La adicción al juego online: un problema que debe preocupar… y mucho

La rápida evolución del acceso a internet y las nuevas tecnologías ha transformado profundamente la vida diaria, al introducir una cultura de la inmediatez. Esta afecta prácticamente todos los aspectos de nuestra vida diaria.

La facilidad con la que se puede obtener información y entretenimiento ha propiciado que muchas personas, especialmente jóvenes, desarrollen una afición adictiva a pasatiempos como el juego online. Este fenómeno, lejos de ser inofensivo, requiere de prevención, educación y en última instancia la intervención de especialistas. 

Rasgos de una persona con adicción

Más allá de los factores culturales y biológicos, la adicción al juego online comparte rasgos comunes con otras adicciones. Las personas adictas suelen presentar altos niveles de competitividad, adicción al trabajo, impulsividad, inquietud y una facilidad para aburrirse. Estas personalidades tienden a actuar de manera atrevida y solo frenan cuando las consecuencias de sus actos afectan gravemente su vida personal o la de sus seres queridos. Lo que empieza como un deseo de jugar a juegos virtuales o ganar dinero fácil en apuestas online se convierte en un comportamiento compulsivo difícil de controlar sin ayuda profesional.

Un problema complejo

El neuropsicólogo y psicólogo sanitario Ibai Arregui, del Hospital Universitari General de Catalunya, señala que la adicción al juego online es un problema complejo que combina aspectos socioculturales y biológicos.

"Una adicción sin substancia, como es el caso de los juegos online, puede producir resultados devastadores como en el caso de una adicción con substancia. La inmediatez de la gratificación que los juegos proporcionan, activa los circuitos cerebrales de recompensa, generando una sensación intensa de satisfacción que puede conducir a comportamientos impulsivos y compulsivos. Esta interacción adictiva resulta dolorosa de reconducir pero es imperativo hacerlo debido a que puede agravar las consecuencias negativas en el mundo real de la persona”, explica. 

Ibai Arregui, neuropsicólogo y psicólogo sanitario del Hospital Universitari General de Catalunya QUIRÓNSALUD

Síntomas de la adicción al juego online

Identificar la adicción al juego online es importante para poder tratarla a tiempo. Algunos de los síntomas más evidentes describen un problema que debe ser tratado por un psicólogo son pensamientos obsesivos con el juego online, aumento del tiempo dedicado al juego en plataformas digitales, incremento del dinero invertido en comprar derechos virtuales del juego o las apuestas online, aislamiento social o aumento de las interacciones sociales exclusivamente en el ambito virtual, mentiras para encubrir el tiempo dedicado al juego, bajo rendimiento laboral o académico, e utiliza el juego para intentar recuperar las pérdidas anteriores y nerviosismo cuando no se está jugando.

Reconocer estos síntomas es el primer paso para afrontar el problema. Sin embargo, es habitual que muchas personas tiendan a negar su adicción, lo que dificulta su tratamiento.

Tratamiento

Una vez que se ha aceptado la existencia de una adicción, es fundamental buscar tratamiento profesional en este ámbito. Los amigos y familiares, a menudo por desconocimiento, pueden sentir vergüenza y tratar de hacer reflexionar a la persona afectada sobre las implicaciones éticas y morales de su comportamiento. Sin embargo, la adicción al juego online no es un problema que se resuelva solo con la reflexión. Requiere un enfoque integral y especializado.

“El tratamiento psicológico busca abordar la adicción en su totalidad. A través de una relación de comprensión, colaboración del análisis detallado de las situaciones asociadas al juego y el contexto del individuo, se trabaja para aumentar la conciencia sobre la necesidad de prevenir situaciones de riesgo”, explica el neuropsicólogo.

“Este proceso implica la construcción de alternativas mediante nuevas habilidades y pensamientos que permitan enfrentar el juego compulsivo o las apuestas online sin generar consecuencias negativas en la vida de la persona. Además, se promueve un estilo de vida saludable que incluya actividades que sumen valor y control de su propia frustración, permitiendo a la persona aprender a practicar el hecho de decidir cuándo parar y cambiar su comportamiento de forma consciente y no como un deber moral impuesto por otra persona que la supervisa”, concluye Ibai Arregui .