El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Así trabaja la unidad 'Hèlix' de los Mossos d'Esquadra: "Somos los ojos del cuerpo desde el aire"
El sargento jefe, Miquel Bertran, de la Unitat Central d'Helicòpters del cuerpo de policía catalán explica en una entrevista con Metrópoli sus misiones, los avances tecnológicos y cómo se complementan con los drones
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El sargento Miquel Bertran recibe a Metrópoli en el interior de uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters, la histórica unidad Hèlix de los Mossos d’Esquadra.
La conversación arranca con una presentación sencilla sobre el jefe de la unidad. A partir de ahí, se abre un mundo desconocido para la mayoría: cómo trabaja la policía desde el aire, qué riesgos asumen y cuál es su papel real en el entramado de la seguridad catalana.
Uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Amplios dispositivos
Bertran insiste en que su labor es mucho más compleja y variada de lo que suele pensarse. “No tenemos una única misión, sino muchas”, asegura a este medio el sargento, en mitad del hangar reservado para los helicópteros policiales, en el aeropuerto de Sabadell.
El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Y es que la participación de la unidad abarca varios ejes. Hèlix participa en dispositivos de orden público, manifestaciones, patrullaje preventivo, seguimiento de dispositivos antiterroristas, control de grandes concentraciones, asistencia a investigación criminal, localización de plantaciones de marihuana y búsqueda de personas en todo tipo de terrenos.
Misiones que cambian con las estaciones
Su hoja de ruta varía durante el año. En verano, la unidad se vuelca en la vigilancia de playas, paseos marítimos y zonas turísticas, cuando la población flotante se multiplica. En invierno, los esfuerzos se desplazan hacia estaciones de esquí y zonas de montaña con gran afluencia de visitantes.
Interior de uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
En los periodos de mayor movilización social, el helicóptero se convierte en una herramienta clave para monitorizar manifestaciones o altercados: “Cuando hay mucha agitación, trabajamos intensamente en dispositivos de orden público”, explica Bertran.
Cámara de uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
La evolución tecnológica de Hèlix
La unidad ha experimentado un salto cualitativo reciente. “Desde 2021 disponemos de dos helicópteros. Antes solo teníamos uno, y ahora trabajamos con tecnología mucho más avanzada”. El modelo más moderno es digital, con sistemas que facilitan enormemente la operativa.
El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
El otro aparato, algo más antiguo, sigue siendo útil pero con limitaciones: no puede sobrevolar zonas urbanas al ser monomotor. “Si una turbina falla, la otra nos permite mantener el vuelo y buscar un lugar seguro para aterrizar”. Por eso solo pueden operar helicópteros biturbina, una exigencia esencial para evitar incidentes graves.
El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Cámara militar y workstation: el "cerebro" del helicóptero
Uno de los helicópteros está equipado con una cámara de prestaciones militares, capaz de grabar y seguir objetivos en situaciones de muy baja visibilidad. A la cámara se suma un foco esclavizado: allá donde apunta la óptica, apunta automáticamente el foco, lo que permite trabajar de noche o en operativos complejos.
Interior de uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Dentro del helicóptero se encuentra la workstation, como la define el sargento, desde donde los operadores controlan la cámara, hacen zoom, fijan objetivos, graban y envían imágenes en tiempo real. Es el puesto clave para cualquier misión de vigilancia o apoyo táctico.
Interior de uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Pilotos externos y formación interna muy exigente
Una de las curiosidades de Hèlix es que sus pilotos no pertenecen al cuerpo de Mossos d’Esquadra, sino a la empresa a la que se alquilan los aparatos. “Aun así, dentro de la unidad hay compañeros con título de piloto, pero no volamos los helicópteros”, matiza Bertrán.
El personal sí recibe una formación exhaustiva como operadores: cámaras, grúa, gestión de emergencias aéreas y procedimientos coordinados con tierra.
El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Unidades pequeñas, operaciones decisivas
Actualmente, la unidad está formada por nueve personas: dos grupos de cuatro agentes que trabajan semanas alternas, más el jefe.
Aunque son pocos, han sido determinantes en numerosas actuaciones. Bertrán recuerda algunas: “Participamos en un traspaso de droga en el Puerto de Barcelona, apoyando a investigación. También hemos localizado personas desaparecidas en montaña o incluso en el mar”.
Hangar de helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Un caso reciente que marcó a la unidad ocurrió el verano pasado: “Localizamos a una persona que estaba a punto de ahogarse. Probablemente, sin nuestra intervención no habría sobrevivido”, rememora el sargento.
También apoyan a grupos especiales, como el Grup Especial d'Intervencions (GEI), en entradas policiales o despliegues en autovías como la AP-7.
Volar de noche: luces, sombras y riesgos reales
El vuelo nocturno es una de las grandes limitaciones operativas, no por la oscuridad en sí, sino por la falta de referencias en zonas despobladas. Lo explica el jefe de la unidad: “Si tenemos un problema técnico en un área iluminada, sabemos dónde aterrizar. El riesgo es en zonas oscuras, con cables, torres o elementos que no puedes ver”.
Por este motivo, los servicios nocturnos se concentran alrededor de Barcelona y su área metropolitana, donde hay iluminación suficiente o vías principales que pueden servir de guía: autopistas, rondas o carreteras en línea recta.
Uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Siempre en alerta: 15 minutos para despegar
La unidad trabaja con una disponibilidad casi inmediata. “Si hay una emergencia, como un vehículo que huye por la autopista, nos activan y debemos salir con la mayor celeridad posible”, especifica Miquel.
El protocolo interno establece un máximo de 15 minutos desde la activación hasta que el helicóptero despega.
Uno de los helicópteros de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Entrenamiento futuro y una prioridad: mejorar los vuelos nocturnos
Aunque no hay grandes adquisiciones previstas, sí se esperan nuevos planes de entrenamiento. El objetivo principal: incrementar la capacidad de vuelo nocturno con el helicóptero digital más moderno. “Requiere formación y adaptación, pero es hacia donde queremos avanzar el próximo año”, explica Bertran.
El sargento Miquel Bertran de la Unitat Central d'Helicòpters de los Mossos d'Esquadra
Los drones, un complemento
Bertran lo tiene claro: los drones son una herramienta potentísima, pero no sustituyen al helicóptero. “Los drones nos han ahorrado trabajo en imágenes de manifestaciones o grandes eventos, eso es cierto. Pero el helicóptero tiene otras funciones que un dron no puede asumir”.
Entre ellas: búsqueda de personas, rescate en zonas inaccesibles, retirada de cadáveres en entornos naturales, apoyo táctico especializado y transportes operativos.
“Nos complementamos muy bien. Los drones han venido para quedarse, pero el helicóptero seguirá siendo imprescindible”, concluye el sargento.