Màxim López Manresa
Llueve sobre mojado en el caso de las antiguas pajarerías de la Rambla. La gestión de Màxim López, gerente del Institut Municipal de Mercats de Barcelona, ha sido nuevamente puesta en entredicho. Los antiguos pajareros de la Rambla han solicitado al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, su destitución inmediata. Acusan a López de ser incapaz de resolver un conflicto que se arrastra desde hace mucho tiempo, dejando a los exvendedores en una situación de incertidumbre y desamparo.
López ha sido incapaz de encontrar una solución efectiva para todas las partes implicadas. En una reciente reunión, la gerencia de Mercats ofreció a los pajareros una extensión temporal en la Rambla a cambio de renunciar a cualquier acción legal. Esta propuesta fue recibida con indignación, ya que los exvendedores consideran que se trata de una medida coercitiva. Argumentan que la solución temporal no aborda las verdaderas necesidades y problemas que enfrentan. Esta semana, el Ayuntamiento daba casi por hecho que desalojaría a los antiguos pajareros. No obstante, topó con un revés judicial: el miércoles el juzgado número 1 del Contencioso Administrativo de Barcelona aceptó una de las peticiones de suspensión cautelarísima del cierre de los puestos de los expájaros de la Rambla previsto para el día siguiente.
Desde hace años, en el lugar de las antiguas pajarerías se venden souvenirs y alimentos de baja calidad, como helados, dulces, entradas y recuerdos de Barcelona. Esta situación parece que continuará hasta que la justicia tome una decisión en firme. La falta de una solución adecuada ha dejado un sabor amargo tanto entre los antiguos pajareros como entre los ciudadanos que valoran la autenticidad y la tradición de la Rambla.
Además de la controversia sobre la Rambla, los exvendedores han señalado la ineficacia de López en la gestión de otros mercados de la ciudad, donde se acumulan numerosos puestos vacíos. Esta falta de planificación y gestión efectiva ha generado un creciente descontento entre los comerciantes y ha puesto de relieve las carencias en la administración de los mercados de Barcelona.
La situación ha escalado hasta tal punto que los pajareros han llevado su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en busca de medidas cautelares que eviten su desalojo. A pesar de la gravedad del conflicto, el alcalde Collboni ha decidido no intervenir directamente, y afirma que respetará las decisiones judiciales. Sin embargo, la presión sobre la administración sigue aumentando.
Este caso refleja un problema profundo en la administración de los mercados municipales, poniendo en tela de juicio la capacidad de liderazgo de Màxim López en este ámbito.