Fotomontaje del parque de atracciones Tibidabo y Enrique Tomás
Enrique Tomás se queda con la terraza panorámica del Tibidabo tras perder el restaurante de La Masia
El empresario jamonero, el único licitante del concurso, unirá su imagen a la del parque de atracciones y formará y supervisará al personal del Mirador
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El Tibidabo seguirá con su olor a jamón del bueno. El empresario badalonés Enrique Tomás se hará cargo, un año más, del espacio de la venta de productos ibéricos en el Parque de Atracciones del Tibidabo, incluida la conceptualización de la oferta, la cesión de imagen y la adecuación del espacio.
El contrato entre el empresario y la empresa B:SM fue firmado el 11 de julio y ratificado este 30 de julio. El precio del contrato es de 342.336 euros anuales.
En principio, Tomás se hace cargo del espacio --un quiosco con terraza en el mirador-- por un año más, pero el encargo puede prorrogarse hasta dos años, por lo que el coste final sería de 1.027.000 euros.
Punto de restauración de Enrique Tomás en el mirador de El Tibidabo
Adjudicación del restaurante a Rafa Zafra
Esta renovación coincide con el anuncio oficial de la apertura del nuevo restaurante de Rafa Zafra en el centenario hotel La Masia en la entrada del parque.
Como avanzó Metrópoli, Tomás también estaba interesado en el espacio, pero el prestigioso chef de Amar se antepuso con un resultado de 44 puntos a 15, y supone otro.
El rey del jamón
La partida en la que más se gastará es el jamón ibérico, al que se destinarán un máximo de 262.288 euros al año.
En pan, la partida se eleva a algo más de 32.000 euros, mientras que la de otros alimentos alcanza los 36.529 euros. Para vinos, se reservan 7.498 euros y otras partidas totalizan 3.983 euros.
El empresario jamonero de Badalona Enrique Tomás
La empresa gestora, B:SM, quería a alguien que aportase reconocimiento de marca para la clientela del parque de atracciones y lo ha logrado con el contrato con Tomás.
Fuentes de B:SM explican a Metrópoli que “la licitación relativa a los centros de restauración de la Zona Panorámica del Parque de Atracciones es una licitación recurrente mediante la que buscamos ofrecer la mejor calidad a nuestros visitantes”.
Un solo licitante
Al concurso abierto por el Ayuntamiento para este año solo se presentó este empresario, por lo que no fue difícil tomar la decisión.
“Enrique Tomás ha resultado de nuevo la empresa adjudicataria debido a que su propuesta y los productos que ofrece se ajustan a lo que buscan nuestros clientes y, además, es una marca reconocida de calidad”.
Marcas de prestigio
Este tipo de licitaciones prevén que los adjudicatarios pagan un canon a B:SM por explotar el negocio. “En la Anella Olímpica, por ejemplo, es Aramarc quien explota las barras del Sant Jordi y del Estadi Olímpic. Siempre son marcas de prestigio las que ofrecen los servicios”, subrayan las fuentes.
B:SM cuida mucho la imagen y siempre busca marcas con arraigo y solvencia para trabajar juntos.
Interior de un comercio de Enrique Tomás
Adaptación del espacio
En el parque de atracciones, la empresa necesita “la adaptación tanto del centro como del entorno del centro Mirador a la imagen del adjudicatario para que aporte reconocimiento de marca para la clientela del parque de atracciones”. Por ello, el mirador donde se encuentra el punto de venta de la marca del betulense se conoce como "Mirador Enrique Tomás".
El empresario presentó una oferta “versátil y apta para todos los públicos, disponiendo de opciones que tienen en cuenta factores de tipología de dieta o aspectos culturales de elección personal”.
Parque de atracciones del Tibidabo
Formación del personal
Respecto a la gestión, presentó medidas de ecoeficiencia energética, agua y aplicaciones de sistemas innovadores tecnológicos.
Enrique Tomás debe realizar “la formación necesaria al personal del parque de atracciones para la aplicación de los procedimientos de elaboración de la oferta presentada”.
Esa enseñanza se debe de realizar como mínimo o dos veces al año, justamente antes del inicio de la actividad del parque y al inicio de la temporada de verano.
Al mismo tiempo, la empresa adjudicataria debe realizar visitas de supervisión y seguimiento “con una periodicidad mínima de cuatro veces al año”.