Los albaneses se hacen con los laboratorios de cocaína, en auge en la Gran Barcelona
Policía Nacional y Mossos d'Esquadra confirman la proliferación de estos espacios, ya no sólo en Barcelona y su área metropolitana, sino por toda Catalunya y también Europa: en ellos, se transforma la pasta base en clorhidrato de cocaína
2 junio, 2024 23:29Noticias relacionadas
El 8 de abril hubo una explosión en un piso de Sant Adrià de Besòs. El fuego se originó en un domicilio de la calle Lleida y cuando los Bomberos lograron extinguirlo, cerca de la medianoche, la verdad salió a la luz: lo que había reventado era un laboratorio de drogas. Aunque en un primer momento se creyó que el detonante había sido el compresor de la nevera, el suceso reveló que había una habitación extra en esa vivienda con material de sobra para tratar y producir sustancias estupefacientes.
A la policía no le sorprendió. Hace años que el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y los Mossos d'Esquadra han notado un incremento de estos laboratorios clandestinos. Ni siquiera hacen falta grandes espacios para instalarlos, como sí es indispensable en las plantaciones de marihuana que se precien. ¿A qué se debe este aumento? Los motivos son varios, pero todos responden a una necesidad económica y a la supervivencia de los grupos organizados. El crimen evoluciona y, con él, las formas de hacer negocios.
Laboratorios de cocaína
Aunque cueste no imaginarse una escena de Breaking Bad con un Heisenberg manejando los hilos, los laboratorios de droga reales no son tan profesionales y los "cocineros" no tienen una formación tan avanzada como Walter White. Otra diferencia: no es tanta la metanfetamina que se produce en estos laboratorios, sino la cocaína. Lo explica a Metrópoli el Inspector de CNP, Javier Lima: "El fenómeno de los laboratorios de cocaína aparece en toda España desde hace un par de años y se concentra especialmente en las zonas rurales". En Catalunya es algo preocupante: "Hay muchas viviendas en urbanizaciones aisladas que están abandonadas. Lo que llamamos torres, segundas viviendas de muchas familias que los grupos organizados eligen para desarrollar la actividad".
Pero ¿por qué fabricar aquí la droga y no exportarla ya tratada desde Sudamérica? En buena parte, por el buen trabajo policial en los puntos de acceso: "Las numerosas aprehensiones que se hacen con asiduidad en contenedores de grandes cantidades de cocaína ya procesada hace que la imaginación de los productores evolucione hacia nuevas maneras de introducción de su mercancía en Europa", explica Lima. Aquí rompe una lanza a favor de la Guardia Civil: "La Unidad de Análisis de Riesgos inspecciona a diario unos 100 o 200 contenedores en el puerto y pillan bastante".
Sin ir más lejos, el CNP intervino con pocos días de diferencia dos grandes cargamentos de cocaína en el Port de Barcelona: uno de 344 kilos y otro de 300. Por lo tanto, lo que está llegando a la ciudad ya no es el clorhidrato de cocaína —que es, coloquialmente, el polvo blanco que se consume en la calle— sino que se trafica con la pasta base de la coca.
La pasta de coca
Es el elemento clave que toda mafia necesita para poner en marcha estos espacios. "Se ha decidido exportar la pasta de la coca porque puede ser moldeada y convertida en infinidad de objetos cotidianos". Además, se puede camuflar con mayor facilidad. Según el Inspector: "Lo que llega son planchas de coca de, aproximadamente, 300 gramos. Las meten en las bases de las cajas de fruta, por ejemplo. Las embadurnan en grasa para que los perros no las huelan y las envuelven en papel de calco o en globos para aislarlas y que no se pierda el producto si se cae al mar". Por lo tanto, más barato y más disimulado.
En la misma línea, el Sotsinpector de l'Àrea Central d'Anàlisi de la Criminalitat de los Mossos d'Esquadra, Albert Llena, atribuye este cambio en la dinámica al gran incremento del cultivo de la planta de la cocaína en Sudamérica. Lo explica a este medio: "Incluso hay un exceso de producción en los países de origen que hace que los cocaleros no puedan venderla. En los últimos tres años ha incrementado un 55%". El cuerpo catalán dice haber detectado esta metamorfosis desde el 2016 y, aunque no se puede atribuir oficialmente una causa, Llena lo sospecha: "Han entrado en el panorama nuevas organizaciones que han cambiado de modalidad criminal. En este caso, son los albaneses los que han irrumpido en el mercado".
