El monumento prehistórico de más de 4000 años que no se descubrió hasta 2007: a 200 km de Barcelona
Sigue siendo un testimonio imponente de la capacidad técnica y espiritual de las primeras sociedades humanas que habitaron los Pirineos
8 septiembre, 2024 10:31En 2007, un descubrimiento sorprendió a los arqueólogos y vecinos del Pirineo catalán: El Dolmen de la Cabaneta, un monumento megalítico de más de 4.000 años de antigüedad, fue encontrado a 200 kilómetros de Barcelona.
A pesar de haber permanecido oculto durante milenios, su estado de conservación es excepcional, lo que lo convierte en una pieza clave para el estudio de las culturas prehistóricas de la región. Este dolmen pertenece a la Edad del Bronce y se estima que fue erigido entre los años 2.000 y 2.500 a.C., en plena transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales.
El monumento se encuentra en el término municipal de La Torre de Cabdella, en la comarca del Pallars Jussà, justo en la frontera con Baix Pallars, en el Pallars Sobirà. Está ubicado en el Serrat de la Cabaneta, en las inmediaciones del pequeño pueblo de Envall, un lugar apartado y rodeado de montañas, lo que probablemente contribuyó a su conservación durante tantos siglos. A pesar de su valor arqueológico, no fue hasta el año 2007 que los vecinos de Envall lo identificaron por primera vez como un dolmen.
El misterio de su descubrimiento tardío
El descubrimiento del Dolmen de la Cabaneta resulta aún más sorprendente si consideramos su localización, relativamente cerca de otras zonas arqueológicas importantes de Cataluña. Sin embargo, la dificultad de acceso a esta región del Pirineo, unida a su geografía escarpada, contribuyó a que permaneciera desconocido por tanto tiempo. Aunque la zona ha sido habitada desde tiempos prehistóricos, el dolmen se mantuvo oculto, sin ser registrado en ningún estudio arqueológico previo.
En 2008, tras el hallazgo, se comunicó su existencia a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat, y a partir de ese momento se iniciaron los trabajos para documentarlo y protegerlo. Se realizaron estudios sobre su estructura, el tipo de materiales empleados y su posible función en la sociedad que lo construyó. Como muchos otros dólmenes, se cree que el de la Cabaneta era utilizado como una tumba colectiva, un lugar donde se rendía culto a los antepasados y se realizaban rituales funerarios.
Un monumento único en su entorno
Lo que hace al Dolmen de la Cabaneta especialmente valioso es su estado de conservación. A diferencia de otros monumentos megalíticos de la región, que han sufrido daños a lo largo de los siglos, este dolmen se mantiene casi intacto. Su estructura básica, compuesta por grandes losas de piedra dispuestas en forma de cámara funeraria, sigue en pie, lo que ha permitido a los arqueólogos realizar estudios detallados.
Este monumento prehistórico no solo ofrece una ventana al pasado de las culturas que habitaron la zona hace miles de años, sino que también resalta la importancia de proteger y valorar el patrimonio cultural escondido en rincones remotos del territorio. Hoy en día, el Dolmen de la Cabaneta sigue siendo un testimonio imponente de la capacidad técnica y espiritual de las primeras sociedades humanas que habitaron los Pirineos.