Esta es la plaza de Gràcia que ha tenido cinco nombres distintos: así se decidió el actual
Cabezudos, gigantes, sardanas, conciertos y actos reivindicativos que tienen lugar durante todo el año animan el lugar, que es el corazón y la esencia misma del barrio
4 mayo, 2024 13:35Noticias relacionadas
Existe una plaza en Barcelona que, a lo largo de su historia, ha llegado a tener hasta cinco nombres diferentes. El porqué obliga a repasar su historia, que se remonta al siglo XIX. Hablamos de la histórica plaza del barrio de la Vila de Gràcia, una villa independiente antes de pasar a formar parte de la capital catalana en 1897.
Cinco nombres diferentes
Cuatro han sido los nombres oficiales de la plaza: en 1850, fue bautizada por el nombre de plaza de Oriente al estar en la parte oriental de la villa. Tres años después, obtuvo la denominación de plaza de la Vila, cuando se levantó allí la Casa Consistorial, que actualmente es la sede del distrito de Gràcia. Más tarde, en 1869, pasó a llamarse plaza de la Constitución, cuando en España se proclamó la monarquía democrática tras el triunfo de la Revolución de 1868, que puso fin al mandato de Isabel II.
En 1907 se le cambió el nombre por el de plaza de Rius i Taulet, en honor al alcalde de Barcelona, Francesc Rius i Taulet. Un siglo después, en 2008, cambió por el nombre que conocemos a día de hoy: plaza de la Vila de Gràcia. Se escogió a través de un referéndum en el que vecinos del barrio votaron recuperar este nombre que hace honor a los años en los que el distrito fue una villa independiente.
Episodios históricos de la Vila de Gràcia
En esta popular plaza han transcurrido episodios históricos, como el de la Revuelta de las Quintas en 1870, durante la cual, según explica la tradición, tuvo lugar un acto de insurrección cuando los vecinos se negaron a inscribir a sus jóvenes en el ejército.
La campana de la entonces plaza de Orient empezó a sonar en un llamamiento a la resistencia que se volvió simbólico, y no paró en seis días, pese a que las tropas la cañonearon. Cuenta la leyenda que fue una vecina del barrio quien, mediante una cuerda que llegaba hasta su azotea, pudo tocar la campana para avisar al vecindario de la llegada del ejército.
Actualmente, la plaza de la Vila de Gràcia se ha convertido en el corazón cultural del barrio. Siempre está llena de terrazas, de niños, de turistas y de vecinos de toda la vida. Castellers, cabezudos, gigantes, sardanas, bodas, conciertos y actos reivindicativos que tienen lugar durante todo el año animan una plaza que es la esencia misma del barrio.
Campanario de la plaza
El mítico campanario fue construido por Antoni Rovira i Trias entre 1862 y 1864. Se trata de una torre octogonal de 33 metros de altura con un reloj de esferas de cuatro lados, en cuya base hay una fuente.
El edificio donde estaba el Ayuntamiento, ahora centro administrativo del distrito, es obra de Francesc Berenguer, data del año 1904, y destaca por el color azul cielo de la fachada. En él, se pueden contemplar el escudo de Gràcia hecho de hierro forjado y los elementos decorativos de ventanas y balcones, verdaderas obras de arte del trabajo en forja.