
El Celler Torras de Esplugues de Llobregat, cerrado desde agosto de 2024
Toni, el dueño de una bodega familiar en Esplugues que lucha a contrarreloj para salvarla: “Sueño con abrir una vermutería”
Solo dos meses separan del cierre o de una nueva oportunidad el Celler Torras, un establecimiento que durante más de ocho décadas ha formado parte del alma comercial del municipio
En Esplugues de Llobregat, una bodega con más de ocho décadas de historia enfrenta su momento más crítico. Fundado en 1940, el Celler Torras ha sido un referente comercial en el municipio, pero en agosto de 2024 se vio obligado a bajar temporalmente la persiana, dejando en el aire su futuro.
El propietario, Toni Vidal, busca a contrarreloj un inversor que le ayude a mantener vivo el negocio familiar. Sin embargo, el tiempo apremia: dispone de solo dos meses para encontrarlo. De no lograrlo, deberá enfrentarse al cierre definitivo.
Bodega familiar fundada en 1940
La bodega siempre ha pertenecido a la familia de Toni. Fue un primo lejano, de apellido Torras, quien la fundó. Cuando envejeció, la dejó en manos de sus hijos.
Sin embargo, estos optaron por dedicarse a la construcción y cedieron la gestión del negocio al padre de Toni, que abandonó sus raíces leridanas para hacerse cargo de la bodega junto a su hermano. “Di mis primeros pasos aquí”, recuerda en conversación con Metrópoli.

El Celler Torras de Esplugues, cerrado desde agosto de 2024, con el cartel de ‘Se Traspasa’
En 2003, tras el fallecimiento de su padre, el espluguense asumió la dirección del establecimiento con la ayuda de su hermana. Pero desde hace tres años, lleva el negocio en solitario, lo que le ha llevado a enfrentar constantes dificultades que amenazan la continuidad del Celler Torras.
De hecho, en agosto del año pasado, Toni bajó la persiana de la bodega. Lo que en principio era un cierre temporal mientras buscaba alternativas para sacar adelante el negocio, se ha convertido en una carrera a contrarreloj. “Mi sueño es abrir una vermutería, pero manteniendo la tienda”, explica a este medio.
Espacio de degustación
Toni anhela darle una segunda vida a la bodega, habilitando una zona de degustación, además de un espacio donde pueda organizar catas. “Le veo futuro, pero necesito a alguien que me ayude a sacarlo adelante”, añade el mismo.
Su sueño es también el de muchos vecinos de Esplugues, que cada semana le preguntan cuándo volverá a abrir. “Siento el apoyo de la gente, que quiere que vuelva”, expresa emocionado.
Toni lleva con esta idea en la cabeza desde la pandemia, un tiempo que recuerda con dureza. Aunque desde agosto ha recibido propuestas de tres perfiles diferentes, ninguna ha prosperado. “Me han ofrecido abrir un restaurante, pero no quiero perder ni la tienda ni la esencia del local”, sostiene Toni.

El Celler Torras de Esplugues de Llobregat, cerrado desde agosto de 2024
El establecimiento es un espacio versátil: tiene 340 metros cuadrados, lo que permite desarrollar diferentes actividades. Por eso, cuando Toni habla de su proyecto, se le iluminan los ojos: “me gustaría crear un espacio con una barra, una zona de sofás y otra con mesas altas y taburetes, ideal para disfrutar del vermut”.
Pero para llevarlo a cabo, debe habilitar un baño adaptado a hombres, mujeres y personas con discapacidad, tal como exige la normativa vigente, además de cambiar la instalación eléctrica. Unos trámites para los que Toni no cuenta con el dinero suficiente.
Preservar la esencia del local
El propietario del Celler Torras tiene dos meses para encontrar a un inversor interesado en su proyecto. El local es de alquiler y lo gestionan las hijas del antiguo propietario. Mientras permanece cerrado, ha llegado a un acuerdo con ellas para no pagar la renta, pero tiene hasta finales de mayo para reabrir el negocio.
Aunque el tiempo juega en su contra, Toni no pierde la esperanza de encontrar a alguien que, como él, quiera mantener la autenticidad del celler, presente en cada detalle. “Me gustaría que cuando la gente entre en la bodega se encuentre con la esencia de siempre”, explica. Porque, según el mismo, “si pierde el alma, lo pierde todo”.

Fotografías del Celler Torras de Esplugues de Llobregat
Comercio histórico de Esplugues
No hay vecino en Esplugues que no conozca el Celler Torras. De hecho, mientras Toni ha estado conversando con este medio, todos los que han pasado por delante de la bodega se han detenido a saludarlo. “Por el local han pasado muchas generaciones”, explica.
La confianza, por lo tanto, es mutua: “cuando venían me contaban sus problemas y yo les escuchaba. Éramos como una familia”. Su cartera de clientes era amplia. Según cuenta, acudía gente de toda la comarca del Baix Llobregat para comprar vino a granel, su producto estrella.
“Las botas donde lo guardaba son centenarias. Hay mucha historia dentro del local, y no me gustaría perderla”, confiesa. “La desaparición de comercios históricos implica también la pérdida de nuestra identidad”, sentencia Toni.

Toni Vidal, propietario del Celler Torras de Esplugues de Llobregat
Los días pasan, pero Toni Vidal se aferra a la esperanza de que el legado del Celler Torras permanezca intacto, resistiendo al paso del tiempo y conservando la esencia que durante más de ocho décadas ha sido parte del alma comercial de Esplugues.