Visitantes con las gafas de realidad virtual para ver la exposición Sorolla en la Casa Amatller de Barcelona

Visitantes con las gafas de realidad virtual para ver la exposición Sorolla en la Casa Amatller de Barcelona Álex Franquet

Vivir en Barcelona

El boom de las experiencias inmersivas en Barcelona: todo para el turista

La realidad virtual ha engullido el arte y lo ha convertido en contenido digital accesible que genera grandes ganancias, debido a la enorme afluencia de visitantes

8 junio, 2024 23:30

Es la nueva tendencia de penetrar en el arte, las exposiciones digitales inmersivas, un huracán que se ha apoderado de Barcelona. Desde la llegada de Monet en 2019 al Centro de Artes Digitales IDEAL, que atrajo a 150.000 visitantes, este formato cultural insólito no ha dejado de proliferar. Alimentado por innovaciones tecnológicas como la realidad virtual y las proyecciones 3D, este fenómeno busca captar al creciente flujo de turistas.

Seguida de esta, el IDEAL ha acogido otras obras como Klimt, que llegó a más de 400.000 visitantes,Frida Kahlo. The life of an icon, en 2021. A su vez, el Moco Barcelona impulsó esta corriente con sus exposiciones Diamond Matrix y Flowers and People, convirtiéndose en el primer museo en contar con un espacio expositivo dedicado a los non-fungible tokens (NFT). 

En el mismo año se sumaron al fenómeno digital edificios patrimoniales como la casa Batlló, con la exposición 10D Experience y posteriormente en 2023 se estrenó la casa Amatller con la primera experiencia inmersiva que retrata los orígenes del modernismo catalán y la Barcelona del 1900. La Pedrera también se unió con La Pedrera Experience, para acercar el universo de Gaudí al visitante a través de la realidad virtual. 

2023, la llegada del 'boom' 

La inauguración del nuevo espacio digital de la Casa Amatller en 2023 marca el comienzo del boom de este concepto que ha revolucionado el ámbito de la cultura y el entretenimiento. Durante ese año, brotaron exposiciones como la de Harry Potter en el Port Vell, Dalí Cibernético en el IDEAL, Pompeya, el Último Gladiador en el Museo Marítimo, Space Discovery en el Espacio Inmersa y Tutankamón en el IDEAL, siendo este último visitado por 240.000 personas desde septiembre hasta la fecha.

Todas estas experiencias se concentran en espacios donde prima el flujo turístico. De hecho, algunas han llegado hasta a centros comerciales como la de Ikono en el Arenas y el próximo 26 de septiembre llegará la exposición más grande de Píxar hasta la fecha a la Westfield La Maquinista, donde se recrearán espacios a tamaño real de películas como Toy Story, Buscando a Nemos o Del Revés (InsideOut). 

Experiencia inmersiva Tutankamon

Experiencia inmersiva Tutankamon Centre d'Arts Digitals IDEAL

Una tendencia 'in crescendo'

Este 2024 la cifra de estas experiencias continúa en aumento. Desde principios de año la casa Amatller alberga la exposición de Sorolla, una nova dimensió, un homenaje al artista valenciano que alcanza ya las 85.000 visitas. También hay otras como El otro lado en el centro d'Arts Santa Mònica, Symphony en CaixaForum, Genesis en la Escuela de Les Dominiques, Pop Air Balloon Museum en el Palacio Victoria Eugenia, que han ganado gran popularidad en la ciudad. 

Recientemente, se ha inaugurado la America’s Cup Experience en el Moll d’Espanya que permite conocer a través de una área inmersiva y una galería multimedia la historia del certamen. El 24 de mayo también se estrenó la obra Music:Response de 64 millones de píxeles en The Cube, en el sótano del edificio de Gaudí.

Asimismo, este pasado jueves, 6 de junio, ha abierto el nuevo Guitar Legends Hall, un nuevo museo en el que se expondrán más de 50 guitarras de grandes leyendas del rock, que contará con una exposición permanente y varias temporales a lo largo del año. Próximamente, el 12 de junio también aterrizará en la capital catalana la exposición Dalí Challenge en el Reial Cercle Artístic. 

Pasar de observador a actor

La fascinación que muestra la sociedad por este nuevo formato de arte es evidente, pero ¿cuál es el motivo detrás de su creciente interés y proliferación? Para Irene Serra, coordinadora del Centre d'Art Amatller, la respuesta radica en la capacidad de adentrar al visitante en la obra y hacerlo partícipe. "Es toda la museografía didáctica e interactiva que apela al espectador para convertirlo en un actor de la obra", explica a Metrópoli.

