El Mobile World Congress (MWC) de este año se presenta mucho más tranquilo que en ediciones anteriores, al menos en lo que a movilidad se refiere. Si hace unos días eran los trabajadores de TMB los que votaron en contra de una huelga durante el congreso, ahora son los taxistas los que aseguran que darán un respiro al Ayuntamiento, aunque con condiciones.

Después de la operación caracol de mediados de enero, que provocó colas kilométricas en las rondas de Barcelona, taxistas y Ayuntamiento firmaron un acuerdo a cambio de no organizar protestas durante el MWC. “Vamos a cumplir”, ha explicado a Metrópoli Abierta el portavoz de la asociación Elite Taxi Barcelona, Alberto Álvarez, que agrupa a más de 2.000 taxistas.

De las seis demandas de los taxistas, el consistorio aceptó cinco. Entre las más destacadas, dotar de más controles en los carriles Bus-Taxi e incrementar la vigilancia en la salida de la estación de Sants. La única reivindicación que no se ha atendido es la de permitir los giros en el tramo central de la Diagonal, que el Ayuntamiento considera inviables después de encargar un estudio.

MOVILIZACIONES ESPORÁRICAS

Álvarez no descarta que se produzcan movilizaciones espontáneas si la Guardia Urbana sigue con su estricta política de multas a los taxistas. “Si un cliente decide bajarse en la rotonda cerca de la Fira, ¿Qué puedo hacer yo?”, lamenta. “Baja contra mi voluntad y la Guardia Urbana me multará seguro”.

Otra de las quejas de los taxistas es la competencia desleal que hacen otros sectores, como los vehículos de alquiler con conductor, durante el Mobile Congress. Los servicios de vehículos con chófer, que inicialmente se regularon para que ofrecieran servicios de transporte distintos a los del taxi, han ganado protagonismo en este tipo de eventos.

En opinión de Álvarez, los taxistas parten en desventaja con este tipo de negocios, que están sujetos a una regulación más laxa y no tienen costes tan elevados en “impuestos, licencias y revisiones”. El portavoz de Elite Taxi Barcelona ha denunciado que las multinacionales han logrado flexibilizar la legislación y “están consiguiendo equiparar sus servicios a los de los taxi”.

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