La chapuza del nuevo Mercat de Sant Antoni
Una obra de 80 millones de euros que se inunda cada vez que llueve en Barcelona
18 septiembre, 2018 19:10Noticias relacionadas
El nuevo Mercat de Sant Antoni, en el que se han invertido unos 80 millones de euros en una reconstrucción que ha durado nueve años, es un auténtico desastre. Cada vez que llueve, los comerciantes tienen que correr para tapar con plásticos sus mercancías para evitar que se mojen y se estropeen por el agua que se filtra por algunas partes de la cubierta. Esa es, además, la única recomendación que se les hace desde la dirección, a la espera de que alguien aporte una solución definitiva los problemas estructurales que afectan a la cubierta del recinto.
No es la primera vez que ocurre desde que fue inaugurado hace apenas cuatro meses. Cada vez que la ciudad se ha visto afectada por la lluvia, los comerciantes del mercado han visto como sus mercancías sufrían las consecuencias.
EXCUSAS
Hasta ahora, los responsables del Ayuntamiento han argumentado que la intensidad de las precipitaciones ha sido la causa de las goteras, como si el hecho de que llueva mucho sea justificación para que una obra de semenjante calibre tenga goteras.
Sin embargo, las lluvias que han caído a la largo del día de hoy en la ciudad no han sido intensas y, ni siquiera prolongadas. Y las goteras han aparecido de nuevo.
Los comerciantes, que se las prometieron muy felices cuando estrenaron la nueva instalación tras nueve años en una carpa situada en medio de la ronda de Sant Antoni, han visto como su situación, en este aspecto, no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado sensiblemente.
SIN SOLUCIÓN
Por el momento, nadie ofrece una solución. Pese a que en las últimas semanas ha habido varias incidencias de este tipo, los comerciantes no han visto ningún movimiento tendente a encontrar las soluciones definitivas que les permitan vivir con tranquilidad por mucho que llueva en la ciudad.
Por el momento, los paradistas, tanto los de la zona de los Encantes, los más afectados por estas goteras, como los del mercado de alimentación, algunos de los cuales también se han visto perjudicados, deben convivir con la angustia de esperar que con las próximas lluvias sus mercancías no se ven afectadas.
Además, confían en que los responsables de la instalación se hagan cargo de las pérdidas económicas que les producen las goteras. Por el momento, los comerciantes recopilan los datos de los daños que han sufrido para exigir el pago de las indemnizaciones correspondientes.