Un hombre se relaja en plena naturaleza
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Más allá del modo avión: claves reales para desconectar en vacaciones
El ritmo de vida actual y el trabajo exigen que las personas estén en constante movimiento, por eso son cada vez más las personas que intentan utilizar el periodo vacacional como vía de escape
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En plena era de la hiperconectividad, donde los dispositivos y las notificaciones invaden cada rincón de la vida cotidiana, parece legítimo preguntarse cómo lograr una verdadera desconexión durante las vacaciones.
Sin embargo, esta necesidad de pausa entraña una paradoja profunda: el ser humano necesita estar conectado. No sólo a través de redes sociales o correos electrónicos, sino mediante vínculos afectivos con personas, lugares, proyectos u objetos que actúan como anclas a nuestra realidad emocional.
Por eso, más que un apagado total, la clave podría estar en reenfocar la mirada, en detenerse para observar qué relaciones y actividades nutren realmente. "No se trata de romper los vínculos, sino de regresar a aquellos esenciales, donde no hace falta fingir, ni rendir cuentas", señala la doctora Rocío Rosés, directora del Instituto de Salud Mental (Infanto Juvenil y Adultos) del Hospital Universitari Sagrat Cor. Las vacaciones, desde esta perspectiva, pueden convertirse en un reencuentro con lo más íntimo, un regreso simbólico al hogar donde el descanso sí es posible.
Rocío Rosés, directora del Instituto de Salud Mental (Infanto Juvenil y Adultos) del USC
Soltar lastre
Pensar en la persona como un árbol es una perfecta metáfora para entender el equilibrio entre la conexión y el descanso. El tronco representa el yo más profundo, mientras que las ramas principales son los seres queridos y los proyectos fundamentales. Las hojas y los frutos, por su parte, son logros y satisfacciones del día a día. Pero para que ese árbol florezca, a veces hay que soltar parte de su peso.
En vacaciones, soltar ese lastre puede traducirse en renunciar —aunque sea temporalmente— a ciertas rutinas, exigencias de perfección, roles de control o agendas sobrecargadas. "Pasear sin rumbo, permitirnos equivocarnos o simplemente no hacer nada productivo, puede ser un acto profundamente reparador", afirma la doctora Rosés. “La desconexión auténtica no consiste en huir de todo, sino en robustecer nuestras raíces dedicando tiempo a aquello que nos apasiona y que nos conecta con nuestra esencia”, añade.
Más allá del teléfono
Para lograr este descanso real, hay pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia. En primer lugar, es útil preguntarse con honestidad cómo se pretende descansar: ¿dónde? ¿con quién? ¿de qué? “Esta reflexión nos permite alinear nuestras vacaciones con nuestras necesidades emocionales, no solo con lo que se espera socialmente”, sostiene la especialista.
La doctora Rosés sugiere además limitar el uso del móvil, especialmente en presencia de quienes queremos: "No tiene sentido desconectar del trabajo si seguimos conectados al teléfono mientras comemos con la familia". También es importante cuidar a quienes nos cuidan, pues el descanso compartido se multiplica. Menos planificación, más espontaneidad; menos control, más sorpresa.
Silencio, juego y movimiento: el descanso en acción
Crear espacios de silencio, contemplación o incluso oración, puede ayudarnos a reconectar con el presente. Abrazar más, permitirnos ser abrazados, recuperar la alegría del juego –como bien entienden los niños–, son gestos sencillos pero poderosos para renovar nuestra energía emocional.
Cambiar de escenario también ayuda: no es necesario viajar lejos, pero sí encontrar un lugar que acoja y nos permita acoger a los demás. Retomar aficiones manuales o creativas como cocinar, tocar un instrumento o montar un puzle es otra forma de reconectar con uno mismo. Y por supuesto, mover el cuerpo: el ejercicio físico regular mejora el ánimo, reduce el estrés y potencia el sentido del humor.
Las vacaciones son una oportunidad única para aflojar la cuerda, para mirarnos con amabilidad y volver a lo esencial. Con intención, cuidado y algo de guía —incluso profesional, si es necesario—, es posible transformar este tiempo en un descanso real. Porque desconectar, en el fondo, no es escapar: es volver a casa.
Tips para descansar psicológicamente durante las vacaciones
Para llevar a cabo una buena desconexión, se recomienda seguir algunas directrices que pueden contribuir a un verdadero descanso en vacaciones:
● Pregúntate sobre qué, cómo, cuándo, dónde y con quién quieres descansar en vacaciones.
● Modifica el uso del móvil, evita consultar mensajes delante de otras personas, más aún si son personas a las que apreciamos o con las que convivimos
● Cuida a los que te cuidan, pues si los demás descansan, tú también lo harás.
● Planifica menos, sorpréndete más.
● Busca espacios de silencio, medita, contempla, reza.
● Abraza más y deja que otros te abracen.
● Viaja a otro lugar. Cambiar de aires te ayudará, no importa tanto que sea un lugar turístico, sino que puedas crear un espacio capaz de acogerte y acoger a los más cercanos.
● ¡Juega! Los juegos de mesa y, en general, la creación de ámbitos lúdicos, nos ayudan a vivir el presente y reconectar con las personas. Los niños lo saben: no hay nada más serio que el juego.
● Practica tu hobby favorito, disfruta con aquello que haces con tus manos o con tu cuerpo. Perfeccionar una habilidad como tocar un instrumento, cocinar, bailar o hacer un puzle son ejemplos de ello.
● Practica algún deporte pues el ejercicio físico regular, además de ser saludable, mejora nuestro estado anímico y nuestro sentido del humor.