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Cuando la imagen física se convierte en un problema por una autopercepción negativa
Los TCA son trastornos psicológicos que llevan a alteraciones de la conducta alimentaria y a renunciar a actividades tan habituales como ir a la playa
15 julio, 2024 23:30Noticias relacionadas
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades mentales complejas que requieren un tratamiento especializado y un equipo multidisciplinar.
Estos trastornos se caracterizan por una relación poco saludable con la comida y con la imagen corporal, lo que afecta profundamente la percepción que las personas tienen de sí mismas.
"El tiempo de tratamiento suele rondar los cinco años”, señala Rocío Rosés, psicóloga y Directora del Hospital de Día Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Sagrat Cor (HUSC).
Cómo se manifiesta
Los TCA alteran significativamente la imagen corporal de quienes los padecen. Esta distorsión está influenciada por los estándares de belleza actuales y la comparación constante con un ideal irreal contribuye a una autopercepción negativa.
“Por ejemplo, los hombres tienden a percibirse como más estrechos de lo que realmente son, comparándose con el ideal de un cuerpo hipermusculado. Las mujeres, en cambio, suelen verse más anchas en caderas y cintura debido al modelo de belleza que promueve figuras esbeltas”, explica la doctora Rosés.
El verano agrava el síndrome
El verano es una época especialmente difícil para quienes sufren de TCA. La mayor exposición corporal aumenta las inseguridades, exacerbadas por la ‘operación bikini’ promovida en redes sociales y publicidad.
“Esta presión social puede conducir a cambios bruscos en la conducta alimentaria, aumentando el riesgo de desarrollar o agravar un TCA. Incluso las personas que se ven afectadas por este síndrome tratan de evitar actividades como ir a la playa o la piscina, situaciones que anteriormente formaban parte de su rutina”, explica la especialista del HUSC.
Mensajes dañinos
Los mensajes externos que promueven la necesidad de preparar el cuerpo para el verano impactan negativamente a las personas con TCA. La publicidad y las redes sociales sugieren que el cuerpo es completamente maleable, ignorando que el peso corporal está determinado por factores genéticos.
Aunque una alimentación equilibrada es crucial, las restricciones extremas, especialmente de carbohidratos, pueden agravar la distorsión de la imagen corporal y perpetuar el ciclo del TCA. “Las dietas sin supervisión médica, motivadas únicamente por razones estéticas, son especialmente peligrosas”, advierte la doctora.
Prevención y apoyo
El riesgo de recaídas es mayor en primavera y verano, por lo que es fundamental estar atentos. El entorno familiar y los amigos deben jugar un papel fundamental en la prevención y manejo de los TCA. “Realizar comidas en familia, promover el diálogo, y evitar comentarios negativos sobre el cuerpo son estrategias esenciales.
Además, es importante fomentar un espíritu crítico hacia los medios de comunicación, que frecuentemente promueven estándares de belleza inalcanzables con fines económicos”, aconseja Rocío Rosés.
Aceptar el físico
La especialista también pone especial énfasis en que hay que “ayudar a los adolescentes a entender que los prototipos de belleza masculina y femenina son prácticamente inexistentes”.
A su vez, la doctora Rosés reitera que en lugar de perseguir estos ideales a través de dietas milagro, es esencial “trabajar en la autoestima y el autoconcepto, fomentando la aceptación del propio cuerpo”. “Este enfoque no solo ayuda a prevenir TCA, sino que también promueve una relación más saludable con la comida y la imagen corporal”, concluye.