Los viejos sociólogos nunca mueren. Sólo se jubilan. Como el doctor de la Universitat de Barcelona, Juli Sabaté, que continúa observando la sociedad y “cómo condiciona la mayoría de cosas que nos pasan”.  

Profesor del Departamento de Sociología, cientos de estudiantes de Económicas y de algunas escuelas de policía han escuchado sus lecciones. Ahora, publica sus Cròniques d’un sociòleg jubilat.

No está en las librerías, porque ha impreso una edición limitada para sus amistades. Pero se puede leer en su blog Normals i diferents, que abarca el trienio 2021-2024.

Procedente de la cosecha intelectual del Mayo 68, empieza por la infancia. En “Niños indefensos, pobrecitos”, sostiene Sabaté: “Los niños de ahora son los más desprotegidos de toda la historia de la humanidad”.

La causa es que “a base de sobreprotegerlos los hemos dejado totalmente desprotegidos y sin defensas frente a una vida que a veces puede ser divertida y estupenda, pero también reparte bofetadas de todo calibre”.

Como no todas las madres y padres se dejan idiotizar, no valen las falsas excusas: “¡Es la sociedad! ¡Es la estructura!”. La realidad es que como nacen pocos niños, “son un bien escaso muy valorado que hay que proteger”.

Desde el punto de vista económico: “Los niños no trabajan, sólo consumen y también estudian”. Desde el punto de vista cultural: “El estilo de vida actual huye del sacrificio y es hedonista”.

Desde el ángulo oscuro: “Sólo tienen derechos, no deberes. No tienen límites y son niños mimados”. Dato trágico: en 2021 las muertes por suicidio de menores de 15 años aumentaron un 57%.

En cuanto a la enseñanza y el fracaso de los resultados del informe Pisa, el diagnóstico del sociólogo es el mismo: “¡No es la escuela, carai!”. Tampoco es el sistema educativo en abstracto.

Lo atribuye a “los cambios en la estructura social que han convertido a los niños en unos pequeños dictadores”. Porque no van a la escuela a estudiar y aprender, sino a pasarlo lúdico y a ser felices por mandato de psicopedagogos que no pisan aulas.

Los profesores que osan reñir a los alumnos “se encuentran con padres y madres que se ponen a favor del crío y contra el profesor”. Sabaté los llama “poderoso lobby” que culpa a la estructura social. En abstracto.

Mientras, padres, madres, familiares, amistades y conocidos “han dimitido de su papel educativo porque pagan sus impuestos para que lo haga la escuela”.

Luego, “llevamos el niño a la guardería, el abuelo a la residencia y entonces nos compramos un perro para no estar solos”. Fútbol, economía, política, cultura y el poder son otros asuntos en los que pone en dedo en las llagas. Con humor, ironía y algo de cariño.

En el artículo ¡Recuperemos la mili!, escrito antes del actual debate sobre rearme, el autor constata que el servicio militar obligatorio se extiende por Europa y la OTAN. Y está de acuerdo.

Argumenta que desde el punto de vista cultural la mili es “un estilo de vida de esfuerzo y sacrificio donde era importante aprender obediencia y respeto a la jerarquía, la disciplina y el orden”.

Asumido que pueden llamarle facha, matiza: “Trump no es un facha, sino un fatxenda, que significa: presumir de sí mismo u ostentar de alguna cosa. Y persona que lo hace todo para presumir y para hacerse ver”.

Pero todo esto no lo arregla ni un sociólogo, por muy jubilado que esté.