Esta es la expresión que se usa en Barcelona y no se entiende en el resto de España: se usa para las cosas viejas
Esta frase puede resultar curiosa e incluso desconcertante para quienes no están familiarizados con el idioma
Los barceloneses a menudo usan expresiones catalanas en su vocabulario cotidiano. Hay una en concreto muy usada en Barcelona, que si se traduce al castellano o a cualquier otra lengua pierde todo el sentido, de ahí que no se entienda fuera de la capital catalana.
Se trata de "Ser de l'any de la picor". Esta frase, aunque es muy común en el habla cotidiana de los barceloneses y catalanes en general, puede resultar curiosa e incluso desconcertante para quienes no están familiarizados con el idioma.
Traducción imposible al castellano
La frase "Ser de l'any de la picor" tiene una traducción imposible al castellano. Si lo hacemos, la expresión queda de la siguiente manera: "Ser del año del picor". Como vemos, no suena nada bien y puede carecer de sentido para muchos españoles. Sin embargo, la expresión encierra una historia clara en su contexto original.
"Ser de l'any de la picor" se utiliza para describir algo muy viejo, anticuado o que pertenece a una época muy lejana. Es una manera coloquial y a menudo humorística de subrayar la antigüedad de un objeto, una práctica, o incluso una persona. Pero, ¿cuál es el origen de esta expresión y por qué se utiliza el término "picor"?
Origen de la expresión
Para entender el origen de "Ser de l'any de la picor", debemos remontarnos al siglo XV. En 1471, Catalunya, junto con otras partes de España, sufrió una epidemia de sarna que se propagó rápidamente entre la población. La sarna es una enfermedad de la piel causada por ácaros que provoca una intensa picazón.
La magnitud de esta epidemia y el malestar que causó quedó tan grabado en la memoria colectiva que ese año se convirtió en un punto de referencia histórico para describir algo muy antiguo. Así, "Ser de l'any de la picor" pasó a representar no solo el año de la epidemia, sino cualquier cosa que pareciera haber existido desde tiempos inmemoriales.
El uso de esta expresión en la actualidad es un ejemplo de cómo los eventos históricos pueden dejar una huella duradera en el lenguaje y la cultura de una región. Aunque la epidemia de sarna ocurrió hace más de cinco siglos, su impacto se ha perpetuado en el idioma catalán a través de esta colorida frase.