Anna Grau (Girona, 1967) habla con desparpajo, no exenta de precisión. Tiene recorrido. Como periodista conoce de primera mano el tejido político catalán. Bebió del catalanismo y del nacionalismo de Jordi Pujol. Ha trabajado en varios medios de comunicación, y también ha probado suerte en la narrativa, como escritora. Ha vivido en Nueva York y en Madrid y desde hace unos años se ha embarcado en el proyecto político de Ciudadanos, justo cuando ya no cotiza al alza. Como diputada en el Parlament, ahora es la candidata del partido naranja a la alcaldía de Barcelona. Tiene claro que en la capital catalana hace falta orden. Pide más efectivos policiales y una gestión atrevida, que deje a un lado la retórica vacía. Grau hace tiempo que dejó de sonreír ante el nacionalismo. Su apuesta es total por un "liberalismo de izquierdas", que deja atrás las etiquetas identitarias. En esta entrevista con Metrópoli asegura que no quiere saber nada del pasado de Ciudadanos y de su anterior apuesta en Barcelona junto a Manuel Valls. Los tiempos son otros. Grau sentencia: "Barcelona es la ciudad sin ley".
¿Cómo ve Barcelona y qué puede aportar Ciudadanos a la ciudad justo en estos momentos, difíciles para su partido?
Quiero mandar a todos los barceloneses un mensaje de tranquilidad. No vamos a anteponer el talento de fuera al que tenemos aquí. Por eso les pido un voto de confianza hacia el partido. Por otro lado, entiendo que una y otra vez se me pregunte con quién tengo intención de pactar si se da la oportunidad, pero eso para mí es una segunda derivada. Ahora mi objetivo es sanear el partido y consolidarlo, algo que conseguiremos trabajando duro, yendo de frente y siendo transparentes con la gente. Por eso, los pactos de Ciudadanos se decidirán aquí y pensando únicamente en los ciudadanos de Barcelona. Catalunya no será normal hasta que no haya un presidente de la Generalitat y una alcaldesa de nuestro partido.
La mayoría de encuestas apuntan a un triple empate entre Colau, Collboni y Trias. De estos tres candidatos, ¿con quién se siente Ciudadanos más cómodo?
Yo no me cierro a nadie que me compre mi programa y me inspire garantías de buena gestión. Excepto a Ada Colau. Aunque tengo muchas dudas sobre todos ellos: no sé qué intenciones tienen los candidatos y yo exijo claridad expositiva. Algo que tenemos en común Colau y yo es que las dos somos muy claras, aunque veo imposible un pacto con ella. A los demás, los veo menos concretos. Eso sí, todos los pactos que haga Ciudadanos de ahora en adelante estarán muy justificados. No volveremos a cometer el mismo error que con Manuel Valls. Ciudadanos ya ha pagado un alto precio por sus errores.
El momento del partido ha cambiado mucho respecto a las elecciones anteriores. ¿Tiene gancho para motivar el voto?
Gestiono el momento actual, no el pasado. Siempre he creído que el periodo del 'procés' ha supuesto una destrucción del tejido convivencial, social, cívico, democrático de Catalunya y Barcelona, algo que ha ido a más, no a menos. Nos enfrentamos a una crisis económica muy generalizada, pero creo que aquí tiene unos componentes añadidos que lo hacen más preocupantes: en el ayuntamiento tenemos una alcaldesa que aboga por el decrecimiento económico. Barcelona está en una emergencia social, por lo que estoy convencida de que tenemos que actuar frente a las necesidades actuales de Barcelona, como por ejemplo lo es la vivienda.
Habla de vivienda, ¿qué solución propone Ciudadanos frente a este problema?
Cambiar de gobierno, porque con Colau estamos cada día más lejos de la solución. La crisis de vivienda no tiene una solución rápida, por eso propongo un plan de choque contra el alquiler: eliminar la reserva del 30%; apostar por un parque social de alquiler no de venta (el ayuntamiento de Barcelona no puede ser un fondo buitre más); acabar con la okupación, otro problema que conlleva a que la gente no quiera alquilar; avalar a los jóvenes que no pueden pagar una fianza para hacer frente al alquiler... Sobre todo tratar la problemática con mucha seriedad.
La hemos visto los últimos meses muy implicada con la problemática de la okupación, sobre todo en el barrio de La Bonanova. ¿Qué cree que hay que hacer para acabar con ello de forma definitiva? ¿Qué propone Ciudadanos?
La okupación es delito y debe desaparecer. En Barcelona se han generado un conjunto de vacíos legales que debilitaron el delito de allanamiento de morada, con lo que la policía no tiene apoyo político para actuar. Se confunde a los okupas con gente vulnerable, algo que es un error y que ha convertido la ciudad en el epicentro de la delincuencia okupacional. Me parece muy irresponsable que no se active a los cuerpos de los Mossos d'Esquadra ante esta problemática, pero sí a los Desokupa, como hace Vox, por ejemplo. Mientras haya gente que viva de la okupación, el problema seguirá existiendo, además de no darnos garantías frente al problema. No creemos que eso asegure la seguridad, ni la libertad, ni la propiedad privada.
