Barcelona ha pasado una gran sequía

Barcelona ha pasado una gran sequía EUROPA PRESS

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Así ha afectado la sequía a la temperatura en Barcelona: ¿Más frío o más calor?

Un estudio publicado en la revista Science el pasado año, analizó cómo la sequía extrema dispara las temperaturas

Estado de la sequía en Catalunya: uno de los pantanos de Barcelona empieza a soltar agua tras las lluvias

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La ciudad de Barcelona deja atrás una de las peores sequías de los últimos tiempos. Pero, ¿cómo ha afectado este episodio a la temperatura de la ciudad?

¿A menos lluvias, más calor?

Un estudio (Record-shattering 2023 Spring heatwave in western Mediterranean amplified by long-term drought) publicado en la revista Science el pasado año, analizó cómo la sequía extrema dispara las temperaturas.

La clave de este estudio se centra en la interacción entre la humedad del suelo y la temperatura ambiental. En este contexto, hablamos del concepto de evapotranspiración, el proceso por el cual la vegetación y el suelo húmedo liberan agua a la atmósfera.

Imagen de archivo de la sequía en un pantano

Imagen de archivo de la sequía en un pantano EFE

Normalmente, en este proceso se enfría el entorno al absorber energía solar, lo cual haría descender la temperatura ambiental. Pero, ¿cómo es posible que la energía que se percibe de la radiación solar, haga enfriar el entorno?

Pues bien, en este proceso de evapotranspiración, para que el agua pase de estado líquido a vapor, se requiere de energía, que en su mayoría procederá principalmente de la radiación solar. Este cambio de fase absorbe una cantidad significativa de calor, conocida como entalpía de vaporización.

Cuando esa energía solar incide sobre una superficie húmeda o una planta, parte de esa energía no se transforma en calor sensible (que lo normal sería que elevase la temperatura del entorno), sino que se utiliza para romper los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua, permitiendo su evaporación.

Una calle en El Clot de Barcelona con lluvia

Una calle en El Clot de Barcelona con lluvia METRÓPOLI

Al consumir esta energía en el cambio de fase, se reduce la cantidad de calor disponible para calentar el aire o el suelo circundante, lo que resulta en un efecto de enfriamiento local. Este fenómeno es similar al que sentimos al salir del agua en un día ventoso: la evaporación del agua en nuestra piel absorbe calor y nos hace sentir frío.

Sin embargo, durante la sequía, este mecanismo se debilita, ya que no hay humedad superficial disponible y la energía solar se convierte, directamente, en calor sensible, lo que implica un aumento de las temperaturas.

En esta pasada sequía récord de 2022-2024 en Catalunya, con precipitaciones muy por debajo de la media histórica, se observaron aumentos de temperatura significativos. El estudio concluye que el suelo seco actúa como un amplificador de temperatura, mientras que el suelo húmedo puede reducir la temperatura en más de 2 °C.

Lluvias en Barcelona

Lluvias en Barcelona Freepik

El impacto en Barcelona

En la ciudad condal, los efectos son evidentes, tanto en época estival como en otras estaciones. Durante el verano de 2022, las temperaturas diurnas superaron los 35 °C en múltiples ocasiones, un fenómeno vinculado no solo al calentamiento global, sino también a la falta de humedad en el suelo y la vegetación de su alrededor.

Además, los ecosistemas urbanos, con superficies impermeables como el asfalto, agravan este efecto, conocido como “isla de calor urbana”, o “cúpula de calor”, haciendo que el impacto sea más pronunciado que en áreas rurales.

Por otro lado, desde este estudio se concluye que la sequedad y, en algunos casos incluso, la aridez del suelo, ha contribuido en esta época de sequía pluviométrica al aumento de 2,2 °C las temperaturas ambientales, evidenciando el papel crucial de la humedad del suelo en la amplificación del calor.

Proyecciones a futuro

El estudio destaca que el impacto de la sequía es más fuerte en primavera debido a la mayor radiación solar, y también está presente en otoño. Sin embargo, en verano no hay variación significativa porque el suelo ya está naturalmente más seco que el resto del año.

Un niño se refresca contra el calor en una fuente

Un niño se refresca contra el calor en una fuente UROPA PRESS

El estudio también advierte que, con las mismas condiciones sinópticas, las temperaturas actuales son más altas que hace 50 años, lo que sugiere que el cambio climático está potenciando estos efectos.

Proyecciones del IPCC indican un aumento de la aridez en un 20-30% para 2050 en el Mediterráneo, lo que podría llevar a veranos con temperaturas diurnas extremas más frecuentes y un mayor riesgo de incendios forestales en áreas como el Parc de Collserola.

Para mitigar estos efectos, los expertos sugieren estrategias como la reforestación con especies resistentes a la sequía y la expansión de zonas verdes urbanas, que podrían ayudar a regular las temperaturas y reducir el impacto de la sequía en Barcelona.