El Monasterio de Sant Llorenç del Munt, en la cima de la Mola

El Monasterio de Sant Llorenç del Munt, en la cima de la Mola

Gran Barcelona

Nueva vida para un recinto histórico del siglo XI a 1.000 metros de altitud en Barcelona: de restaurante a la Sala Mirador

El nuevo espacio permitirá recorrer la historia del monasterio del siglo XI a través de exposiciones permanentes que muestran su relevancia histórica y arquitectónica

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El conjunto monumental de La Mola, en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i L’Obac, cuenta desde hoy con un nuevo espacio expositivo permanente: la Sala Mirador, ubicada en la antigua hostería del monasterio benedictino de Sant Llorenç del Munt.

La inauguración, organizada por la Diputación de Barcelona, busca ofrecer a los visitantes una experiencia más completa, combinando historia, cultura y naturaleza en un enclave único a más de mil metros de altitud.

Este nuevo espacio substituye al restaurante, que tras décadas en lo alto de la cima del Vallès Occidental, hecho el cierre después de que la Diputació optase por otro enfoque para el espacio y no renovase la concesión. 

Montaña de la Mola

Montaña de la Mola Turisme Terrassa

Un espacio que une historia y naturaleza

La Sala Mirador permitirá recorrer la historia del monasterio del siglo XI a través de exposiciones permanentes que muestran su relevancia histórica y arquitectónica. El nuevo espacio se suma a los ya visitables dentro del recinto, como la iglesia, la galería y el patio central, ofreciendo una visión más profunda del conjunto monumental y de su influencia en la región.

Además, se ha inaugurado un nuevo espacio de acogida de visitantes, diseñado con criterios de confort térmico pasivo y dotado de una recepción con panel informativo sobre el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i L’Obac. Estos servicios forman parte del Plan de futuro sostenible para La Mola, orientado a conservar los valores naturales, históricos, paisajísticos y culturales del enclave.

Autosuficiencia y sostenibilidad, claves del proyecto

El conjunto de La Mola no dispone de conexión a la red eléctrica, agua corriente ni saneamiento, lo que obliga a que cualquier mejora tenga en cuenta la autosuficiencia energética y la sostenibilidad. Los servicios técnicos de la Diputación han redactado proyectos para optimizar la eficiencia energética y garantizar servicios básicos a los visitantes, respetando al mismo tiempo la protección patrimonial del recinto.

Los Gorgs de la Mola en una imagen de archivo

Los Gorgs de la Mola en una imagen de archivo DJ TRAVELERS

Actualmente, estas iniciativas se encuentran en revisión por parte de los Servicios Territoriales en Barcelona del Departamento de Cultura de la Generalitat.

La ubicación del monasterio, en un espacio natural protegido y alejado de núcleos urbanos, hace que los accesos solo sean posibles a pie, lo que refuerza la necesidad de instalaciones autosuficientes y sostenibles. La gestión de estos servicios permitirá que los visitantes disfruten de una experiencia segura y confortable, sin comprometer la integridad histórica ni ambiental del lugar.

Colaboración institucional y ordenación del entorno

El acto de inauguración ha contado con la presencia de Xesco Gomar, diputado del Área de Espacios Naturales e Infraestructura Verde de la Diputación de Barcelona; Guillem Montagut, alcalde de Matadepera; y Sònia Llobet, directora del Parque de Sant Llorenç del Munt i L’Obac.

En colaboración con el Ayuntamiento de Matadepera, la Diputación impulsa la ordenación del entorno de la cumbre, incluyendo accesos, aparcamientos y puntos estratégicos de información. El objetivo es mejorar la experiencia de los visitantes y dar a conocer la oferta de ocio y educación ambiental del parque natural, fomentando la conservación y el disfrute responsable del medio.

La Mola, un patrimonio vivo

Con más de mil años de historia, el monasterio de Sant Llorenç del Munt se mantiene como un referente cultural y natural de Catalunya. La apertura de la Sala Mirador y los nuevos espacios de acogida consolidan La Mola no solo como un destino turístico, sino también como un proyecto de gestión sostenible y educativa, en el que historia, naturaleza y cultura se entrelazan para ofrecer a los visitantes una experiencia única.