El restaurante centenario del Gòtic donde comer cocina tradicional catalana: aparece en una de las novelas más leídas
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Barcelona es un verdadero epicentro cultural, conocido por su impresionante arquitectura modernista y su rica historia artística. En el corazón de esta vibrante ciudad se encuentra un lugar que ha sido testigo de algunos de los momentos más significativos del arte y la literatura catalanes. Este icónico rincón esconde una herencia que combina lo mejor de la gastronomía y la cultura, atrayendo tanto a locales como a turistas.
El establecimiento, inaugurado en 1896, se inscribió en la tradición de tertulias y reuniones artísticas que caracterizan a la capital catalana. Inspirado por el cabaret parisino Le Chat Noir, este espacio de estilo art nouveau se convirtió en un punto de encuentro para artistas, escritores y músicos que buscaban un refugio creativo. Su nombre alude a una expresión popular que denota poca concurrencia, pero el impacto cultural que tuvo fue todo lo contrario: monumental.
Els Quatre Gats, como es conocido mundialmente, fue mucho más que un restaurante. Fue el lugar donde Pablo Picasso realizó su primera exposición individual en febrero de 1900, marcando el inicio de una carrera que redefiniría el arte contemporáneo. También fue frecuentado por figuras destacadas como Santiago Rusiñol y Ramon Casas, quienes contribuyeron a cimentar su reputación como el epicentro del modernismo catalán.
Un lugar inmortalizado en la literatura y el cine
La influencia de Els Quatre Gats no se limitó al arte plástico. Este lugar también apareció en La Sombra del Viento, la aclamada novela de Carlos Ruiz Zafón, consolidándolo como un punto de interés literario. Además, su encanto fue capturado en la gran pantalla cuando el director Woody Allen lo eligió para rodar escenas de su película Vicky Cristina Barcelona, mostrando al mundo su singular atmósfera.
Gastronomía con historia
Actualmente, Els Quatre Gats sigue operando como un restaurante donde los visitantes pueden disfrutar de la cocina catalana en un entorno que parece transportarlos a finales del siglo XIX. El menú combina recetas tradicionales con un toque moderno, atrayendo tanto a amantes de la historia como a foodies.
Y es que la apuesta por la cocina tradicional catalana y el producto de proximidad encumbra a este establecimiento a uno de los imperdibles de la ciudad.
Una visita imprescindible en Barcelona
Para quienes visiten Barcelona, Els Quatre Gats es mucho más que una parada gastronómica. Es un viaje al pasado, un homenaje al movimiento modernista y un recordatorio de la rica herencia cultural que la ciudad sigue celebrando. No es solo un restaurante; es un museo vivo de la creatividad y el espíritu artístico que define a Barcelona.