Un pueblo de Asturias en una imagen de archivo

Un pueblo de Asturias en una imagen de archivo Canva

El pulso de la ciudad

Un exvecino de Barcelona, sobre el precio de la vivienda: "Me fui y ahora vivo en una casa por 150.000 euros"

El testimonio, en conversación con Metrópoli, explicó que pagaba 1.000 euros de alquiler por un piso de 40 m2 en la capital catalana y ahora vive en Asturias 

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La crisis de vivienda es la mayor preocupación de los barceloneses. Así lo reflejó el último barómetro municipal y los vecinos lo denuncian a diario: los precios en la capital catalana se han disparado en los últimos años y muchos se ven obligados a abandonar la ciudad. 

Es el caso de Xavi, un exvecino de Barcelona que vivía en Horta-Guinardó y decidió dejarlo todo para mudarse a Asturias.

El afectado decidió marcharse junto a su mujer y su hija de dos años ante los elevados costes del alquiler, el creciente desorden urbano y una sensación de inseguridad que, según él, ha ido en aumento en la ciudad.

1.000 euros de alquiler

Hasta el momento de su partida, Xavi residía en un piso de solo 40 metros cuadrados que les costaba cerca de 1.000 €/mes. Ese gasto, sumado a los costes de vida --guardería, desplazamientos, alimentación--, absorbía gran parte de sus ingresos.

Cuando se mudaron "a finales de febrero", asegura, tomaron la decisión de quedarse. Hoy viven en un pueblo cercano a Oviedo, donde con 150.000 € han conseguido una casa con terreno.

Allí, según explicaba el testimonio en conversación con Metrópoli, respiran "aire puro" y todo es "más barato". 

Cartel de una vivienda en alquiler

Cartel de una vivienda en alquiler Inteligencia artificial

Críticas a la transformación de Barcelona

Xavi no duda en apuntar directamente a la ciudad que dejó atrás. “Barcelona es para extranjeros”, afirmaba, denunciando que ha sido moldeada para quien tiene ingresos altos.

Para él, prácticamente todo en Barcelona cuesta dinero: “Me cobraban hasta por respirar”, denunciaba. En su opinión, la ciudad ha ido perdiendo su esencia, convertida en un escenario donde prevalece el turismo, la especulación y el negocio inmobiliario.

Los esfuerzos del Ayuntamiento 

Ante esta realidad, el Ayuntamiento de Barcelona se ha puesto manos a la obra --en estrecha colaboración con la Generalitat-- para revertir la situación.

Desde 2023, el consistorio barcelonés ha impulsado una serie de acuerdos con Entidades Sin Ánimo de Lucro (ESAL), el Institut Català del Sol (Incasòl) y con el sector privado —a través de la cesión del derecho de superficie— para construir más vivienda de protección oficial. El objetivo es pasar del 1,4% al 15% para el año 2040.

En cuanto a las políticas de vivienda a corto plazo, Barcelona tomó la decisión de no renovar las 10.000 licencias de pisos turísticos que hay en la ciudad con la esperanza de que a partir de 2028 volvieran al mercado residencial.

Además, la capital catalana se acogió al control de rentas que establece la Ley de Vivienda. No obstante, ambas son medidas que generaron mucha polémica y que todavía a día de hoy reciben críticas del sector privado.