Los últimos años son muchos los restaurantes de Barcelona que han tenido que cerrar sus puertas para siempre. La capital catalana ha perdido una larga lista de locales que eran emblemáticos. Los motivos por los que han bajado la persiana son diversos, entre ellos el elevado precio del alquiler, inflación, desahucios y coronavirus. Metrópoli ha hecho un recopilación de algunos de los últimos establecimientos más importantes que no reabrirán.

BAR YETI

El cocinero Carlos Herrero, del histórico Bonanova, quería un bar y convenció a sus hermanos para comprar uno fundado en los 60. Allí servían unas albóndigas más que buenas: "Son esferas de cerdo y ternera al 50%, 'panko', leche y un huevo por kilo de carne, tiernas, sabrosas", escribió sobre ellas Pau Arenós. Pero este local de la zona alta de Barcelona ha tenido que bajar la persiana. Una lástima.

GRANJA MONTSANT

Granja Montsant, uno de los bares con más historia del Eixample, bajó su persiana en mayo tras cuatro décadas de servicio. Los propietarios aseguraron que tomaron esta decisión por varios motivos. Desde el bar relataron que la pandemia del covid, junto con la muerte de un familiar de los propietarios y las obras en la calle de Consell de Cent provocaron el cierre del local, situado en la calle Comte d'Urgell, 108. El céntrico bar se ha convertido en un establecimiento histórico por sus sandwiches, reconocidos por todos los vecinos del barrio.

Bar Granja Montsant, en el Eixample / TWITTER @Bcnsingular

BRUSI

En abril cerró el Brusi, el mítico bar famoso por sus callos en el Gòtic. Según explicaron los propietarios, el motivo del cierre fue por las nuevas normas sanitarias impuestas por el Ayuntamiento de Barcelona, que cada vez eran "más estrictas". Tras su cierre, el Brusi, que resistía entre tiendas de souvenirs y cafeterías modernas, será recordado por sus platos estrella: los callos, la butifarra con champiñones, y las tortillas de patatas y calabacín.

El Bar Brusi, situado en El Gótic / GOOGLE

PINOTXO

Puede que sea uno de los cierres más sonados. El Bar Pinotxo era un restaurante histórico en el mercado de la Boqueria. El origen del cierre radica en unas disputas familiares entre el mítico propietario del local, Juan Bayén, y sus sobrinos, que eran los que gestionaban ahora el bar. 

PAPPA SVEN

Un restaurante mítico en Barcelona. El Pappa Sven, el único local de toda la ciudad que ofrecía gastronomía sueca, cerró el pasado noviembre. Nina Olsson, su propietaria, anunció por redes sociales que, después de 13 años dirigiendo el negocio, bajaría la persiana permanentemente. Tras más de una década, Pappa Sven se convirtió en un lugar de referencia en la gastronomía de Sant Antoni.

Nina Olsson / PAPPA SVEN

PETIT PAU

Otro restaurante que ha decidido 'abandonar' la ciudad es El Petit Pau, ubicado en la calle de Espanya Industrial 22. Tal como explicó el propietario del local, Pau Gascó, se despidió del restaurante "satisfecho" porque siempre ha ofrecido unas "condiciones laborales justas".

Restaurante El Petit Pau / GOOGLE MAPS

NON SOLO PIZZA

A la lista de restaurantes desaparecidos se suma un local de comida italiana mítico de la calle de Enric Granados: Non solo pizza. Especializado en pastas de todo tipo, el restaurante bajó la persiana para siempre en febrero tras muchos años al pie del cañón en una de las calles más reconocidas de la capital por su oferta en restauración. 

El restaurante Non solo pizza cierra sus puertas / GOOGLE MAPS

MARC'S ENTREPANS

Hace tres semanas, el bar Marc's Entrepans, del Congrés i els Indians, bajó la persiana después de casi medio siglo. El sector de la hostelería ha sufrido de primera mano las consecuencias de la pandemia y la inflación. No son pocos los locales que han tenido que cerrar. El Marc's Entrepans no ha sido la excepción: después de 47 años en el paseo de Maragall, cerró permanentemente el pasado mes de octubre. 

CAN SOTERAS

El restaurante Can Soteras también se vio obligado a cerrar por culpa del coronavirus en 2021. Hacía 105 años que ofrecía gastronomía tradicional en el paseo de Sant Joan. Especializado en caracoles, era uno de los locales más emblemáticos de la ciudad, pero todo se torció por la crisis económica derivada del confinamiento y no tuvieron más remedio que cerrar sus puertas.

Restaurante Can Soteras cuando estaba abierto / TRIPADVISOR

GRAN CAFÈ

El Gran Cafè de la calle de Avinyó, en el corazón del Gòtic, tampoco superó la fuerte recesión de la cuarentena. Después de un siglo haciendo historia en este barrio, este local modernista cerró la persiana para siempre. Ya estaban pasando un mal momento antes del confinamiento, pero la situación llegó a su límite en 2020. Los vecinos del Gòtic perdieron un signo de identidad, ya que abrió sus puertas en 1920.

El Gran Cafè del Gòtic (Barcelona), cerrado a cal y canto / TWITTER @barnacentre

CASA LEOPOLDO

El escritor Vázquez Montalbán visitaba la Casa Leopoldo del Raval con mucha frecuencia. Era uno de los restaurantes más conocidos del barrio que, desde 1929, servía comida tradicional catalana. Era el punto de encuentro de muchos otros autores de gran renombre, como Eduardo Mendoza o Maruja Torres, entre otros. Había conseguido convertirse en uno de los lugares de referencia del barrio, hasta que, en 2019, lo traspasaron. Ahora, en el mismo lugar, que no ha cambiado el nombre, se sirve comida china.

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