Xavier Trias afronta la semana decisiva para ser alcalde de Barcelona. Las negociaciones se mantienen con ERC para asegurarse que los republicanos no tomarán ninguna decisión de última hora. El candidato de JxCat también confía en que el PP no se incline por el socialista Jaume Collboni, aunque en el seno del PP existe un verdadero debate sobre lo que debería hacer Daniel Sirera ese próximo sábado, en la constitución de los ayuntamientos. Pero la preocupación de Trias es lograr un gobierno sólido para no caer en octubre, cuando se negocie el primer presupuesto municipal.

Esa cuestión es central, y, aunque pueda pensarse que queda lejos, supone la clave de las negociaciones. Trias es el candidato de la lista más votada. Será alcalde este sábado, dado que no hay manera de que el PSC pueda reunir la suma de 21 concejales. Jaume Collboni insiste, y así lo señaló el pasado viernes en el consejo de federación del PSC de Barcelona, que los socialistas, junto con los comunes y ERC representan la “mayoría progresista” de la ciudad. Pero ERC no tiene ninguna intención de formar parte de esa ecuación.

¿Entonces? Trias entiende que puede ser alcalde, en minoría, con sólo once concejales, aunque ERC intentará formar parte del gobierno municipal. Pero, ¿qué pasará cuándo negocie el primer presupuesto? Sin socios que lo secunden, el veterano dirigente de Convergència deberá tomar una decisión que ya asumió en su etapa como alcalde, entre 2011 y 2015. Entonces, con catorce concejales, se sometió a una moción de confianza. Es la manera de aprobar un presupuesto cuando no se tiene una mayoría.

Trias tras su victoria electoral / EUROPA PRESS

En aquella ocasión superó la prueba. Para poder aprobar los presupuestos de 2014, Trias optó por la moción de confianza. Eso implicó que durante un mes toda la oposición tuvo la oportunidad de reunir 21 apoyos para descabalgar a Trias de la alcaldía. No fue posible. Los distintos grupos no se pusieron de acuerdo. Y Trias siguió adelante, al frente del Ayuntamiento de Barcelona, y con los presupuestos aprobados.

Se trataba de la oportunidad de llevar a la práctica una moción de censura, pero de forma indirecta, a través de una moción de confianza presentada por el propio Trias. Los once concejales del PSC, los nueve del PP y los cinco de ICV-EUiA, además de los dos de Unitat per Barcelona, --la coalición formada en 2011 por ERC, Reagrupament y la Democràcia Catalana de Joan Laporta—no se pusieron de acuerdo y Trias siguió como alcalde hasta el final de su mandato, en 2015.

Pero, ¿qué podría suceder en octubre, una vez se conozca cómo ha quedado el tablero de la política española, tras las elecciones de este 23 de julio? Para los socialistas podría ser la oportunidad de lograr la alcaldía, en función de la situación en la que estén los comunes y ERC, con o sin Ernest Maragall al frente. Sería ese el momento que fuentes socialistas señalan para decidir “una alternativa”, pero también para sellar un posible acuerdo con JxCat, y consolidar un gobierno municipal que pueda afrontar con garantías todo el mandato.

Antes de esa primera cita, clave en el mandato, la situación podría experimentar pocos cambios. Xavier Trias insiste en lograr el apoyo del PSC antes del próximo sábado. O, por lo menos, el de ERC, para conseguir la alcaldía con 16 concejales, los 11 de JxCat y los cinco de los republicanos. Pero las negociaciones no avanzan, aunque podrían intensificarse cuando se acerque la fecha del sábado.

LAS DUDAS DEL PP

El plan de Jaume Collboni se mueve en esa ecuación “progresista”, a pesar de los comentarios de los últimos días de Daniel Sirera, al inclinarse por los socialistas, siempre que el PSC sepa cómo prescindir de un apoyo previo de los comunes. Sirera ha señalado que se trata de hallar “fórmulas imaginativas”, pero el PSC entiende que no es una oferta sólida, porque cualquier suma para lograr 21 concejales pasa por los comunes.

El candidato a la alcaldía por el PP en Barcelona, Daniel Sirera / EFE TONI ALBOR

Lo que sucede es que en el seno del PP, en la dirección nacional y en Catalunya, el debate sobre qué hacer el próximo sábado es intenso. Ante la inminencia de las elecciones generales, una de las posibilidades es ofrecer los votos a Collboni, porque votar al próximo líder del PP en Barcelona supondría, en la práctica, permitir la lista más votada, la de Xavier Trias. El PP teme, aunque está, precisamente, en la ponderación exacta de ese coste, que se pueda castigar electoralmente el permitir que sea alcalde el candidato de JxCat, que sigue teniendo como máximo referente a Carles Puigdemont, el líder del independentismo catalán.

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