Vistas del mar desde Alella / SHUTTERSTOCK

Vistas del mar desde Alella / SHUTTERSTOCK

Gran Barcelona

El tranquilo pueblo a media hora de Barcelona famoso por sus vinos: historia, rutas y calas cercanas

Este municipio se convierte en una gran opción para los que buscan desconectar unos días en una zona con buena gastronomía y clima, sin el bullicio de la capital catalana

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A tan solo media hora de Barcelona, el pequeño municipio de Alella se posiciona como una de las mejores opciones para una escapada corta con encanto mediterráneo.

Situado entre el mar y las colinas del Maresme, este pueblo ofrece mucho más que un simple plan de playa: vinos con denominación de origen, calas tranquilas, senderismo y gastronomía local hacen de esta localidad un verdadero refugio de proximidad.

Con la llegada del buen tiempo, Alella se convierte en un lugar muy solicitado por quienes buscan una experiencia relajante sin renunciar a lo auténtico. Su carácter vinícola, consolidado gracias a la DO Alella, una de las más antiguas y pequeñas de Catalunya, impregna tanto sus paisajes como su oferta gastronómica.

El pueblo de Alella en una imagen de archivo

El pueblo de Alella en una imagen de archivo WIKIMEDIA COMMONS

Numerosas bodegas familiares abren sus puertas al público, ofreciendo catas al aire libre, visitas guiadas entre viñedos y menús maridados que reflejan el sabor de la tierra.

Playas tranquilas

Pero Alella no solo es vino. A poca distancia del centro, el visitante puede acercarse a pequeñas calas del litoral del Maresme, donde el ambiente es mucho más tranquilo que en las grandes playas metropolitanas.

Algunas, como las cercanas a Cabrera de Mar o El Masnou, permiten desconectar con vistas despejadas al Mediterráneo, lejos del bullicio habitual de la costa barcelonesa.

El encanto del municipio también reside en su centro histórico, con calles estrechas de piedra, plazas arboladas y construcciones que conservan la esencia de la arquitectura catalana tradicional.

Para los amantes de la naturaleza, los alrededores de Alella cuentan con rutas señalizadas para recorrer a pie o en bicicleta, atravesando paisajes de colinas, pinos y viñas con vistas al mar.

Vistas de Alella en una imagen de archivo

Vistas de Alella en una imagen de archivo FLICKR

Una escapada económica

Una tapa con vistas al mar, una copa de vino local y la brisa marina entre viñedos. Alella resume lo mejor del Mediterráneo a solo unos kilómetros de la ciudad. Es un lugar pensado tanto para una escapada de fin de semana como para una jornada improvisada con amigos, pareja o incluso en solitario.

Y lo mejor: es un plan económico y accesible. A diferencia de otros destinos turísticos más masificados de la Costa Brava, Alella ofrece opciones de alojamiento asequibles, restaurantes con buena relación calidad-precio y actividades al aire libre que no requieren grandes presupuestos.

En tiempos donde cada vez más personas buscan experiencias auténticas sin grandes desplazamientos, pueblos como Alella ganan protagonismo. Gastronomía, paisaje, tradición y mar: todo en un solo destino a menos de 30 minutos de Barcelona.

Viñedos de Alella sobre el mar Mediterráneo

Viñedos de Alella sobre el mar Mediterráneo DIPUTACIÓN DE BARCELONA

¿Cómo llegar?

Además, el acceso desde Barcelona es fácil y rápido. Aunque muchos optan por llegar en coche, Alella también está bien conectada por transporte público: hay líneas regulares de autobús y tren que enlazan el municipio con la capital en cuestión de minutos, lo que lo convierte en un destino ideal incluso sin vehículo propio.

Llegar a Alella desde Barcelona es fácil y rápido. En coche, se tarda unos 30 minutos por la autopista C-32 (salida 86 Alella/El Masnou/Teià), mientras que en transporte público puedes tomar el tren de Rodalies R1 hasta El Masnou y, desde allí, el bus C-10 que te deja en el centro del pueblo en pocos minutos.