El Zoo de Barcelona se queda sin carne para sus animales

Nadie quiere dar carne a los animales del Zoo. Es un problema, porque el Ayuntamiento había convocado un concurso para alimentar a los animales salvajes que viven en sus instalaciones. La adjudicación se dividió en cinco lotes diferentes: carne, pescado, frutas, verduras, hortalizas y flores y frutos secos, conservas y otros productos. El primer lote, el de la carne (y la partida más onerosa es el de la carne equina, con mucha diferencia), se ha quedado sin adjudicar. Este era, paradójicamente, el más caro, puesto que su monto llegaba a 148.500 euros.

El suministro de alimentos a los animales debería empezarse este mes de abril y hasta abril del año que viene, es decir, se trata de contratos anuales. Todos los planes seguirán, como estaba previsto, menos el suministro de carne, cuyo proveimiento se deberá prorrogar obligatoriamente por motivos especiales y urgentes, ya que los animales no pueden dejar de recibir alimento. En realidad, al suministro de carne optó un particular, cuyas iniciales son V.C.C ., pero la documentación presentada adolecía de carencias que los responsables municipales calificaron de “no enmendables”, por lo que dieron por desierta la adjudicación del lote de la carne para las fieras.

Empresas con experiencia

El licitador había incluido en el sobre de las proposiciones evaluables mediante criterios automáticos las correspondientes al sobre de las proposiciones evaluables mediante juicio de valor. Un error que le supuso al licitante el quedar excluido del concurso al que había optado sin contrincantes. Este licitador, no obstante, ya venía suministrando la carne en otras ediciones y por imperiosa necesidad debe alargar su servicio en los próximos meses, mientras no se otorgue definitivamente el concurso a él mismo o a otra firma. El hecho de que nadie más optase a este lote, pese a su elevado monto, ha sido una suerte para el industrial, ya que si hubiese habido otro contrincante interesado se lo habría adjudicado directamente su rival.

Un tigre del Zoo de Barcelona ARCHIVO

Para el resto de los licitantes, no hubo problema e incluso en algunos de los lotes hubo dos y tres licitadores. Así, en el de las verduras, cuyo contrato se eleva a 134.200 euros, hubo tres interesados. El gato al agua se lo llevó la sociedad Frutas y Hortalizas Flores. La partida de pescado se lo llevó Pescados Videla, la única licitante, con un importe de 96.800 euros, mientras que la partida de Frutas (con un coste para el Ayuntamiento de 78.100 euros) fue adjudicada a Churry, en competición con otra empresa. Por último, el lote número 5, de frutos secos, conservas y otros productos, fue adjudicado a Agriplant Huguet por un precio de 84.700 euros. Todas ellas ya venían realizando el suministro de sus respectivos productos desde antes, aunque la de verduras logró esta vez desbancar a la anterior concesionaria del servicio. El coste de alimentar a los animales del Zoo, pues, se sitúa en más de 542.000 euros. Esta cantidad puede modificarse al alza hasta un 20% por si hay fluctuaciones imprevisibles del precio de los productos solicitados en el mercado.

La carne equina, la reina del plato

El cuidado en el manejo, traslado y suministro de todos los productos a los animales se hacen con total garantía sanitaria y con los productos perfectamente etiquetados y envasados, salvo los que provienen directamente de los mataderos en el caso de las carnes, que deben entregarse con una temperatura controlada especificada en cada caso. El producto que más consumen los animales del Zoo es el de carne de equino, para la que se destinan 111.925 euros. En el apartado de carnes, se encuentra a mucha distancia la carne bovina (22.275 euros) y el corazón de equino y bovino, en el que se gastan 7.150 euros (se compran unas 2.000 unidades al año). También hay partidas menores de carne de pollo, de conejo, vísceras y otros tipos de carne.

En el apartado de verduras, la reina de los menús animales es la ensalada, a la que se destinan 44.000 euros anuales (se compran cada ejercicio unas 50.000 unidades). El apio es la segunda verdura más consumida, con un coste de 14.652 euros, y los pepinos se sitúan en tercer lugar, con 13.200 euros. Luego, coexisten en la dieta las patatas (9.680 euros) y, a distancia, productos como los tomates, las zanahorias, las endivias, los pimientos, los puerros, los calabacines, las mazorcas de maíz, los boniatos, la rúcula, las chirivías o las escarolas, entre otras.

La manzana prohibida

En cuanto a pescado, el rey indiscutible de la dieta del zoológico es el espadín, en el que se consumen 9.000 piezas al año, que significan un gasto de 19.800 euros. Le sigue el arenque (16.500 euros), la trucha (15.560 euros), el eperlano, un pescado del Báltico y del Atlántico (14.650 euros), y el capelín (11.000 euros). A distancia, se encuentran el calamar, la carne de mejillón, las ancas de rana y la anguila.

En cuestión de frutas, la reina de la mesa de los inquilinos del Zoo es la manzana, de la que se compran unas 30.000 unidades anuales con un coste de 21.450 euros. Puede suministrarse toda variedad de manzanas, excepto la variedad Granny Smith, una clase de manzana que ha sido creada artificialmente. Por eso se especifica su prohibición en las bases del contrato.

El precio del Zoo subirá en 2018 tras tres años congelado

Le sigue la pera (13.120 euros), el plátano (12.375 euros), la papaya (11.550 euros) y la naranja (9.000 euros, equivalentes a 7.800 unidades). También se sirven uvas, kiwis, uvas y otras frutas de temporada. En frutos secos, conservas y otros productos, el rey indiscutible es el cacahuete, para cuya compra se destinan 16.240 euros. En este bloque, se encuentra también la carne procesada (a su compra se destinan 10.395 euros) y, a distancia, quedan productos como el yogur, los huevos (cada año se compran 1.000 docenas, que cuestan 6.500 euros), zumos (1.500 litros con un coste similar), miel (276 kilos anuales sirven para alimentar a los bichos), pipas de calabaza, pasas, garbanzos torrados, dátiles, higos secos, almendras, mermeladas…

El menú del próximo año para los animales del Zoo ya está definido. En las cláusulas de los contratos se prevé la dieta que deberán ingerir. Los pescados se deberán entregar tras haber sido congelados, con lo que se minimiza la transmisión de enfermedades. Y hay un dato a tener en cuenta: los productos que consumen los animales han de ser “aptos para el consumo humano. Han de tener un aspecto saludable y una textura firme, limpieza, sin partes dañadas ni golpeadas”. Toda una garantía de que los animales están bien cuidados.