Desde 1987 Alberto Fernández Díaz es un habitual de las cámaras de decisión política. Si bien solo reconoce que ejerce como cargo público, su habilidad para esquivar determinadas preguntas hacen de él un profesional de la política. Ahora, con el Partido Popular más debilitado de su historia municipal (solo tres regidores), el líder popular repasa el turismo, las ocupaciones, el problema del alquiler o la movilidad en la ciudad, entre otras cuestiones.
Ya que el plan de centrifugación hotelera de Colau no les gusta, ¿qué tipo de ordenanza elaborarían ustedes para evitar la concentración turística?
Nosotros no somos contrarios a las restricciones hoteleras. Yo creo que un hotel no genera molestia alguna. En distritos donde no hay hoteles, como Sant Andreu o Nou Barris, las quejas por molestias o incivismo también han aumentado de forma muy significativa. Un hotel presta un servicio, irradia seguridad, comercio y ejerce un control sobre sus clientes.
Se suelen aplaudir la creación de puestos de trabajo de estos hoteles, ¿pero usted conoce las condiciones laborales de sus trabajadores?
Seguramente las condiciones laborales siempre son objeto de mejora, pero estamos hablando de una relación entre empresa y trabajador. Lo importante es que haya actividad económica, y luego, que sea de calidad. Que tú tengas una condición laboral que no es satisfactoria no significa que sea irregular.
¿Desde el campo municipal no pueden presionar para cambiar aspectos de la legislación laboral?
Eso se tiene que hacer desde el ámbito del Estado. A nivel municipal podemos decir que operaciones como la del Deustche Bank al final han servido para que el discurso de Colau contra un hotel termine posibilitando pisos de lujo accesibles solo a una minoría, con la consecuente pérdida de empleos y de ingresos por parte del Ayuntamiento de Barcelona y de otras entidades. Aún así, Barcelona seguirá creciendo y sobrevivirá a Colau, porque no hay mal que 100 años dure.
Los centros comerciales sí que estan para quedarse. En el rechazo al voto político contra la ampliación de Diagonal Mar acusaron a ICV y PSC de ser sus responsables. En cambio, ustedes votaron favorablemente a las ampliaciones de estos en el pasado mandato.
En el caso de la ampliación de Les Glòries se aprobó por silencio administrativo y en el de La Maquinista dimos respaldo por ser una zona de Barcelona donde el comercio de proximidad está a una distancia más que relativa. Promovimos un cambio urbanístico asociado a la ampliación comercial que contemplaba inversiones en mercados del Distrito y de escuelas en barracones.
Escuelas que quedaron atrapadas por cómo pactaron el asunto.
La ampliación era una oportunidad para subsanar un incumplimiento de hacía décadas: construir el centro de primaria, de secundaria y la vivienda social. Pero ahora ni hay ampliación, ni proyecto para los colegios ni pisos sociales definidos. Y si ya no se permiten construir dentro de la ciudad, estos se instalan en la periferia. Ello comporta que si antes la comarca nos visitaba para hacer las compras, ahora la comarca nos va a dejar de visitar. Aquí iremos poniendo trabas de usos, de superficies, de horarios y de festivos mientras que a un cuarto de hora de Barcelona todo será libertad.
Hablando de negociar, ¿en el caso de Can Vies también estarían dispuestos a renegociar la modificación del plan?
No. Para Ada Colau Can Vies es un icono de los antisistemas. Pero, para mí, Can Vies es un auténtico pegote en los accesos al metro y las rampas al parque. Tiene que ser derribado de forma inmediata. Yo las respeto, pero no comparto lo que puedan decir entidades como el centro social de Sants. Hace años que ya hubo un acuerdo para derribarlo; la cobardía de Xavier Trias lo impidió y Ada Colau siempre complaciente con los antisistemas no lo quiere destruir.
¿Que la idea venga de la FAVB y del Secretariat d'Entitats de Sants no debería dar relevancia al asunto?
Me consta que en Sants la mayoría de vecinos está en contra de Can Vies. La misma AVV de Badal quiere derribarlo. Can Vies es una vergüenza democrática: una ocupación ilegal de un edificio, que realiza actividades molestas para los vecinos sin ningún tipo de licencias, que hacen obras sin permiso y que el Ayuntamiento da como explicaciones que a sus inspectores municipales no les han dejado entrar. ¿Cuándo se ha visto esto?
