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Cinco datos interesantes de la Casa Batlló
Gaudí logró la belleza en equilibrio con la naturaleza en un edificio modernista donde nada es casualidad. ¿Cuánto sabes de la emblemática obra ubicada en paseo de Gràcia?
14 enero, 2019 00:00Noticias relacionadas
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Antoni Gaudí quiso transformar Barcelona en una ciudad que no se pareciera a ninguna otra. Las huellas creativas del arquitecto catalán están por toda la ciudad. En este lugar, el genio tuvo en sus manos un lienzo en blanco para plasmar todo su arte. El resultado: una veintena de obras que representan la máxima expresión del modernismo catalán, iconos de la capital de Cataluña, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En este sentido, en el número 43 de paseo de Gràcia --Passeig de Gràcia en catalán-- se encuentra una de estas obras emblemáticas y excelsas de Gaudí. Se trata de la Casa Batlló, que se ha convertido en uno de los edificios más famosos de la ciudad. Entre 1904 y 1906, el arquitecto llevó a cabo la remodelación de un antiguo edificio, hogar de la familia Batlló. Su vistosa fachada --coronada por una cruz y una bóveda inspirada en la piel de un dragón--, hacen que este edificio sea uno de los más fotografiados de Barcelona.
CINCO CURIOSIDADES DE LA CASA BATLLÓ
1. Está ubicada en la “manzana de la discordia”
La Casa Batlló está situada en el emblemático paseo de Grácia de Barcelona, un tramo conocido como la “manzana de la discordia”. Esto se debe a que junto al edificio se elevan otros también muy llamativos. Cuando finalizó la construcción de la casa, otros reputados arquitectos decidieron reformar los edificios colindantes para hacerlos destacar sobre los demás. En concreto, los que competían en belleza, detalles y arquitectura fueron la Casa Amatller --de Josep Puig i Cadafalch--, la Casa Lleó Morera --de Lluís Domènech i Montaner--, la Casa Mulleras --de Enric Sagnier-- y la Casa Josefina Bonet, de Marcel-li Coquillat.
2. La fachada es ondulada
Es posible que en un primer vistazo pase desapercibida, pero la realidad es que la fachada de la Casa Batlló es ondulada. Esta ondulación, sumada a sus destacables tonalidades azules, recuerdan a un mar en calma. A su vez, los balcones del edificio también tienen forma redondeada. El conjunto ofrece un hermoso efecto visual especialmente en la primera hora del día y al atardecer.
3. La cubierta, un guiño a Sant Jordi, patrón de Cataluña
Según diversas interpretaciones, la cubierta de la fachada podría evocar a un dragón en reposo. Su textura y forma ondulante recuerdan a la piel escamada de este ser mitológico. Incluso, una de las muchas denominaciones que recibe esta edificación es precisamente “la casa del dragón”. Hay quien va más allá y relaciona las tejas de cerámica dispuestas de manera intencionada como homenaje a la figura de Sant Jordi, patrón de Cataluña. Siguiendo esta interpretación, la cruz de cuatro brazos que corona el pequeño torreón simboliza, para muchos, la espada que este caballero utilizó para derrotar al dragón, de acuerdo con la conocida leyenda de esta provincia.
4. La Casa Batlló no fue construida por Gaudí
Está claro que este edificio lleva el sello de Gaudí, pero no fue él quien lo construyó. Sus orígenes se remontan al año 1877, de la mano del también arquitecto, Emili Sala Cortés. Josep Batlló, un empresario textil catalán, compró el inmueble en 1900. En este sentido, años más tarde encargó el derribo del edificio a Gaudí para construir uno nuevo desde cero. Sin embargo, el arquitecto optó por su remodelación, transformando por completo tanto la fachada como el interior.
5. Gaudí se inspiró en el mundo marino
Del mismo modo, las formas ondulantes de la fachada adelantan lo que nos espera tras cruzar la puerta. El arquitecto catalán encontró la inspiración en el mundo marino para ambientar el interior de la casa. De hecho, hay diversos elementos arquitectónicos que así lo corroboran. Para los más románticos, los tonos rosáceos, verdosos y azulados que invaden las vidrieras y cada rellano de la casa, recuerdan a las ondas del mar. A su vez, el vestíbulo de entrada que inicia lo que será el recorrido por este espacio, tiene límites irregulares que envuelven a sus visitantes.
LA CASA QUE SE LLENA DE ROSAS
El 23 de abril es un día muy importante en Cataluña. El romance invade las calles de la ciudad. Parejas, familiares y amigos se regalan rosas y libros como muestra de amor para recordar la leyenda de Sant Jordi, el caballero que derrotó al dragón para salvar a la princesa. La festividad del patrón de Cataluña está basada en el amor y la cultura, pues a su vez, coincide con el Día Internacional del Libro.
En este sentido, la Casa Batlló es un destino a visitar este día en concreto. La impresionante fachada se llena de rosas y dos de sus salas son decoradas con una lluvia de pétalos rojos, que parecen caer del cielo. Los últimos años también se han realizado exposiciones dedicadas al amor. El embellecimiento de la casa tiene el objetivo de incentivar la participación ciudadana para la donación de sangre. Para lograrlo, la Generalitat de Cataluña dispone una unidad móvil para quienes quieran donar sangre muy cerca del edificio.
100.000 ENTRADAS A UN EURO
Tan solo el 2% de las personas que visitan el edificio modernista anualmente son residentes de Cataluña. Es por esto que a finales de 2018, la Casa Batlló puso en venta 100.000 entradas a un euro bajo el nombre de “Haz el turista”. El registro estuvo abierto hasta el 7 de enero de este año. En este sentido, los ganadores recibirán un email de confirmación y a su vez, podrán adquirir hasta dos entradas a un euro y añadir gratis hasta tres niños menores de 16 años.
Los afortunados residentes que ganen el sorteo podrán visitar la obra de Gaudí por un euro hasta el 31 de mayo de este año. Además, se les permitirá conocer el proceso de restauración que atraviesa actualmente este edificio, donde se han descubierto varios hallazgos en sus paredes originales. La recaudación de las entradas se donará en su totalidad a la Fundación Banc dels Aliments de Barcelona.
HORARIOS Y PRECIOS
La joya modernista está abierta todos los días del año desde las 9 de la mañana a las 21:00 h. La última entrada se vende a las 20:00 h. Es ideal adquirirlas a través de su página web, pues en taquilla tienen un sobrecoste de cuatro euros. A su vez, la duración aproximada de la visita es de alrededor de una hora.
Los precios en línea son de 24,50 euros para los adultos, 21,50 euros para estudiantes --deben presentar el carné--, jóvenes de siete a 18 años y mayores de 65 y 15 euros para los residentes en Catalunya. Los niños menores de siete años entran gratis.