Esta es la historia de Manuel Barcina, una persona como cualquiera de nosotros a quien la vida le asestó una hostia monumental, una de esas que tumba al más fuerte y tras la que volver a levantarse es lo más difícil. Un día, un día como tantos otros, se truncó su suerte cuando se le diagnosticó un cáncer de cuello. Sin avisar, sin que lo pudiera ver venir.
“La verdad es que fue toda una sorpresa. Vas para una intervención muy sencilla, como era la de una hernia y al despertarme me dan la noticia de que, además, tengo un tumor en la base de la lengua”, explica Manuel. A traición, como siempre. En el peor momento, aunque no sé si hay un buen momento para encajar un palo así, Manuel recibió una mala noticia. Muy mala. La peor. “Tenía una cierta preocupación”, reconoce Manuel, cuando rememora ese infausto momento.
El momento del diagnóstico
Es la historia de Manuel pero es también la de miles de personas que se han visto sobresaltados por un contratiempo que nadie quiere sufrir en primera persona. Ni en segunda ni en tercera ni en plural. Nadie quiere ser el centro de atención por una cosa así. Pero es también el relato de la superación, de la resiliencia, de la entereza, de la tozudez de un hombre que peleó hasta ganar.
“Cuando me dijeron que tenía un tumor maligno lo viví con bastante tranquilidad porque tenía la certeza de que lo habían cogido en el momento adecuado”, explica. Una enfermedad que si hace años era la antesala de lo peor, ahora es la demostración de que rendirse no es una opción cuando estás enganchado a la vida. “La clave es que se actuó rápidamente para eliminarlo”, celebra.
“Me despierto de la anestesia y me dicen que tengo que ir a visitar al otorrino. El doctor me comunicó que habían encontrado una lesión en la base de la lengua y que había que analizarlo. Al cabo de una semana me dieron la noticia de que tenía un tumor maligno”, recuerda.
“La recuperación fue muy rápida, con la curiosidad de que yo había sido fumador toda la vida, y cuando salí de la operación es como si no hubiese fumado nunca. Una cosa increíble. No me acordé más del tabaco, ni he vuelto a fumar ni me molesta que lo hagan los demás. Yo creo que es la consecuencia del trauma que sufrí interiormente”, dice Manuel Barcina
Ahora que todo ha pasado, que ya no es más que un mal recuerdo, “miro al futuro con total confianza, con total tranquilidad”, dice este ex-paciente de cáncer. En su experiencia personal, hubo dos momentos clave: “El momento en que me lo detectan, teniendo en cuenta que no tuve ningún síntoma ni molestia, y el tratamiento tras la operación”, explica.
Un cáncer muy común
Ésta es también una crónica de la medicina, de la ciencia, de la de un equipo de especialistas que saben qué hacer y cómo hacerlo para acabar con el miedo que provoca un cáncer, en este caso de boca. Porque el cáncer de cabeza y cuello es una realidad que afecta a miles de personas cada año en España, ocupando el sexto lugar en incidencia con entre 12.000 y 15.000 casos anuales.
Aunque no tan conocido como otros tipos de cáncer, su impacto en funciones esenciales como respirar, comer y hablar lo convierte en un tema de gran relevancia médica. Especialistas del Centro Médico Teknon explican las causas, los síntomas y los tratamientos más avanzados para combatir esta enfermedad.
¿Qué es el cáncer de cabeza y cuello?
El doctor Carlos Pollán, especialista en Otorrinolaringología, detalla que este término engloba un grupo de cánceres localizados en las vías aerodigestivas superiores, como la cavidad oral, la faringe y la laringe. Además, incluye tumores menos frecuentes en las glándulas salivales, fosas nasales y senos paranasales.
"Estos tumores suelen manifestarse con síntomas que afectan las funciones básicas: dificultad para comer, cambios en la voz, sangrados y, en muchos casos, bultos en el cuello debido a metástasis en los ganglios linfáticos regionales", explica el doctor Pollán. Una exploración inicial y, de ser necesario, una biopsia son los pasos fundamentales para confirmar el diagnóstico.
Factores de riesgo
El doctor Jordi Coromina señala que las principales causas de este tipo de cáncer son el consumo de tabaco, alcohol y la infección por el virus del papiloma humano (VPH), especialmente la cepa 16. Afortunadamente, la vacunación contra el VPH está reduciendo los casos vinculados a este virus.
Para diagnosticar el cáncer de cabeza y cuello se utilizan avanzadas técnicas de imagen, como la resonancia magnética, el TAC y el PET-TAC. “Estas herramientas permiten identificar tanto tejidos blandos como estructuras óseas y detectar áreas de alta actividad metabólica, característica de las células cancerosas”, señala el especialista.
La cirugía, el pilar del tratamiento
La cirugía es el tratamiento principal, siempre que sea posible, como explica el doctor Francesc Durán, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial. En casos avanzados, la intervención quirúrgica se complementa con radioterapia y, a menudo, quimioterapia para mejorar los resultados.
Un avance destacado es el uso de sistemas de cirugía robótica, como el sistema Da Vinci, que permite acceder a áreas complicadas como la orofaringe o la base de la lengua sin necesidad de procedimientos invasivos mayores, como abrir el cuello o la mandíbula. "Esto minimiza el daño y preserva al máximo funciones esenciales como la voz y la deglución", señala el doctor Durán.
Radioterapia y quimioterapia, una ayuda valiosa
La radioterapia juega un papel crucial en casos donde la cirugía no es viable o en etapas iniciales, como en los tumores de cuerdas vocales. Según la doctora Laura Tilea, también se utiliza tras la cirugía en pacientes con factores de riesgo para reducir la probabilidad de recurrencia.
Por su parte, el doctor Joan Carles destaca que la quimioterapia tiene un papel más limitado en tratamientos curativos, pero es fundamental en casos avanzados o paliativos. Nuevos desarrollos, como la inmunoterapia y fármacos de terapia dirigida, están mejorando significativamente los resultados en estos pacientes.
La importancia de la prevención y la detección
La mejor forma de prevenir el cáncer de cabeza y cuello es evitar el consumo de tabaco y alcohol, responsables de hasta el 70% de los casos. Además, estar atentos a señales de alerta como llagas persistentes, dificultad para tragar o bultos en el cuello es clave para un diagnóstico temprano. "Cuanto antes se detecte el cáncer, menos agresivos serán los tratamientos y mayores las posibilidades de conservar funciones vitales", concluyen los especialistas.
La combinación de avances tecnológicos, trabajo multidisciplinar y concienciación sigue siendo la mejor estrategia para enfrentar este tipo de cáncer que puede ser tratado con éxito en muchos casos.