Caminar por determinadas calles de Ciutat Vella es toparse a cada 100 metros con tienda de souvenirs, locales de grandes cadenas o dedicados a la restauración de dudosa calidad. A su vez, durante este paseo el transeúnte también está circulando por un extenso cementerio de establecimientos emblemáticos que se vieron obligados a bajar la persiana. Para combatir el éxodo del comercio de proximidad, la gentrificación el monocultivo del ocio y el turismo, el distrito ha creado una figura pionera en la ciudad: los Bajos de Protección Oficial.
Con esta medida, el objetivo del consistorio es disponer de un parque de locales de propiedad municipal para ponerlos a disposición del comercio de proximidad. Por lo tanto, los establecimientos que se asienten en los Bajos de Protección Oficial deberán fomentar una actividad económica sostenible y plural que revierta directamente en sus vecinos. La medida, por lo tanto, tiene como principales destinatarios a negocios arraigados en el barrio que se ven obligados a cerrar ante el desoritado incremento del alquiler en la zona.
Las bases de este nuevo programa municipal, que se publicarán en el último trimestre, distinguirán entre locales que ofrecen productos y servicios necesarios para los vecinos (que optarán a cesiones de cinco años), y actividades de interés económico (con un periodo de cesión de dos años prorrogable a un año más). En ambos casos, el precio estará por debajo del valor de mercado.
PROMOVER LA ECONOMÍA CIRCULAR
Junto al arraigo al barrio, se tendrá en cuenta la viabilidad económica y se priorizarán aquellas actividades que sean resultado de proyectos compartidos o presentados por colectivos en riesgo de exclusión social, jóvenes sin estudios superiores, mujeres, personas en paro de larga duración o parados de más de 45 años.
Durante la presentación de esta nueva tipología de local, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha defendido que el Ayuntamiento debe tener la capacidad de "apuntar hacia un modelo determinado de economía", promoviendo la circular, la pequeña manufactura y la innovación tecnológica.
1,3 MILLONES DE PRESUPUESTO
Concretamente, el distrito hará una convocatoria para dinamizar hasta 14 locales, con una primera fase de ocho que empezará en el tercer trimestre de este año, según ha explicado la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, y la voluntad del Ayuntamiento es que los bajos de esta primera fase estén ocupados para el primer trimestre de 2018. En total, el presupuesto para comprar nuevos locales es de 1,3 millones de euros, partida contemplada dentro del Pla de Barris del Raval Sud y el Gòtic Sud.
A parte de los bajos de locales públicos incluidos en la medida, actualmente el Ayuntamiento busca locales privados en desuso para ponerlos a disposición de proyectos de desarrollo económico, con el consistorio como intermediario. De hecho, en estos momentos, Barcelona Activa ya coordina la prospección de 20 locales de titularidad privada para asegurar que no tienen actividad y que podrían sumarse a la inciativa.
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