El gesto de Bill Gates que dejó a Jordi Cruz echando humo
El cocinero barcelonés relata el 'feo' que le hizo el magnate americano en su último paso por Barcelona
19 febrero, 2023 20:51Noticias relacionadas
Un gesto del magnate, creador de la empresa Microsoft, Bill Gates, enfureció al cocinero Jordi Cruz. Durante la participación del chef catalán en el programa planeta Calleja, este desveló que, en la última visita del empresario americano a Barcelona, Gates visitó el restaurante estrella del catalán solo para dejar a todo el equipo con una mano delante y la otra detrás.
Ojiplático se quedó Cruz cuando recibió la reserva del americano. A partir de ahí, comenzó a idear cómo sería su experiencia en el restaurante, donde hacen un tour gastronómico lleno pequeños platos. La experiencia en el AbaC no deja con hambre a nadie, pero se estructura a partir de una gran cantidad de pequeños bocados que llevan al paladar a un viaje gastronómico.
EXPERIENCIA ÚNICA
Para garantizar el éxito, Cruz explica que anularon las reservas para ese día salvo la de Bill Gates, con el objetivo de que tuviera para él solo y sus acompañantes todo el restaurante. Iba a ser el único comensal del día, la estrella de la jornada pero, cuando llegó y se sentó a su mesa, solo se pidió un refresco de cola light y, cuando se lo terminó, se fue.
"Le teníamos preparado lo más grande para comer", detalló en la entrevista con Jesús Calleja, y reflexionó: ¿tú crees que tienes que cerrar un sitio bonito para venir y tomarte un refresco de cola?".
Molesto, Jordi Cruz explica que la 'broma' o excentricidad le costó al restaurante los ingresos de un día entero de trabajo. Además, el papel de tener que rechazar las reservas para ese día o cambiar las ya programadas para otro momento, y es que la lista de espera del AbaC no es para nada corta. Poder asistir al restaurante y disfrutar de la experiencia que ofrece cuesta más de 200 euros por comensal y requiere de mucho trabajo de todo el equipo, por lo que no es numerosa la cantidad de clientes que pueden aceptar.
Así, la anécdota cerró como una experiencia frustrada. Mucha ilusión y mucho trabajo invertidos para que, al final, la jornada cerrara con solo un refresco vendido, muhcas miradas atónitas y no poca rabia acumulada.