¿Confía en las medidas legislativas del PSC propuestas en el Congreso de los Diputados sobre la posibilidad de denunciar por parte de la comunidad de vecinos y que en 24-48 horas se pueda realizar el desalojo, siempre que no haya personas en situación de vulnerabilidad?
La ley de vivienda de Pedro Sánchez es en la práctica un manual de instrucciones para los okupas: garantiza mucho más sus derechos que el de los propietarios. En definitiva, el sistema socialista consiste en descargar en el propietario o vecino toda la carga de la prueba, con lo que se consigue transmitir la imagen de que los ciudadanos tienen la culpa de la crisis de vivienda. De esta forma, la administración gana tiempo para no tener que invertir recursos en solucionar la crisis de vivienda y vulnerabilidad social.
La okupación tiene una fuerte influencia en la seguridad de Barcelona. ¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación, que es ya uno de los ejes de la campaña electoral en Barcelona?
No sirve de nada tener puntos lilas en todas partes si cuando llamas a la policía no pueden actuar al respecto. Barcelona es la ciudad sin ley: el ciudadano percibe que no está protegido y el delincuente intuye que nadie le va a perseguir. Y el señor Batlle es cómplice y partícipe de toda esta política de 'mano larga' con el delincuente. Por eso es necesario mandar un mensaje de civismo. Pero cuando tienes una alcaldesa que ha sido okupa, pasan este tipo de situaciones. En Barcelona se ha promovido la cultura de la 'antiseguridad': no se trata de contener, sino de acabar con el problema. Me hace gracia cuando Ernest Maragall dice: "Vamos a poner un alcalde de noche". Con que el que tenemos de día funcione, ya bastaría.
En cuestión de pactos preelectorales, ¿era imposible haber llegado a un acuerdo con fuerzas políticas de centroderecha que hubiera podido tener fuerza en el ayuntamiento?
Yo no comparto ningún espacio político con Valents, es un lobi de intereses particulares y no me reconozco con ellos. Además de que no veo a nadie en nuestro espacio. En mi proyecto no somos un cromo de cambio ni un cojín donde poner un pie para llegar a la Moncloa. Veo partidos autoproclamadamente de izquierdas que no se ocupan de cosas que nosotros sí hemos hecho, tanto desde la Generalitat como desde el ayuntamiento. No me cierro a pactar, pero no vamos a travestir Ciudadanos ni juntarnos con gente con la que no confiamos. Si hemos perdido la confianza en Manuel Valls, cómo vamos a confiar en partidos que reclutan a tránsfugas.
Cuando dice que Valents es un lobi de intereses particulares, ¿a qué se refiere?
Nosotros no vemos un proyecto político, sino una escuela de intereses personales con apoyo económico detrás. No quiero descalificar a nadie, pero no nos reconocemos en esa manera de entender la política. Ciudadanos, al margen de romper el grupo municipal por no ser cómplices de Colau y de los pactos de Valls, nunca ha votado ningún presupuesto al gobierno actual. Otros sí lo han hecho, después de criticar sus impuestos, planos de uso, política de movilidad... Nosotros no hemos sido cómplices de todo esto.
No le gusta a Anna Grau como han quedado las calles de Consell de Cent, Girona...
No, nada... y admito que nos han metido un gol a todos. Esto va a ser algo muy difícil de arreglar porque el daño ya está hecho, pero sí esperamos parar esta deriva de un urbanismo sin plan, solo con propaganda. Vamos a revertir todo lo que podamos buscando un urbanismo de rescate que nos permita trascender la situación caótica actual. El Plan Cerdá nunca volverá a ser el mismo...
Porque la peatonalización de calles como las del distrito del Eixample, ¿prefiere que ese espacio lo ocupe el coche antes que el peatón?
A través de las superillas el ayuntamiento de Colau no consigue todo lo que se "propone": ni pacificar un eje, ni transformarlo en zona verde, ni rebajar el problema de la contaminación. Ahora los precios de estas calles van a subir porque el consistorio está gentrificando la zona. Hay que empezar a llamar las cosas por su nombre para poder arreglarlas. Declarar la guerra al coche sin solucionar primero el transporte público ni dar otras alternativas es convertir la ciudad en un caos.
Sobre ofrecer más alternativas de transporte, el ayuntamiento está llevando a cabo la unión del tranvía por la Diagonal, sobre la que Metrópoli ha publicado una encuesta en la que la mayoría de barceloneses está a favor. ¿Ciudadanos está a favor?
La unión del tranvía por la Diagonal siempre nos ha parecido una chapuza. No se tendría que haber empezado nunca, pero ahora que se ha hecho algún día se tendrá que acabar. Aunque yo apostaría antes por pacificar la Ronda de Dalt: eliminar la violencia acústica, generar espacios urbanos, zonas verdes, de ocio infantil... El Ayuntamiento de Barcelona cuenta con un goloso presupuesto que se acerca a los 3.800 millones de euros.
Para acabar, ¿un alcalde o alcaldesa que le haya gustado como ha gestionado su ciudad en los últimos años en España?
Me gustaría para Barcelona un modelo como el de Antoni Farrés, exalcalde de Sabadell. Él gobernaba para todos y escuchaba y entendía a todos los vecinos del municipio. Nunca permitió que su ideología dejara a nadie en la estacada. Yo espero algún día ser una alcaldesa así.