
Nicolás Weber, cofundador de Re-read
El secreto del éxito de Re-read, la librería de Barcelona que ha llevado la compra de segunda mano "al mundo"
El cofundador de la franquicia de venta de libros lowcost, Nicolás Weber, repasa la historia de uno de los grupos de librerías con más ventas en España
El Eixample se corona como la milla de oro literaria en Barcelona: "Ir de librerías", el nuevo “ir de compras"
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"Si no se lee, no pasa nada. Si se lee, pasa mucho". Un libro, cuatro euros; dos libros, seis euros; cinco libros, 12 euros. La cultura puede retransmitirse hasta el infinito y, cuanto más accesible sea, más igualitarismo cargará.
Re-read ha mantenido su sistema de precios desde que abrió su primera librería hace 12 años en la calle Rosselló de Barcelona.

Fachada actual de la librería de Re-read de Rosselló
Año 2013. "Familia y amigos nos decían: ‘¿Queréis abrir otra librería cuando se están cerrando dos librerías por semana? En España, no. Sois muy simpáticos, pero dejaos de tonterías’", recuerda Nicolás Weber, cofundador de Re-read, la franquicia de librerías low-cost de segunda mano con lecturas de primera.
Dos libreros, la crisis de 2008 y una disyuntiva: "reinventarse o morir"
Mercedes Zendrera y Nicolás Weber, la pareja fundadora que hoy aprecia cada día lo "increíble" que es que 58 librerías Re-read se hayan hecho un hueco entre las calles de 41 ciudades diferentes, en 2008 no sabía por dónde empezar.

Librería de Re-read en Granada
La crisis mengua las carteras. Y las carteras, cuanto más menguan, menos invierten en cultura y entretenimiento. Son los primeros gastos sacrificados en tiempos de frugalidad.
Los fundadores se asentaron en Barcelona con una librería de barrio, Baïbars se llamaba. Estaba ubicada en la calle Muntaner y se especializaba en idiomas y culturas.
"En 2011 empezamos a facturar un 10 por ciento menos, en 2012, lo mismo. En un momento dado pensamos ‘o nos reinventamos o morimos’", relata Weber.
Y así fue: un año más tarde, tras algún viaje por el norte de Europa en busca de inspiración, Zendrera y Weber hicieron una arriesgada apuesta por otra librería, esta vez "con un concepto un poco distinto", incide el cofundador.
“Nos gustan las ideas locas”
85 metros cuadrados en un bajo de la calle Rosselló y el propósito de abrirse camino con un proyecto que pudiera asegurar que "el precio no fuera una barrera de acceso a la lectura" y mantener una forma de comercio "de proximidad", llevaron a la pareja a jugársela con una librería de segunda mano con precios fijos.

Póster con los precios de Re-read en un establecimiento de Valencia
"Muchos nos dijeron ‘eso no va a funcionar’. Para mí esa no era una opción. Nos gustan las ideas locas", explica el cofundador.
Por primera vez, porque, según alega Weber, no tenían dinero para financiar el proyecto completo, decidieron no trabajar solos. Presentaron su propuesta a Talking Design Studio, la empresa de diseño gráfico que desde el primer momento vislumbró el potencial de Re-read y que a día de hoy se sigue encargando de la parte creativa.
La fórmula infalible
En 12 años, la fórmula de venta ha cambiado una sola vez. Cuando se subieron las persianas, los libros de tapa dura se vendían a tres euros, y los de tapa blanda a dos euros y, tras la semana de estreno, "los números no salían". Ahí fue cuando los libreros y su equipo reformaron el sistema y desarrollaron el índice de precios actual.
Un libro, cuatro euros; dos libros, seis euros; cinco libros, 12 euros. La asequibilidad, evidentemente, atrajo clientes desde el minuto uno. Sin embargo, para Weber, el factor que asegura la rentabilidad de Re-read es la cantidad de libros comprados por persona gracias a la atractiva fórmula: "Se llevan un promedio de 2,5 libros por persona. Eso es lo que hace que funcione".

