La ronda de Sant Antoni puede convertirse en un nuevo punto de conflicto entre Barcelona en Comú y PSC, los dos socios de gobierno en el Ayuntamiento de la capital catalana. Fuentes del PSC han confirmado a Metrópoli su intención de votar en el pleno del próximo viernes a favor de la proposición que presentará JuntsxCat para que se licite y se inicien de forma inmediata las obras de retirada de la losa de hormigón de la ronda, convertida ahora en un foco de incivismo y de delitos.
Los socialistas dicen que apoyarán la iniciativa del partido de Elsa Artadi "sin enmiendas". El PSC entiende que la losa tiene que ir fuera, así como iniciar el proceso de reurbanización de la calle, que parte los barrios de Sant Antoni y el Raval, tal como dice el texto de JuntsxCat. Si bien es cierto que todavía quedan muchos días para el viernes y el texto puede sufrir modificaciones y acuerdos entre las formaciones políticas, vecinos y comerciantes suman a su demanda de quitar la losa a uno de los partidos del gobierno de Barcelona. La oposición en pleno ya les apoya.
RETIRAR LA LOSA Y REURBANIZAR
La proposición de JuntsxCat, a la que ha tenido acceso Metrópoli, pasará este martes por la Junta de Portavoces, la reunión previa antes del pleno con los representantes de los distintos partidos. En ella se pide al Gobierno de la ciudad que "licite e inicie inmediatamente las obras de retirada de la losa, así como su reurbanización. Y, en paralelo, que se ponga en marcha un plan de choque social para abordar la problemática de seguridad, venta de drogas e incivismo que sufre el vecindario del entorno, fruto del abandono a la que ha estado sometida".
El PSC explica que ya ha informado a su socio de gobierno, Barcelona en Comú, de la intención de votar a favor de a proposición de JuntsxCat y ahora está por ver qué harán los comunes. Oficialmente, hasta ahora, el Ayuntamiento ha dicho que la urbanización de la ronda de Sant Antoni se tiene que enmarcar dentro de una reflexión global de todas las rondas que envuelven Ciutat Vella (rondas de la Universitat, Sant Antoni, Sant Pau) y que el objetivo es tener hecho o redactado el proyecto ejecutivo para la ronda de Sant Antoni antes de que acabe el mandato. Y así lo ha expresado en consejos de barrio el concejal del Eixample Pau González, de Barcelona en Comú.
GRITOS, PELEA Y TRAPICHEO DE DROGAS
Los socialistas entienden que hay que empezar a caminar para poner fin a la problemática de la ronda, que en los últimos meses se ha convertido en un foco de conflictos, con gritos, peleas grupales y trapicheo de drogas, y con el mercado de la miseria, con productos sacados de los contenedores, instalado en la losa de la calle desde finales de 2019. Por ahora, la mejor decisión que ha tomado el Ayuntamiento en la ronda ha sido la de garantizar presencia policial las 24 horas del día. Y lo ha hecho el PSC.
Vecinos y comerciantes afectados por la problemática se han organizado y han constituido la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni. Creen que el calendario propuesto hasta ahora oficialmente por el Ayuntamiento es demasiado largo y calculan que de aceptar la propuesta municipal de repensar todas las rondas de Ciutat Vella convivirán con la losa entre cuatro y siete años más. La plataforma considera que hay que desligar la eliminación de la losa de la reforma de las rondas y pide que mientras el Ayuntamiento piensa el proyecto definitivo de lo que quiere hacer "deje la ronda como estaba antes de poner la losa", es decir abierta al tráfico.
PROTESTA ESTE JUEVES EN URGELL CON MANSO
Ante la inacción municipal, vecinos y comerciantes iniciarán este jueves, 24 de febrero, las protestas callejeras. La intención que tienen es cortar la calle de Comte d'Urgell con Manso, a las 19.00 horas. La concentración está prevista un día antes del pleno. El conflicto de la ronda lleva camino de convertirse en otra patata caliente para Colau a poco más de un año de las elecciones. Con el apoyo de toda la oposición, y ahora del PSC, los afectados se sienten fuertes.
El Ayuntamiento de Barcelona ya tenía un proyecto de reforma para la ronda de Sant Antoni que presentó en 2017 y que debía a empezar a ejecutarse un año después. Sin embargo, la licitación se anuló. El proyecto pasaba por reducir el tráfico en la calle y dar mayor peso al verde y a la movilidad sostenible. La losa de la ronda se colocó para albergar las carpas provisionales de los comerciantes del histórico mercado del barrio mientras éste se rehabilitaba. Fue hace más de una década. Y ahí sigue.
En el texto JuntsxCat, el grupo de Artadi dice que el mercado de Sant Antoni se inauguró en mayo de 2018 tras nueve años de obras, recuerda el proyecto de urbanización presentado por el ejecutivo de Colau en 2017 y que la licitación del proyecto fue anulada "sin previo aviso ni explicación posterior" el 5 de julio de 2018. Y asegura que la ronda vive en una "situación de permanente provisionalidad urbanística que ha derivado en una degradación del espacio público, la aparición del mercado de la miseria y el incremento de la inseguridad y el incivismo". JuntsxCat critica que mientras en otros espacios, Colau sí ha anunciado reformas, el proyecto de la ronda acumula años de retraso y sigue pendiente de ejecución.
CONFLICTOS ENTRE PSC Y COMUNES
Si finalmente, PSC y Barcelona en Comú votan distinto, la ronda de Sant Antoni se convertirá en el enésimo conflicto entre los dos socios de gobierno. Hace unos días, la teniente de alcaldía y regidora de Movilidad Laia Bonet ya pidió a los comunes que se debían introducir cambios en el proyecto de la superilla del Eixample. Otros puntos en los que comunes y socialistas han discrepado han sido el Hermitage, la ampliación del aeropuerto, la prolongación del sistema de recogida de residuos Puerta a puerta y, por supuesto, el urbanismo táctico y la movilidad de la ciudad.
En verano, ambos se alejaron porque el entonces presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, hiciera el pregón de las fiestas de Gràcia. También tienen puntos de vista distintos sobre la continuidad del festival Primavera Sound. Y hace unos días el desalojo de un huerto okupado del Baix Guinardó sumó otra crisis en este matrimonio de conveniencia que son socialistas y comunes.