberga un tesoro inusual que a menudo pasa desapercibido: el Museu més petit del món. Este singular espacio artístico no se encuentra en una estructura convencional, sino que se camufla en las paredes del barrio de Gràcia. La entrada a este museo es gratuita para los visitantes.

Entre llaves y paredes

Las salas de exhibición de este museo no son galerías lujosas ni espacios convencionales, sino pequeños huecos en la pared, antiguas llaves de agua que han quedado en desuso.

Con apenas 10 centímetros de ancho y longitud, estas aberturas se esconden tras diminutas puertas negras de metal. Noemí Batllori, artista y maquetista, junto a su hija Gala, inició esta iniciativa transformando estos olvidados rincones en lienzos para pequeñas obras de arte.

El Museu més petit del món

El Museu més petit del món Metrópoli

Increíbles obras

Detrás de las diminutas puertas del Museo Más Pequeño del Mundo se esconden increíbles obras. Desde la colorida instalación 'Entra en el Universo', inspirada en los estudios planetarios de Gala, hasta otras veinte mini obras de arte que adornan las paredes de Gràcia. Cada rincón revela una nueva historia, ya sea un homenaje a artistas locales o una representación mágica de granjas y bosques.

Este museo insólito no se limita a cuatro paredes, sino que se extiende por las calles de Gracia, convirtiendo el barrio en una galería ambulante. Cada pequeño rincón revela una sorpresa artística, invitando a los visitantes a descubrir la creatividad que se esconde en lugares inesperados.

Noemí Batllori ofrece la oportunidad de sumarse a esta iniciativa, adquiriendo un kit con instrucciones, permitiendo que cualquier persona agregue su propia obra a las paredes de Gràcia. Una experiencia interactiva que transforma a los transeúntes en artistas temporales, contribuyendo a la continua evolución de este peculiar museo.