La mafia albanesa
Policía Nacional y Mossos coinciden. "La gente de los Balcanes que solía robar con fuerza en domicilios se han pasado a la marihuana y, de ahí, a la cocaína", corrobora Lima, de CNP, que también menciona a los serbios, además de a los albaneses. No deja de lado a los grupos organizados de dominicanos, que se asientan especialmente en la zona de L'Hospitalet de Llobregat y se dedican también al tráfico de cocaína.
Desde Mossos lo ven de la siguiente manera: "Los albaneses han pasado de ser simples subordinados a ascender en la escala. Se desplazan a comprar a los cárteles", explica Llena. Sin embargo, no son albaneses los que suelen trabajar en los laboratorios. Los "cocineros" son otros.
Un notario y un intendente
Según el Inspector Lima, los "cocineros" que trabajan la pasta base aquí son enviados especiales de los grupos sudamericanos: "Una vez la organización ha recibido la pasta de coca, envían desde el país de origen a los cocineros, personas que tienen conocimientos suficientes de química para poder procesarla". Pero no estudiosos ni graduados. Gente que ha aprendido el oficio a base de prueba y error. "Permanecen en las instalaciones el tiempo suficiente para realizar la transformación en cocaína y, después, se vuelven a su país donde perciben su salario, no por tiempo empleado, sino por una cantidad determinada. Suele rondar los 400 euros por cada kilo".
El Sotsinspector Llena de Mossos amplía el funcionamiento interno: "Son trabajadores a los que suelen trasladar con los ojos vendados hasta el laboratorio. No pueden salir de ahí durante el proceso ni comunicarse con el exterior". Y hay rangos: "Seguramente en cada tandada tienen un químico, alguien que sabe más y que controla la producción. Después está el intendente, la persona de enlace entre el cártel y los cocineros. Y, a veces, en los traslados está un notario que controla que la transacción de dinero sea correcta".
Los precursores
Pero ¿cómo han detectado los cuerpos policiales la proliferación de estos clandestinos laboratorios? A pesar de que los espacios no llaman tanto la atención, no emanan olores característicos y se pueden instalar hasta en el más minúsculo piso de Barcelona, la obtención de los llamados precursores, los elementos necesarios para el proceso de transformación de la pasta a la coca, está muy fiscalizada: "Las autoridades controlan las grandes adquisiciones de estos productos con el fin de localizar los laboratorios". Algo que también sucede en España, pero que tiene lagunas: "Al estar abierta a Europa, depende de cada país qué producto está más sujeto a control o qué otro no. Esto hace que sean más fáciles de conseguir aquí que en los países de origen". Acetona, ácido clorhídrico... Productos químicos que, si se adquieren a empresas farmacéuticas en pedidos inusualmente grandes, ponen en alerta a la policía. "Se las tienen que ingeniar. Las organizaciones criminales funcionan como una empresa de Ibex 35, tienen un departamento de Investigación y Desarrollo", bromea Lima.
Sin embargo, hay otro factor importante que ayuda a la policía a desmantelar los laboratorios: "Las fuentes humanas", admite el Sotsinspector. El chivato.
Una gran aprehensión en tierra
La prueba más patente de la aparición, cada vez mayor, de estos espacios clandestinos fue la operación que CNP realizó en 2022: desmantelaron dos laboratorios con 850 kilos de cocaína en siete domicilios diferentes de Alella y El Masnou. "La aprehensión más grande en tierra desde hace años", recuerda Lima.
Mossos d'Esquadra aporta datos. De más a menos: en Europa, en el 2019 se detectaron 15 laboratorios; en 2020 se descubrieron 23; y en 2021, 34. En España, entre el 2019 y el 2022 se desmantelaron 15 y en el 2023 se incautó un importante laboratorio en Pontevedra que producía más de 200 kilos al día. A nivel catalán, en 2022 aparecieron dos de estos espacios, al año siguiente fueron tres y este 2024 se actuó en Cambrils con uno, por el momento.
Para luchar contra esta problemática en auge, se trabaja en coordinación con las policías extranjeras, sobre todo en el ámbito de Europa e Interpol. También existe una comunicación fluida y constante con Agencias Antidrogas de todo el mundo, sobre todo con la Administración de Control de Drogas (DEA en inglés) estadounidense, la Dirección Anti Droga (DIRANDRO) peruana, etc. En España, la coordinación entre los diversos cuerpos policiales con competencia en la materia se lleva a cabo a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO) que permite operaciones conjuntas con Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos d'Esquadra.