El panorama turístico que le espera a Barcelona este año y el que viene no es precisamente para tirar cohetes. De hecho, el que ha pintado el presidente del Gremi d’Hotels de la ciudad es para echarse a temblar si las cosas siguen igual. Jordi Clos considera que la única manera de revertir esta situación crítica es invertir más para que Barcelona salga de un círculo nefasto en el que entró en 2017 por culpa de un conjunto de contrariedades. El problema, según él, es que sin la firme implicación del Ajuntament de Barcelona no habrá nada que hacer. Y lo malo es que, de momento, no la hay.

“Necesitamos más promoción y menos administración. Colau administra, pero ha hecho cero en promocionar, algo a lo que se comprometió conmigo el pasado septiembre”, ha acusado Clos. “Está muy bien administrar, pero en los momentos actuales, con lo que está pasando, si no invertimos en ella la marca Barcelona va a ir a peor de lo que ya nos están avisando los números. Nos estamos jugando el 13% del PIB y 25.000 empleos”.

Los números del Gremi tienen, en efecto, tendencia a la baja. Aunque los hoteles de Barcelona cerraron el año 2017 con una ocupación media del 80%, en la misma línea que en 2016, y con una facturación un 6% superior, pese a un último trimestre “fatídico”, los datos empiezan a decir que el negocio está de bajada y que podría entrar en una crisis hotelera.

“Se ha podido salvar el ejercicio de 2017 gracias a un primer semestre que fue extraordinario y que permitió compensar las pérdidas de los últimos tres meses, causadas por un nefasto cóctel: inestabilidad política y otros factores adversos, como la 'turismofobia', los ataques vandálicos a elementos turísticos y el atentado de agosto”, ha resaltado Clos.

En efecto, según los datos del Gremi, en 2017 la facturación cayó un 15% en octubre, otro 15% en noviembre y un 25% en diciembre, en comparación con los mismos meses de 2016. Total: un 8 % menos de facturación que sólo se compensó con el extraordinario primer semestre. Y en esa caída, los más afectados fueron los hoteles de lujo, con pérdidas de facturación de hasta un 35%.

“En mi vida recuerdo algo parecido. Esta cifra es para echarse a temblar si yo fuera propietario de un hotel de cinco estrellas. Y desde luego, a los que inauguraron hotel recientemente no les van a salir los números”, ha reflexionado.

UN 2018 QUE DA MIEDO

Siguiendo con la proyección de futuro de la hostelería de Barcelona, Clos ha lanzado serias advertencias si “no nos implicamos todos en devolver la imagen de la ciudad antes de que explotara ese cóctel mediático que tanto la está castigando”.

Uno de los puntos más negativos, según Clos, es que Barcelona ha perdido el tirón mediático que tenía. Ha puesto un ejemplo reciente: la CNN recomendando a sus espectadores que no vengan de turismo a Barcelona, a la que coloca entre las 12 ciudades del mundo que no hay que visitar ahora.

Jordi Clos ha sido el foco de atención en la sede del Gremi que preside / MIKI



Otro punto negativo ha sido la deslocalización de sedes empresariales. Clos ha puesto como ejemplo al Banco de Sabadell. “No es sólo que se vaya a Valencia, es que con ello se lleva miles de pernoctaciones que generaban sus actos oficiales. Si esto lo aplicamos a otras empresas, resulta que ciudad se está quedando sin buena parte de sus beneficios”, ha destacado Clos. “Hace 25 años, cuando elaboré el Plan Estratégico para Barcelona, aposté por conseguir que BCN tuviese el mayor número posible de sedes de grandes empresas, porque eso era un seguro de vida… Así que estoy muy decepcionado con lo que está ocurriendo”.

REZANDO POR EL MOBILE

Entre los pocos puntos positivos trazados por Clos está la celebración del Mobile World Congress (MWC), que se celebra a finales de febrero. Según Clos, es la gran oportunidad que tenemos pare revertir la situación, ya que otro de los puntos graves es que Barcelona ha empezado a quedar excluida de las listas que manejan los grandes operadores de ferias y congresos.

“Este Mobile 2018 es importantísimo. Un Mobile al que vienen decenas de miles de personas de todo el mundo, que resulte agradable y redondo, contribuiría mucho a que Barcelona pueda volver a ganarse su espacio real en el mundo turístico”, ha resaltado Clos. “Esto también lo tiene claro  Colau, hasta el punto de que por primera vez habla de hacer actos especiales entre los que nos visiten”.

“La situación es suficientemente seria como para dejarse de brazos cruzados. Tenemos que trabajar con el Ayuntamiento. Esta situación no afecta sólo a los hoteles, sino que se está traspasando a los comercios, los restaurantes, el transporte, etc.”, ha concluido Clos. 

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