Una mujer hojea un libro dentro del local de Re-read en Mataró
De hecho, su concepto de librería de segunda mano cautivó a curiosos del sector desde el primer mes de apertura: "Veíamos artículos sobre nuestra librería en la prensa, libreros que venían a preguntarnos sobre nuestra fórmula… No teníamos ni idea del mundo de la franquicia", comenta el cofundador.
A los seis meses, otro Re-read ya había abierto en el paseo Sant Joan. "Empezamos a abrir librerías que no eran nuestras. Primero en Barcelona, y después en Palma, en Málaga, poco a poco en Valencia. Construimos una central de libreros para apoyar a los demás, no solo para crear su librería, sino también para asegurar que su librería funcionara bien", sigue Weber.

La primera librería Re-read de L'Hospitalet de Llobregat
Hoy, más de una década más tarde, Nicolás Weber confía en que este 2025 Re-read superará los dos millones de libros vendidos, una cifra que los ubicaría como el segundo grupo de librerías con más libros vendidos en España.
Comprar para revender y 're-leer'
¿De dónde salen tantos libros? "El 99,5% de los libros que vendemos se los hemos comprado a particulares", apunta Weber.
Ofrecen 0,25 euros por libro. Los establecimientos Re-read acogen visitas diarias de clientes que acuden con carritos de la compra llenos de libros para vender.

El apartado de la página web de Re-read que informa sobre cómo vender los libros
También reciben centenares de propuestas de venta desde su formulario web, donde los particulares publican fotografías de las cajas de libros que tienen en casa para que los libreros valoren si quieren añadirlos en su librería. En caso de que sí, un equipo se desplaza a la casa del vendedor para llevarse los libros seleccionados.
Independencia y toque personal
Cada librero escoge sus libros. Una vez son enseñados a "pescar libros", tal y como lo describe Weber, los libreros gestionan su local. Cada Re-read tiene sus joyas específicas.
"Si visitas varios establecimientos, verás que el fondo de la librería puede ser muy distinto de una librería a otra. Por dos razones sencillas. La primera es que si la librería está al lado, por darte un ejemplo, de una universidad, es probable que, ya que compramos a gente de la zona, tengamos más ensayos, más libros de texto, de filosofía, etcétera. Si estamos en un barrio más turístico, tendremos más libros en otros idiomas. Entonces, por geolocalización y por la importancia del tejido social y comercial que hay alrededor de la librería, se generan fondos distintos", aclara Weber.

Fachada de la librería Re-read en Sarrià, Barcelona
Y la segunda razón es que "cada librero tiene sus gustos. Nos va muy bien que sean candidatos que vengan de universos distintos".
Un catálogo renovado cada día
Otro pilar de la franquicia de libros de segunda mano es que los libreros puedan centrarse plenamente en ejercer su oficio de seleccionar libros y recomendar lecturas a los clientes, y que el ordenador se encargue de la parte administrativa.
Ahora bien, con una rotación diaria por librería de 200 libros que entran por 200 libros que salen, mantener un catálogo actualizado no es una faena que pueda asumir cualquier software estándar usado en una librería.

Estantería de la librería de Re-read en la calle Diputació de Barcelona
Reinventarse e innovar, innovar e innovar. Han desarrollado un sistema llamado ‘The Re-book Finder’, que incorpora robots y drones que toman fotografías diarias y escanean las estanterías de sus tiendas, y un software se encarga de analizarlas para identificar y ubicar libros o autores específicos.
Así, los clientes pueden localizar fácilmente lo que están buscando. Además, ofrecen un sistema de alertas: si alguien no encuentra un libro en particular, puede indicar el título y el autor en la web, elegir la tienda donde desea recogerlo, y recibirán una notificación cuando esté disponible.
"Con esta tecnología no teníamos necesidad de catálogo. En realidad, lo importante no es tanto tener un catálogo, pero poder determinar si está o no el producto y dónde está", aclara Weber.
Sin prisa pero sin pausa
Según los datos actualizados en directo en su página web, Re-read ya ha alcanzado la marca del medio millón de libros vendidos este año.
"Seguimos levantándonos cada día diciendo que es increíble. Abrir hasta dos librerías nos parecía impensable", reconoce el cofundador.

Imagen de archivo del interior de la librería Re-read en el Boulevard Voltaire, en París
Con dos aperturas internacionales en el último año, una en París y otra en Lisboa, se puede confirmar que la fórmula mágica sigue sin fallar y mantiene firme su compromiso con la accesibilidad y la sostenibilidad.
Al ser preguntado por el futuro, Weber responde así: "Seguimos trabajando como a nosotros nos gusta, pero para hacer las cosas bien hay que dedicarle pasión y un poco de tiempo".