Vista aérea de Oviedo (Asturias) en una imagen de archivo
Xavi, de vivir en un piso de 40 m2 en Horta a comprarse una casa en Asturias: "Barcelona es para extranjeros"
El barcelonés se ha marchado de la capital catalana con su mujer y su hija menor debido a los altos precios del alquiler, el coste de vida y la delincuencia
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La percepción de inseguridad, la masificación y el alto coste de vida ha obligado a muchos barceloneses a dejar la ciudad que los vio crecer en busca de “algo mejor” y, en muchos casos, lo consideran "la mejor decisión de su vida".
“Me mudé a Asturias a finales de febrero y no voy a volver. Me quiero quedar”, afirma Xavi, que fue vecino de Horta hasta que tomó la decisión de abandonar Barcelona a junto a su mujer y su hija de 2 años.
Mil euros de alquiler por un piso pequeño
El barcelonés, de 37 años, explica a Metrópoli que creció en el barrio del Poble-Sec y los últimos años estuvo viviendo en Horta-Guinardó, pero las condiciones eran "desafortunadas".
“Vivía con mi mujer y mi hija en un piso de 40 metros cuadrados que nos costaba casi 1.000 euros al mes”, lamenta.
El alquiler, junto a los costes de la guardería, les suponía casi la totalidad de una de las dos nóminas y no tenían acceso a ninguna ayuda.
Mirador de Horta / GOOGLE MAPS
"Todo cuesta dinero"
Xavi critica que “todo” en Barcelona cuesta dinero: “Sea por donde sea, tienes que pagar. Me cobraban hasta por respirar”.
El hombre rechaza fuertemente la ciudad en la que se ha transformado Barcelona. “Ahora es un sitio para extranjeros. Es para los ciudadanos europeos y americanos con salarios y jubilaciones más altas que vienen a la ciudad y la han convertido en lo que es ahora”, declara.
El exvecino de Horta critica que, pese a vivir al lado del Park Güell, tenía que pagar 20 euros de entrada. “Es un cachondeo”, dice.
Turistas en el Park Güell de Barcelona
Una casa con terreno
La familia lleva ya cinco meses instalada en un pueblo a menos de una hora de Oviedo y Xavi no ha dejado de celebrar el salto que ha dado su calidad de vida. “Aquí con 150.000 euros tenemos casa con terreno y estamos cerca de todo”, asegura.
“Ahora respiramos aire de verdad, la brisa marina y no la contaminación de Barcelona. Además, no hay la misma cantidad de delincuencia y es mucho más barato todo, hasta la comida”, narra.
Además, la guardería les sale totalmente gratuita.
Los Tres Turons se encuentran entre Horta-Guinardó y Gràcia /Archivo
Un fenómeno cada vez más común
Tras unos meses de descanso, Xavi volverá a la rutina en septiembre en su nuevo trabajo y asegura que “no echa nada de menos Barcelona”, tan solo a la familia y los amigos que se han quedado en la ciudad.
Aun así, no es el único de su círculo de amistad que ha decidido marcharse. Su mejor amigo también se ha mudado a las afueras, en Olesa de Montserrat, para huir del bullicio de la capital catalana.