¿Usted no se ha querido acercar nunca a hablar con ellos?
Yo con aquellas personas que se ponen por encima de la ley y que se consideran más que otro vecino, creo que la única respuesta que se le puede dar es hacerle cumplir las leyes y las ordenanzas.
En cuanto a las ocupaciones, ustedes nunca distinguen entre dar la patada por ideología y por necesidad.
Yo no reconozco una ocupación ilegal por necesidad, porque entonces estoy reconociendo que son ciudadanos de segunda aquellas personas que tienen necesidades en nuestra ciudad y que van a un registro de solicitantes de vivienda o a los servicio sociales. Hay algunas personas que pretenden que la ocupación ilegal sea un privilegio en el acceso a una propiedad que no es la suya. No es solo un acto antidemocrático, sino que es un acto antisocial.
El PP suele pedir que la Generalitat cumpla sus obligaciones en Barcelona, pero ¿cómo presionan ustedes en el caso de obligaciones del Estado, como la estación de La Sagrera?
Yo estoy a favor de remprender las obras, aunque algún día tendremos que tener el coraje de redefinir su alcance. La Sagrera tendrá que redefinirse. Si bien la obligación del Estado es hacer llegar la infraestructura, luego el Ayuntamiento tendrá que favorecer la financiación del mismo, porque ahora lo que hace el Estado es lo suyo y lo que no es suyo.
¿A qué se refiere?
A la estación de los autobuses o la conexión con el metro. Si ahora todo el proyecto no se puede financiar por como está el mercado inmobiliario, todo ello se tendrá que redimensionar y establecer nuevas prioridades.
Respecto al sector inmobiliario, la rebaja de cinco a tres años de los contratos de alquiler que efectuó su partido en el Congreso no añadió un tronco más al fuego de la inestabilidad arrendataria?
Tan legitimo es que un propietario intente obtener la mayor renta de su propiedad, como que desde la administración municipal se promuevan políticas públicas para minimizar su impacto. Lo que ocurre es que en Barcelona hay una demanda de viviendas para uso no-exclusivamente residencial. Pero es evidente que cuando tu transformas una zona como el 22@, es normal que el precio suba. Que sea justo es otra cosa. No es justo pero es así. ¿Sube el alquiler? Sí, pero es que esta zona ya no es lo que era antes.
Por Glòries pasa el tranvía. ¿Este se debe unir con el que llega hasta la plaça de Francesc Macià?
Yo no rechazo unir los tranvías, lo que rechazo es la conexión por la Diagonal. Creo que se tendrían que contemplar con estudios la unión por el Eixample. Una conexión del tranvía por la Diagonal le da una potencia de capacidad que probablemente pueda ser desbordada. ¿Estamos en condiciones de absorber en superficie todo el flujo de viajeros que habrá? ¿O los tendremos que redistribuir en otros transportes? No lo podemos improvisar en cuatro día y afectar, por ejemplo, a la movilidad de Sant Gervasi con el Eixample.
Otra de las cuestiones donde se requiere inversión es en la cuestión de los refugiados. ¿Usted está de acuerdo con que Barcelona sea ciudad de acogida?
Es una obligación y un derecho internacional acoger aquellas personas y familias que huyen de la guerra. Solo que aquí Colau está jugando con el dolor de la gente en beneficio político propio. Su primera fotografía fue parando un desahucio y ya no la hemos vuelto a ver más. La segunda instantánea es de cuando viajaba en metro. Ahora no se baja del coche oficial. Es la gesticulación constante. Y con lo refugiados anuncia de forma inmediata un plan de familias acogedoras, que a los pocos días la Generalitat le dice que eso no puede ser, dejando en la estacada a las numerosas familias barcelonesas que querían ayudar. Luego anunció una partida de 10 millones de euros, de los que no gastó nada.
Porque tampoco han llegado estos refugiados.
¿Pero dónde van a poner a estas personas? ¿Qué techo les va a ofrecer? ¿Qué puesto de trabajo van a disponer? ¿Cuántas plazas escolares y dónde? Si tenemos en Barcelona una demanda en guarderías sin atender... Que nos digan claramente cuántas personas podemos acoger, porque llevamos 15 meses esperando. Utiliza el dolor ajeno y los sentimientos de los otros en beneficio propio. Me parece inmoral.