Colau, sobre los bloques de hormigón: "Qué feos son"
La alcaldesa de Barcelona promete su retirada, pero no desvela el coste de su colocación
27 enero, 2021 19:31Noticias relacionadas
Ada Colau asume que los bloques de hormigón tienen fecha de caducidad en las calles de Barcelona. Su retirada, una petición de los expertos en seguridad vial, se hará en 2021 tras el fallecimiento, en diciembre de 2020, de un motorista después de colisionar con un coche y chocar con un new jersey. La alcaldesa de Barcelona tendrá que recular y este miércoles incluso bromeó con su fealdad estética: “No me gustan. ¡Qué feos son los new jersey amarillos!”, dijo Colau.
En su comparecencia anual en el Col.legi de Periodistas, la primera edil afirmó que en Barcelona “todavía hay muchos accidentes relacionados con ruedas y motor”. En su intervención, Colau se posicionó a favor de reducir la velocidad máxima en las calles y remarcó que los polémicos bloques de hormigón son “provisionales”.
"LOS COCHES CONTAMINANTES"
“Los new jersey desaparecerán este año, pero han salvado muchos puestos de trabajo”, en referencia a las nuevas terrazas en la calzada. La alcaldesa también lamentó que “el coche está sobredimensionado en Barcelona”. “Los coches están en el centro de la movilidad. En primer lugar hemos de sacar los más contaminantes”, añadió Colau.
La máxima autoridad de Barcelona comentó que los coches representan “el 20% de los desplazamientos de la ciudad y ocupan el 60% del espacio público”. Colau abogó por nuevos recortes a los vehícuos motorizados y se vanaglorió de la “gran transformación de la movilidad de Barcelona” desde 2015.
LA SUPERILLA DE SANT ANTONI
La alcaldesa de Barcelona ha puesto la superilla de Sant Antoni como modelo de éxito de la nueva movilidad que defiende para Barcelona. Un modelo que quiere exportar a todo l'Eixample en los próximos meses. "La superilla ha llenado de vida el barrio de Sant Antoni. Es el modelo de futuro y el comercio local está encantado", ha insistido Colau.
Colau habló de la próxima desaparición de los bloques de hormigón de las calles de Barcelona, muy criticados por la mayoría de los partidos de la oposición y por amplios sectores de la ciudad. La alcaldesa, sin embargo, no cifró el coste de su colocación y posterior retirada.