Marta Meya, coordinadora del centro de Artes Digitales IDEAL, coincide en el mismo aspecto y asegura a este digital que las experiencias inmersivas permiten a la persona "formar parte del escenario de la exposición, integrándola como un elemento más de las propias obras y haciéndola partícipe de todo". La inmersión en las obras es tan permeable que "logra conmover", hasta el punto de que algunos "han llorado", explica Meya. También invita a la interacción. "Reaccionan a los elementos, saltan y señalan".

Se rompe con la barrera mental

Marc Gomariz, director del festival de artes digitales MIRA, nacido en 2011 y celebrado anualmente en Barcelona, atribuye el crecimiento de este fenómeno en la capital catalana a la accesibilidad de las obras. Según él, estas obras rompen con las barreras mentales presentes en las creaciones de los museos convencionales. "Es muy fácil de consumir, no provoca ningún debate interno, puede ser apreciado por personas de todas las edades", destaca.

Al no requerir un conocimiento previo para entender y disfrutar de la exposición, atrae a todo tipo de personas, sin importar su edad. Así lo expone Serra en conversación con este medio: "En el centro de Art Amatller tenemos todo tipo de público". "Vienen muchas familias, con niños que disfrutan mucho interactuando con los elementos", añade Meya.

Contenido 'mainstream'

Gomariz también sostiene que la popularidad de esta corriente se debe a su accesibilidad espacial y su bajo coste. "No hay experiencias inmersivas en Horta o en Sant Andreu, están todas en el centro de Barcelona, y las entradas son baratas, hay descuentos para familias y grupos" recalca.

A su vez, otro de los factores con los que juegan estas experiencias para atraer a un público mayor es el contenido que Gomariz tilda de mainstream. "Utilizar a personas conocidas, como Tim Burton, Harry Potter, Sorolla, para crear una experiencia inmersiva, vende mucho más, es más promocionable", subraya. 

Tim Burton, en una de las salas de la exposición

Tim Burton, en una de las salas de la exposición Europa Press

Marca de inmersivo

Pese la expansión de esta innovadora forma de arte, Gomariz recalca que "no todas las experiencias son realmente inmersivas". "Ahora todas tienen la marca de lo inmersivo porque comercialmente funciona, pero hay algunas que cuentan con cuatro elementos inmersivos y las venden como exposiciones de esta tipología", esclarece a Metrópoli. 

Como ejemplo de ello se pueden mencionar Bubble Planet Experience que el Espacio Inmersa del barrio del Poblenou acoge desde el pasado 27 de abril. Se trata de un recorrido multisensorial e interactivo entre piscinas de bolas gigantes, que para expertos en el mundo digital como Gomariz se aleja de este concepto y puede rozar el campo del puro entretenimiento. 

¿Más ocio que arte?

De hecho, para Gomariz al igual que para el director del museo Picasso, Emmanuel Guigon, las experiencias inmersivas se acercan más al espacio del ocio, aunque las promocionen como obras de arte. "No lo son, es algo entre cine y museo", asegura Guigon. "Hay mucha técnica y tecnología y es difícil encontrar el arte", añade Gomariz.

Sin embargo, Serra y Meya discrepan y consideran que no deja de ser arte por aprovechar las herramientas que proporciona la tecnología. "El consumo cultural ocupa un espacio en el ocio, y el arte digital puede convivir en ambos espacios", sostiene Serra. "Es otra forma de expresar el arte, al final escogemos a artistas reconocidos mundialmente", agrega Meya.  

Una nueva era

Sea arte o entretenimiento parece no importar tanto a barceloneses como turistas, y lo cierto es que cada vez sienten mayor devoción por estas exposiciones. ¿Podrían llegar a desafiar a los museos convencionales? Gomariz lo tiene claro: "Todo esto acabará petando", afirma rotundamente. Y con ello, espera que "las propuestas de reflexión y debate equilibren la balanza frente a los contenidos low cost masivos".

Serra, en cambio, es de la opción que el futuro del arte digital radica en explorar otros campos, como la educación, para transformar el actual proceso de aprendizaje. "Tiene un enorme potencial en ese ámbito, y crear metodologías a través de este tipo de exposiciones que involucren y vinculen al estudiante en el proceso de aprendizaje y creación podría ser efectivo", concluye.